Esta opción ya se planteaba en el acuerdo laboral de la integración, que preveía mantener las condiciones pactadas entonces si se producían nuevas reestructuraciones.
Esta semana, la entidad dirigida por Adolf Todó ha planteado a los sindicatos una reducción salarial del 5%, entre otros recortes, para mejorar su posición antes de recapitalizarse para afrontar los test de estrés de esta primavera, pero los representantes de la plantilla lo han rechazado de plano.
Los sindicatos han defendido que la plantilla solo aceptará propuestas enmarcadas en los acuerdos del plan laboral pactado por la fusión, y han instado a la dirección a buscar soluciones por la vía de los ingresos, en vez de reducir las condiciones laborales.
El sindicato mayoritario de CatalunyaCaixa, el SEC, se ha mostrado "dispuesto a negociar" una ampliación del primer pacto siempre que responda a los mismos criterios, pero en ningún caso congelaciones o reducciones salariales.
CatalunyaCaixa está en proceso de reducir plantilla en 1.300 personas y la red de sucursales en 395 oficinas para redimensionarse a una estructura de 1.215 oficinas y 8.000 empleados.
La posible ampliación de las cifras de recorte se enmarca en sus planes para pedir 1.000 millones de euros adicionales al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y contar con recursos suficientes para aprobar en el peor escenario previsto por los test de estrés que se realizarán en Europa entre febrero y marzo, y que serán más exigentes que los del verano pasado.
OPTIMISTAS RESPECTO AL FROB Y TEST DE ESTRÉS
CatalunyaCaixa confía en superar sus necesidades de recapitalización y los test de solvencia, pese a que ya pidió 1.280 millones del FROB y pese a ello suspendió la prueba europea de julio, que le instaba a unos requerimientos adicionales de capital de 1.032 millones.
La otra entidad catalana que suspendió entonces, Unnim, también prevé aprobar los test de estrés de los próximos meses, después de que en verano calculasen que necesitaba 270 millones adicionales.
La caja producto de la fusión de Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu, que ya pidió 380 millones al FROB en 2010, prepara ahora una nueva petición de entre 150 y 200 millones, inferior a la fijada en los test de estrés debido al buen ritmo de ventas y alquileres de su cartera inmobiliaria, han informado a Europa Press fuentes cercanas a la entidad.
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