VALENCIA (VP). La maquinaria del nuevo gigante bancario español, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), ha comenzado a moverse al mismo ritmo que se van aprobando los organigramas de las diversas unidades de negocio y vaciando de contenido paralelamente los departamentos equivalentes de las cajas de ahorro que integran la nueva entidad bancaria. Un proceso pesado, complejo y en ocasiones muy confuso como era de prever en una fusión acelerada entre siete entidades financieras con diferentes culturas empresariales.
Así, debajo de Fernando Sobrini, el director de Banca de Particulares de todo el banco (que ya ocupaba el mismo puesto en Caja Madrid), aparece en el organigrama un referente de la alta dirección de Bancaja, Juan Zurita, actual director de Negocio de la caja, que ha sido nombrado director comercial Este del BFA. Su nuevo director adjunto es otro de los históricos de la 'City' valenciana: Bienvenido Saún, hasta ahora director de Negocio en la Comunitat Valenciana y Murcia de Caja Madrid.
El resto del organigrama de esta división en la Comunicad ha quedado de la siguiente forma: la dirección de Negocio en Valencia ha recaído en José María Martínez, director de banca corporativa y subdirector general de Bancaja; mientras que la de Alicante y Murcia en Mateo Tortosa, uno de los dos directores adjuntos de la unidad de Negocio de Bancaja en Valencia. Su director adjunto será José Ramón Gisbert, responsable de la unidad de Negocio de Bancaja en Alicante y Murcia.
Por su parte, Salvador Lluch, director de la unidad territorlal de Negocio en Castellón de Bancaja, ha sido elegido como director de Negocio en Castellón; mientras que Juan Antonio Diego tendrá el mismo puesto en Baleare.
Todos ellos ocuparán su puesto en el escalafón directivo del banco bajo la órbita de Aurelio Izquierdo, hasta ahora director general de Bancaja y ya designado en la anterior oleada de nombramientos director general de Negocio del BFA.
Aquí nadie asume las responsabilidades de lo que hicieron y permitieron hacer. Desde la sociedad civil deberíamos exigir en primer lugar que se fueran todos esos dirigentes y además que pagaran por las consecuencias de sus actos: préstamos con bajas o nulas garantías.
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