LONDRES (EFE). Los reguladores del sector financiero han suavizado importantes elementos de las nuevas pruebas de resistencia a las que someterán a los bancos europeos, pese a las críticas de que las aplicadas el año pasado no eran demasiado rigurosas.
Las nuevas pruebas analizarán el impacto que tendría en 88 bancos sometidos a examen una caída del 15% en los mercados de valores frente al 20% utilizado en el anterior escenario, adelanta este miércoles el Financial Times.
Tampoco parece que se hayan endurecido otros parámetros, señala el periódico, para el que en las nuevas pruebas macroeconómicas no se menciona la posibilidad de una fuerte caída de los precios de las materias primas ni se incluye en el escenario al sector inmobiliario aunque, según algunas fuentes, esto último va a corregirse.
La Autoridad Bancaria Europea (EBA en inglés), encargada de preparar las pruebas de resistencia, celebrará este viernes una teleconferencia con bancos y reguladores nacionales para fijar los detalles del nuevo ejercicio.
La EBA, el organismo regulador paneuropeo creado en junio, quiere recuperar la confianza, tras la mala reputación de su predecesor, el Comité de Supervisores Bancarios Europeos.
"No hay nada en lo que se ha sabido hasta ahora que permita a los mercados cambiar de opinión sobre el proceso. La última vez fue una broma y ¿por qué no va a ser esta vez una nueva patraña?", comentó al diario un analista del sector bancario.
El presidente del EBA, Andrea Enria, declaró, sin embargo, recientemente al Financial Times que estaba dispuesto a hacer más fiable todo el proceso y exigir una inyección de capital en los bancos europeos peor dotados.
Además de utilizar como criterio una caída de los mercados de valores inferior a la del pasado ejercicio, los supuestos macroeconómicos serán también este año más benignos que los de hace un año.
Según el diario, se partirá del supuesto de una disminución del 0,5 por ciento del Producto Interior Bruto de la zona del euro este año y de sólo un 0,2 por ciento, el año próximo.
Sin embargo, el EBA indica en su documentación que las nuevas pruebas de resistencia son más duras que las del año pasado porque se desvían más de los pronósticos de crecimiento del PIB europeo que las anteriores.
Las pruebas parten también del supuesto de un 20 por ciento de descuento (haircut) de la deuda soberana portuguesa en las carteras de los bancos y de un 15 por ciento en el caso de la deuda soberana española.
Frente al escepticismo que suscitan muchos de los criterios que van a utilizarse, los analistas elogian una medida incluida en el ejercicio: el efecto que puede tener en los costos de financiación de un banco una subida del 1,25 por ciento de los tipos de interés.
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