VALENCIA. Los libros de este iconoclasta se estudian en las mejores escuelas de negocios. Experto en la condición humana, es ingeniero aeronáutico, doctor en Economía y profesor de ESADE Business School, advierte, desde su habitual tono, cáustico y provocador, cómo el miedo en la empresa dificulta la experimentación y, en consecuencia, el necesario aprendizaje. Propone la recuperación de lo básico, a través de su modelo de gestión "por confianza". Ha estado recienemente en Valencia en diferentes foros de empresarios y profesionales del comportamiento humano.
-(Enrique Belenguer) Pero Gasalla, con la que está cayendo y nos hablas de confiar... pero ¿cómo es posible?
-(José María Gasalla) Yo no diría si es posible o no es posible, si no que es necesario. Yo creo que son momentos muy interesantes para romper con todo lo anterior, ruptura que nos ayuda la mirada introspectiva: ¿qué estábamos haciendo y sigue siendo válido hacer? ¿qué no estábamos haciendo? ¿qué hay que incorporar? Se trata de un triple cuestionamiento que debemos hacernos, como profesionales como empresas. Lo que pasa es que estamos en esta neblina, y algunos incluso en una oscuridad tal, que no vemos nada. Algunos no se atreven a estos cuestionamientos; sólo se limitan a llorar, a quejarse, a reclamar o a buscar culpables. No llegamos a ninguna parte ni buscando culpables, ni quejándonos, ni reclamando. Hay que buscar nuevas líneas dentro de nosotros mismos, que las hay, saliendo de tus comodidades, de tus inercias, saliendo de tus mercados y abriéndote a otros negocios. ¿Por qué nos empeñamos en que un negocio es para toda la vida?
-¿A qué lo atribuyes?
-Yo pienso que hay un gran peso educacional. Nos han enseñado a buscar posiciones de seguridad y a mantenerlas. No nos han educado a correr riesgos y menos en este país, donde ser funcionario público era bueno pero no por vocación pública. Aquí ser emprendedor era cosa de locos y, hace años, ser empresario era ser un explotador de trabajadores. Con lo cual tenemos muchos elementos en nuestros paradigmas y en nuestra cultura que van contra de nuestro espíritu creativo e innovador. En otros países las empresas incentivan el riesgo. El error en nuestro pais está penalizado. Aquí el error se vive como fracaso. Se vive íntimamente como "no estoy a la altura de las circunstancias" y nos pega en la autoestima de una forma tal, que nuestro objetivo es evitar oportunidades de error. Preferimos lo malo conocido a lo posiblemente bueno por conocer.
-Defiendes que aprender es vivir, a diferencia de acumular conocimiento.
-Yo creo que una cosa es el conocimiento y otra cosa es el aprendizaje, y a veces se ha interpretado como una misma cosa. Me he dedicado a la formación durante muchos años en la vida, a la formación de ejecutivos, y me he dado cuenta de que cuando analizaba qué cambios habían hecho en su actuación, muchas veces encontraba que no habían cambiando nada, cuando durante las clases aparentemente decían: ¡Ah, esto es lo que tiene que ser! ¡Ay, esto es lo que voy a hacer! El conocimiento es un punto de partida; el aprendizaje es incorporar ese conocimiento a tu propia ¿personalidad? y a tu propia acción. De ahí se van constituyendo tus cambios tanto profesionales como personales. Para mí solo se ha aprendido si se visualiza que se ha producido algún cambio; si no solo se habrán acumulado conocimientos.
-Adviertes que para afrontar el cambio y su incertidumbre se debe pasar de una actitud de miedo y control a una actitud de confianza...
-Hay que propugnar la rotación en las empresas y en la sociedad, para conocer. Seguramente así se descubrirán talentos que no sabíamos que teníamos. Tenemos que contrastar diferentes realidades; de este modo vas asentando seguridad en ti mismo para afrontar esas realidades. ¡Experimentemos! La tendencia en marketing es la experimentación, que el cliente experimente. Pues lo mismo nos pasa con nuestro propio desarrollo. Con la experiencia nos damos cuenta de qué somos capaces si no aparecen las barreras mentales que nos dicen "no eres capaz".
-H.Mintzberg declaraba recientemente que el líder es necesario pero que actualmente en las organizaciones hay exceso de liderazgo.
-Cada vez me gusta menos hablar de líderes y más de liderazgo porque no hay por que identificar sólo a una persona como líder. Lo que hay que crear es el liderazgo expansivo, que se vaya extendiendo por toda la organización. Estamos acostumbrados a que el referente sea uno pero, bajo mi punto de vista, debe haber varios referentes. El problema del líder tradicional es que crea dependencia, se convierte en un papá que va a tirar de nosotros y esto es peligroso. Cada uno tiene que asumir su responsabilidad, sus compromisos y esto depende de nuestro nivel de autodesarrollo y madurez. A veces para llegar a este desarrollo y madurez necesitamos que nos den unos "empujones" pero tienen que ir acompañados de oportunidades que nos saquen lo que llevamos dentro.
Para mí el liderazgo está basado en la confianza. Es la creación de espacios de confianza que permitan el desarrollo de la autoconfianza de los colaboradores y que encuentren el sentido de su trabajo. Eso es la automotivación pero debe reforzarse con espacios que el líder cree para que su gente tenga cada vez más potencia. ¿Qué sucede? que hay líderes que no son líderes, que temerosos de que alguien les usurpe su posición se rodean de los que le dicen las cosas que él quiere escuchar. Me he encontrado cantidad de empresas en las que la gente en lugar de estár más pendiente mirando hacia abajo únicamente miran hacia arriba preguntándose "que querrá mi jefe escuchar de mí", "qué querrá que suceda". Esta situación crea una realidad ficticia, aislada en la que sólo le dicen cosas bonitas, que no disgustan al jefe y... de repente pasa lo que pasa.
-En muy poco tiempo dos veces en Valencia y lleno hasta las banderas. ¿Y ahora?
-Me interesa la Comunidad Valenciana. Para mí es una comunidad singular que puede aprovechar su espacio de interrelación con el mundo global. La relación que inicio con Inmerco creo que ofrece mucho futuro, porque es una organización reconocida en el ámbito profesional y está alineada con los valores que propongo en mi modelo de gestión y desarrollo de la ermpresa.
Mucho tendrán que cambiar algunos directivos de empresa que , ahora, cuando mas deberían demostrar su altura, se les ve arrugados y aduladores con sus superiores, sembrando el miedo y aqui se hace esto y punto, sin esperanza de futuro. Artemio
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