VALENCIA (VP). Banco de Valencia comienza a ganar el pulso que mantiene con los inversores bajistas y, muy especialmente, con un viejo conocido de la casa: el sirio Anas Chakra. Tras el cierre de la sesión bursátil de ayer, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) informó de que la posición de Fidelity International se había reducido hasta el 0,510% desde el 0,688% de la última colocación del 11 de junio del pasado año. O lo que es lo mismo: un 25,87%.
Chakra, que trabaja para Fidelity desde 1995 y está reconocido con la 'triple A' de Citywire -la máxima calificación de la prestigiosa consultora británica-, gestiona el fondo alternativo de renta variable FAST Europe Fund A-Eur-Acc, cuyo domicilio se ubica en el paraíso fiscal de Bermuda. Precisamente el que tantos quebraderos de cabeza ha provocado entre accionistas e inversores del banco de Pintor Sorolla desde que comenzara a intensificar sus posiciones bajistas justo hace un año.
A diferencia de los fondos tradicionales, en este fondo alternativo se utiliza en torno a un 10% para arañar rentabilidad sobre las acciones que vayan a tener un comportamiento peor que el mercado. Para ello se recurren a instrumentos más complejos -contratos a plazo, contratos por diferencias y contratos de opciones-, mientras el fondo toma una posición vendedora sobre el activo subyacente, que en el caso que nos ocupa serían las propias acciones del BV.
En ningún caso el fondo toma acciones prestadas para venderlas en mercado sino que toda su exposición bajista se basa en instrumentos derivados. Precisamente es aquí donde se ubica la inversión del FAST en el banco local.
Pero no sólo Chakra ha reducido su posición corta o bajista sobre el Banco de Valencia, puesto que en las últimas siete sesiones las acciones prestadas de la entidad se han reducido en un 3,57%, al pasar de los 26,14 millones de títulos al cierre de la jornada del pasado 22 de febrero hasta los 25,21 millones del 1 de marzo, según los datos que aparecen en el boletín diario de Bolsa de Madrid.
Así se entiende que las últimas posiciones cortas declaradas por el valor en el organismo supervisor -el pasado 25 de febrero- se habían reducido hasta el 1,998% desde el 2,048% de la comunicación anterior realizada dos semanas antes.
Se trata de un cambio de tendencia en toda regla, puesto que hacía mucho tiempo que el préstamo de valores sobre el Banco de Valencia no paraba de subir. De hecho, hasta el pasado 22 de febrero acumulaba una subida anual del 6,63%, pese a que el valor ha venido mostrando un tono alcista hasta el punto que acumula una revalorización en lo que va de año del 11%, lo que le ha permitido aumentar su capitalización bursátil hasta los 1.772 millones de euros.
Precisamente tal comportamiento alcista es el principal riesgo operativo que conlleva el préstamo de valores, dado que si la acción comienza a repuntar las pérdidas aumentan, lo que provoca el cierre de posiciones, es decir, hay que comprar y obviamente la subida se acentúa todavía más con las consiguientes pérdidas para el que esté vendido.
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