VALENCIA. El vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial analiza y opina sobre la palpitante actualidad que rodea al ¿obsoleto? sistema de justicia español. Califica de "impecable" la actuación del juez Flors en el caso de los trajes del presidente Camps, a quien rechaza haber asesorado, y le desea "lo mejor" al juez Garzón. De Rosa pretende revolucionar la Administración de Justicia con tres nuevas leyes para las que pide un pacto social porque "ayudará a las empresas y a la economía a salir de la crisis"
EL GRANO
Juez, decano de jueces, conseller de Francisco Camps... el actual vicepresidente por el PP del Consejo General del Poder Judicial, Fernando de Rosa (Valencia, 1959), es un hombre inquieto que prefiere arrimar el hombro a la vida pública y política para mejorarla antes que ser espectador. Allá por donde ha ido ha introducido cambios para adaptarse a las nuevas situaciones sociológicas y con las nuevas tecnologías: pionero en España de los puntos de encuentro familiares de Valencia desde el decanato, desató una gran campaña contra la violencia doméstica y la defensa de la mujer como conseller. Ahora está empeñado en hacer la revolución estructural y mental de la Justicia para adaptarla en a los nuevos tiempos y hacerla definitivamente más eficaz. Se le ve también en Valencia como una de las personas más influyentes, cuya opinión pesa hasta en los procesos legales que afectan a Camps y la cúpula del PP.
EL GRANERO
-"De la Rúa dijo la verdad: me consta que nunca se tomó ni una cerveza con Camps"
-"A Garzón le deseo, como a cualquier otro compañero, lo mejor"
-"Hay que actuar de forma radical en las estructuras obsoletas de la justicia"
-"Tres nuevas leyes van a propiciar un cambio revolucionario en la justicia
-"Con una justicia rápida también se sale de la crisis económica"
-"Si los jueces tardan en resolver los convenios colectivos estamos generando un problema a la empresa"
-¿Qué le contestaría a quien opina que al PP le viene muy bien tener a un vicepresidente en el CGPJ ahora con los casos Gürtel, Brugal, Fabra, el de los trajes de Camps...?
-No tiene nada que ver, porque los tribunales en España, gracias a Dios, son independientes. Por mucho que un vicepresidente del CGPJ hiciera, que no es así, que intentara inmiscuirse en procedimientos, los jueces y la propia independencia del poder judicial haría que esto fuera imposible. Por tanto que haya un vicepresidente del CGPJ que haya pertenecido a una Administración del PP, creo que no puede ser en ningún caso utilizado para ese intento de politizar o hacer creer a la sociedad que la política está por encima de la justicia. Estamos en un estado democrático desde el año 75.
-A la pregunta de hasta dónde llega su influencia en todo este tipo de procesos ya me ha contestado implícitamente...
-Por supuesto. Cada juez actúa según su conciencia y en la CV tenemos grandes profesionales, jueces, que están resolviendo dichas cuestiones de una forma brillante.
-Lo digo porque circula la idea, que el periodista Jesús Civera plasmaba recientemente en un artículo, que usted es como un Rasputín de la justicia... ¿era consciente de eso?
-Ya digo que soy juez desde hace 25 años. Aquellos que conocen mi trayectoria saben realmente que a mí me mueve una gran pasión: la justicia. En todos los ámbitos en los que he trabajado he intentado ser lo más honesto posible con mi responsabilidad. Cuando fui decano intenté mejorar la justicia y puse toda la voluntad; cuando estuve en la conselleria, porque también creí que tenía con ello una oportunidad de mejorar la justicia, puse mucha pasión y, ahora, desde el CGPJ estoy poniendo toda mi pasión en la modernización, que ha sido mi hilo de actuación profesional durante estos 25 años, sobre todo en los últimos 12 que he tenido algo de responsabilidad y de imagen pública. A partir de ahí cada uno puede opinar lo que quiera.
-Hasta me dijeron que usted terció para el nombramiento de las nuevas responsables del gabinete de prensa del TSJ con la entrada de la presidenta Pilar de la Oliva...
-La presidenta del TSJ, como cualquier otro presidente nuevo, como también ha ocurrido en el TSJ de Cataluña, opinó que quería abrir una nueva etapa con unos nuevos colaboradores. Y ese deseo se respetó. Yo ni siquiera estoy en la comisión de Comunicación en la que se nombran los gabinetes de prensa. Allí está la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo. Que se me impute a mí una responsabilidad cuando se trata del trabajo de la portavoz del consejo, la valenciana Gabriela Bravo... En última instancia el presidente del CGPJ nombra como personal eventual a estos colaboradores. Estas decisiones son personales de aquellos que ostentan los cargos. Hay una nueva delegada del Gobierno en la CV que ha cambiado, tengo entendido, la responsable del gabinete de prensa que tenía su antecesor Ricardo Peralta y no se le ha dado más trascendencia.
-¿Usted ha intervenido en el proceso judicial de los trajes del presidente Camps, en el sentido de asesorarle o comentarle? Ya se publicó que usted se reunió al principio con él en Presidencia...
-En absoluto. El presidente Camps tiene una dirección jurídica que lleva Javier Boix, que es un abogado de prestigio, y no creo que se dejara aconsejar por nadie más que por el criterio de su abogado. El presidente Camps está asesorado por sus abogados que le están aconsejando en la forma que creen más conveniente.
-¿Ni siquiera al principio cuando saltó a la prensa, al principio de los tiempos?
-Nunca he asesorado a nadie. Primero porque no es mi función, ni tampoco en aquel momento, al principio de los tiempos, porque no se tenía conocimiento de nada de lo que estaba ocurriendo. Era un sumario secreto.
-¿Tampoco le asesoró el presidente del CGPJ?
-No. Vamos, en absoluto. Y quien conozca a Carlos Divas puede entender que esa pregunta es absolutamente imposible. Lo desconozco, pero apelo a la personalidad de Carlos Divas.
-¿Cómo cree que acabará el proceso de Camps?
-Nunca me he dedicado a la futurología judicial. No tengo ni idea. Lo único que considero es que lo que me gustaría es que triunfara la justicia y que se resolviera de la mejor manera posible para la Administración de Justicia. El caso ha estado dos años con una tensión terrible. Tengo ganas de que se acabe, sinceramente, para que el propio foco mediático no esté en la justicia y se pueda trabajar de una forma más relajada.
-¿Se ha dilatado en exceso este caso?
-Es un procedimiento que ha tenido recursos, que ha ido al Supremo, que ha venido, está dentro de los ámbitos de sus circunstancias.
-Fíjese que hasta se dice que usted es capaz de dilatar un proceso.
-Yo tengo un asunto personal en Denia y ya me dura tres años... si tuviera ese poder ya se me habría resuelto.
-Qué trascendencia le da al encuentro entre los fiscales Ricard Cabedo y López Edri con los policías que elaboraron el informe Gürtel?
-De Ricard Cabedo sólo tengo un conocimiento escaso de estos años que estuve en la conselleria. Pero tengo una amistad y un reconocimiento absoluto de Gonzalo López Edri, que fue mi preparador. Lo considero un gran fiscal y tiene todo mi apoyo y me reconocimiento a su trabajo. Es uno de los grandes fiscales que tiene este TSJ, por lo tanto creo que es incapaz de hacer cualquier actuación que no sea siguiendo las directrices de una mejor administración de justicia. A partir de ahí desconozco si se reunieron, o no, más que las fotografías que aparecieron en un medio de comunicación, con lo cual puedo tener mi opinión como ciudadano normal.
-¿Flors está llevando bien el caso?
-El magistrado Flors lo está haciendo de una forma correcta, impecable. Entiendo que mediáticamente tiene relevancia pero le estamos dando una trascendencia que, si de este procedimiento abstraemos quiénes son los imputados, o los implicados, las personas concretas, sería un procedimiento más en el juzgado. Es un magistrado con una gran experiencia y creo que poner en duda, que no se ha puesto en duda en ningún momento, su actuación es equivocado. Estamos hablando de grandes profesionales de la justicia.
-¿Cuándo era conseller le pasó de cerca la corrupción, la vio, pasó de largo...?
-Que quede claro. Si yo hubiera visto cualquier atisbo de lo que me ha planteado, hubiera dejado inmediatamente mi cargo. Lo único que tengo en esta vida es mi honorabilidad y mi trabajo de juez. Tengo una familia, una responsabilidad, soy padre pero no necesitaba estar allí para comer.
-¿Y no le ha extrañado que todos estos casos se dieran en la CV?
-Yo del contenido de los procesos judiciales no puedo hablar y vaya por delante mi respeto por la presunción de inocencia de todo el mundo. A mí, como ciudadano, me entristece mucho que haya determinadas personas que se valgan de puestos públicos porque al fin y al cabo los ciudadanos confiamos al depositar nuestros votos. La justicia puede tardar, pero llegará, y todos aquellos que no han actuado correctamente serán condenados. Y eso no debe suponer un desprestigio de la política, ni de aquellos que quieren servir a la sociedad desde sus puestos, porque creo que es un mensaje antidemocrático. La democracia y la política no traen corrupción. El que es corrupto lo es en sí mismo. Igual de corrupta sería una persona de concejal como de portero de la finca de la esquina, porque lo lleva la naturaleza de la persona. No me gustan esos mensajes que quieren socavar la democracia. La política no es corrupta, son corruptas las personas.
-¿Qué opina del relevo de Juan Luis de la Rúa y de la polémica frase de Camps de que eran algo más que íntimos amigos?
-Otro de los grandes profesionales de la justicia valenciana es Juan Luis de la Rúa. Para mí, a lo mejor no soy muy imparcial, ha sido como un padre en todos los sentidos, le tengo un gran cariño y es una de las personas de las que más he aprendido de justicia y de honestidad personal. Dicho eso, Juan Luis de la Rúa dice la verdad. Me consta absolutamente que jamás se tomó ni una cerveza con el presidente Camps. Yo he ido a las bodas de los hijos de De la Rúa, he ido a comer y a cenar a su casa, yo he estado con sus hijos, sus nietos... jamás el presidente Camps ha estado, nunca. Por tanto, que esa frase, que creo totalmente desafortunada, suponga una mácula en la intachable carrera profesional de De la Rúa... se ha sido muy injusto con él. Porque los jueces dictan sus resoluciones bajo su conciencia. Y para eso están los recursos, como ha ocurrido en este caso... no ha sido ajustado, se reforma y a otra cosa. Se ha sido muy injusto desde determinado ámbitos.
-Está siendo usted la persona que más claramente ha hablado a favor del ex presidente.
-Yo no puedo decir más que bien de Juan Luis de la Rúa profesionalmente y personalmente. Es una gran persona.
-Lo digo porque usted impulsó su relevo...
-Yo hablé con Juan Luis de la Rúa y creo que se debía abrir una nueva etapa en la Administración de Justicia de la CV. Y yo soy un voto de 21 votos en el CGPJ. Considero que con la nueva presidenta se abre una etapa muy buena. La actual presidenta Pilar de la Oliva es una gran compañera. He estado con ella en la junta de jueces de instrucción, sé el prestigio que tiene entre los compañeros, en la justicia... no hay más que oír todas las declaraciones sobre su figura. Y esa nueva etapa, y esos nuevos retos, pienso que Pilar de la Oliva los encarna de una forma magnífica. Y estamos de enhorabuena y la sociedad valenciana lo apreciará. Llevamos escasamente un mes desde su toma de posesión y puedo decir que nos cansa a todos a trabajar. A mí me cita todos los viernes para ponerme deberes de todo lo que hay que hacer y cosas que quiere para el TSJ valenciano. Ha visitado Castellón, Alicante. Ha estado reunida con los decanos, con los colegios profesionales. Creo que es una mujer incansable a la que tengo una gran admiración personal
-¿Qué se va a hacer con los funcionarios que fichan en la Ciudad de la Justicia y luego se marchan?
-Antes que nada quiero mostrar mi solidaridad con el periodista Ramón Ferrando. Todos aquellos que cobramos de un dinero público debemos responder ante la sociedad y cumplir con nuestro contrato que es trabajar las horas que marca la ley y dar un servicio público de calidad. Y la inmensa mayoría trabajan de una manera muy adecuada.
-¿Y por qué no se actúa de oficio contra las personas que hayan podido colocar el pasquín con la foto del periodista?
-Ahí le corresponde a la Fiscalía tomar las medidas, si lo considera oportuno. En eso no voy opinar. Pero se deberían tomar medidas disciplinarias que deberían corresponder a la administración contra los que incumplen el horario. En cualquier caso, no se puede atentar contra la libertad de información.
-¿En términos generales cómo cree que percibe la sociedad la Justicia?
-Los ciudadanos la perciben cuando tienen contacto con la Administración. La idea que tienen es que están ante una Justicia que no es eficaz, que no cumple los objetivos. Esa idea que se tiene de la justicia no es imputable ni a los jueces, ni a los fiscales, ni a sus trabajadores, sino a unos medios muy obsoletos. No se puede estar trabajando con escasos y anticuados medios tecnológicos. Hay que reivindicar esos medios para que se pueda trabajar a la altura de las circunstancias, porque tengo que dejar muy claro que los profesionales tienen una alta cualificación.
-¿Usted defiende algo así como un gran pacto social y político por la Justicia?
-La justicia es una asignatura pendiente que tiene la democracia española. Pienso que debe producirse un acuerdo nacional para modificar las estructuras de la administración de justicia, pero de raíz. No podemos parchear como ha ocurrido hasta ahora. Hay que actuar de una forma radical en las estructuras obsoletas. Podemos introducir en el pacto social la Justicia, porque con la justicia rápida también se sale de la crisis.
-¿Puede ampliar esto último?
-Si tenemos un Estado de derecho sólido podemos atraer inversiones extranjeras, si los inversores extranjeros perciben que España tiene una justicia que tarda años en resolver un problema, eso no llama a la inversión, ni ayuda a que otros países puedan invertir. Si los juzgados mercantiles lo único que van a certificar es la defunción de una empresa porque están colapsados y tardan meses en dictar una resolución que ayude a solventar el problema de la empresa, pues no está dando un resultado óptimo. La ley concursal debe favorecer que la empresa tenga viabilidad, subsistencia y los puestos de trabajo se puedan mantener. Si algunos inversionistas extranjeros quieren invertir en el mercado inmobiliario y cualquier problema que puedan tener tarda 5 ó 6 años en llegar al Supremo, eso es disuasorio. Desde el punto de vista laboral, si tardamos en resolver los convenios colectivos estamos generando un problema a la propia empresa. Una justicia rápida dará confianza y dará sobre todo un cimiento importante en el Estado de Derecho.
-¿Esa es su misión prioritaria en este momento?
-El pleno del consejo, por voluntad del presidente, ha creado una comisión en la que estamos cuatro magistrados para remontar esta gran reforma que queremos. Estoy en cuerpo y alma intentando que las tres leyes que se han aprobado en el Consejo de Ministros supongan la revolución de estructuras, no solamente tecnológica. Se trata de la Ley de Agilización de los Procedimientos, la de Modernas Tecnologías y la de Tribunales Colegiados en Primera Instancia. El objetivo es que se aprueben de forma pactada por la vía de urgencia y antes de verano, porque hay que reconocer que todo lo que no se apruebe durante este periodo de sesiones ya no existe, porque después de verano puede haber elecciones generales... y esto es una opinión personal. Estas tres leyes nos van a permitir enfrentarnos a una modificación revolucionaria de la Administración de Justicia.
-¿No cree que el hecho de que los nombramientos en determinados cargos y órganos judiciales tengan que tener una referencia política contamina la gestión judicial, como es por ejemplo su caso, conseller de confianza de Camps?
-No. En el CGPJ en la actualidad hay otros cargos que han ocupado cargos en ministerios del partido socialista, otros muy vinculados al ministerio del Interior... En el CGPJ existe una voluntad clara de actuar conjuntamente, dejando al lado intereses que podrían denominarse de carácter político. Los nombramientos de los vocales del CGPJ o los magistrados del TC los establece la propia Constitución. Es un sistema constitucional.
-¿Se podría cambiar el sistema?
-¿Que se considera que debería haber otro sistema? Pues que se haga. Pero quiero recordar que desde el primer CGPJ, en el que el nombramiento de los vocales se produjo directamente por los magistrados y jueces, ya se acuñó la denominación de conservadores y progresistas.
-El Supremo acaba de aceptar a trámite la recusación que pidió Garzón de varios magistrados entre los que estaba usted. ¿Me puede explicar por qué usted fue tan tajante contra él cuando pidió que abandonara de inmediato la carrera judicial?
-No. Lo que dije es que desde mi punto de vista personal, la investigación que estaba haciendo en ese momento la Audiencia Nacional debería remitirse al TSJ de la CV porque había aforados, lo cual, evidentemente, ocurrió. No dije algo que luego no se haya producido. Desde el mismo momento en el que hay una investigación que afecta a aforados de un Tribunal Superior debe remitirse a esa instancia correspondiente y el juez Garzón en su momento lo hizo: lo remitió al TSJ de Madrid, al de Valencia y al Tribunal Supremo. Se magnificaron mis declaraciones desde luego. A lo mejor no fue afortunado por mi parte el efectuarlas de esa manera.
-¿Y ahora le preocupa que se tramite esa recusación?
-No me preocupa en absoluto. Yo le deseo como a cualquier otro compañero lo mejor, como a cualquier otro ciudadano. Que resuelva los problemas de la mejor manera.
-¿Hablando de jueces, me puede valorar la última remodelación del Tribunal Constitucional?
-Mis primeras declaraciones fueron de satisfacción. En primer lugar porque es la primera vez que un magistrado preside el TC. Ya había habido demasiados presidentes catedráticos y ya era hora de que un magistrado ocupara el TC. A lo mejor se me puede acusar de corporativista, pero es un dato importante. Y en segundo lugar, la figura de Pascual Sala, aparte de ser valenciano y presumir de valencianía por donde va -algo que a mí también me gusta hacer-, le admiro y le he admirado muchísimo. Ha sido todo en justicia: presidente del CGPJ, del Tribunal de Cuentas...
-Hay quien ha comentado que podría ser irregular la elección de Eugenio Gay.
-Hay que dejar a las instituciones trabajar y no estar siempre poniendo problemas. Los nombramientos son legales. Deberíamos de dejar, tanto al Tribunal Supremo como al Constitucional, fuera del foco de las peleas políticas y de los debates. En España falta un poco de respeto, lo digo en general, a las instituciones del Estado, que es algo que existe en otros países, tanto europeos como en Estados Unidos.
-¿Cómo ve la planta judicial en la CV después de su salida?
-Cuando estaba de decano había un déficit, cuando he estado en la Administración autonómica ha habido déficit y sigue el mismo déficit. Somos una comunidad que ha crecido demográficamente de una forma muy importante en los últimos diez años pero las estructuras judiciales, como supongo que en otro ámbito, no han crecido en la misma medida. La CV tiene un gran déficit de jueces. Digo de jueces, no de órganos judiciales.
-Ahora se está poniendo mucho el foco sobre el gasto de las comunidades autónomas, ¿cómo ve esta polémica?
-Yo puedo hablar como ciudadano. Soy un profundo enamorado de la España autonómica. España funciona mucho mejor con comunidades autónomas que lo que existía anteriormente con un estado centralizado. Se ha acercado la Administración al ciudadano. No hay más que ver la Sanidad. Los ciudadanos la tenemos más cercana. La Educación, las reclamaciones de política de bienestar social, de medio ambiente, de justicia. ¿Qué hay mucho gasto? Eso ya entrará en lo que los ciudadanos tenemos que exigirles a nuestros gobiernos que sean austeros y que a la hora de determinar en qué se ha de gastar, prioricen. A mí no me gusta cuando estamos hablando de despilfarros, cuando estamos hablando de cosas accesorias para una buena administración. Pero como cualquiera puede pensar en la calle. Porque si se gasta en Sanidad y hay déficit de Sanidad pues bienvenido sea... no vamos a recortar en goteros de quimioterapia. Y si hay déficit porque se está gastando en una Sanidad de calidad, bienvenido el déficit, lo mismo con la Educación. Eso lo asumimos los ciudadanos. Si se gasta en ayudar a los más necesitados, o discapacitados...
-¿Y si se gasta mucho en eventos y ese tipo de cosas?
-Vamos a ver si esos eventos pueden producir una mejor economía, que vengan turistas, que la restauración invierta... Yo lo que estoy es en contra del despilfarro. La inversión con un objetivo productivo, me parece bien.
-¿Es militante del PP?
-No, en absoluto. A parte de que ahora lo tendría prohibido.
-¿Volvería a la política?
-Si alguien me hubiera dicho hace 25 años que iba a ser decano, secretario autonómico, conseller de Justicia, vocal y vicepresidente del CGPJ le hubiese dicho que no era verdad. No sé lo que puede pasar. Yo soy una persona inquieta, usted me ha definido antes así, y no sé lo que me va a deparar. Lo que yo actúe será en el ámbito de la AAdministración de Justicia. De todas maneras yo tengo mi puesto de trabajo en la sección 3 de la Audiencia Provincial de Valencia y también para mí sería un honor volver con mis compañeros de toda la vida, trabajando por la justicia.
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