MADRID (VP/EFE). El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, ha advertido de de que "lo peor" que le podría pasar a España, su "gran riesgo", es que cuando la economía empiece su recuperación no tenga crédito, porque se daría una situación en la que "se quiere tirar pero no hay combustible".
Para que no se repita un caso como el de la economía japonesa (en alusión a su estancamiento durante años), Rato sugirió que se preste atención al sector financiero en su conjunto y también a la visión de éste en el exterior, porque si el sistema no se recupera puede llegar a ser un lastre para la economía y reducir su potencial de crecimiento.
El ex ministro de Economía hizo esta advertencia durante su intervención en la segunda jornada del "XVII Encuentro del sector financiero" organizado por Deloitte, ABC y la Sociedad de Tasación, en el que reconoció que la situación macroeconómica afecta a la banca, por lo que "si las cosas van mal, el sector puede ir mal y podría hacer que las cosas vayan peor".
Un argumento que coincide con la idea expuesta ayer en el mismo acto por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
REDUCCIÓN DEL NÚMERO DE CAJAS
En cuanto a la reestructuración del sector financiero, Rato calculó que una vez concluya (se entiende que después de 2011) podrían quedar unas 20 cajas de ahorros, una cifra que no ve muy lejana si se tiene en cuenta que de las 45 entidades de este sector, más de 25 están en distintos procesos para unirse.
Esto supone que el 35% de los activos ha entrado en algún proyecto para su consolidación, cinco puntos más que la reducción de la red de oficinas que a su juicio necesita el sistema financiero.
Aún así, ante las "prisas interesadas" de algunos para que concluya la reordenación, Rato pidió tiempo porque un proceso "tan importante" requiere que se cambien algunas reglas o se definan las necesidades de capital, entre otros asuntos.
Aunque admitió que "las cosas necesitan su tiempo, tampoco se pueden eternizar". Si se dividiese la reestructuración por etapas, explicó, deberíamos entrar pronto en una segunda fase en la que cada entidad tendrá que tomar decisiones sobre sus resultados presentes y futuros.
Eso sí, si la primera fase, la actual no se completa bien, Rato avisa de que la segunda etapa no se va a poder hacer, lo que afectará en la capacidad para dar crédito y en las acciones sociales.
Otro de los retos del sector será la nueva regulación internacional, porque exigirá a las entidades tener un nivel de capital de mayor calidad, lo que se conoce como "core capital", próximo al 8 por ciento.
Esta cifra, recordó Rato, no está "muy lejana" a la del sector pero incidió en que será necesario tener instrumentos que permitan llegar a ella.
Pero el ex director gerente del FMI no quiso posicionarse en el debate sobre si las cuotas participativas, valores similares a las acciones pero por ahora sin derechos políticos, deberían contar con dichos derechos en el futuro.
Hay que fijarse en las experiencias, dijo, y tener en cuenta que en un entorno que "no es fácil" y que previsiblemente dará paso en el futuro a una segunda fase de uniones en las que habrá mayor presión sobre la eficiencia, las decisiones dependerán de cada entidad, opinó.
"Cada caja es un mundo", por eso en un análisis sobre la solvencia y eficiencia de cada entidad, Rato subrayó que el 21% del sector tiene una buena relación, mientras que en el resto "hay de todo". En cualquier caso, el ex vicepresidente del Gobierno insistió en que el sistema financiero "mutual y regional" de España (el de las cajas) debe continuar.
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