Los argumentos de ambas partes han sido respaldados por sus respectivos peritos, cuya exposición ha protagonizado la primera jornada de la vista oral.
El juicio es fruto de la demanda de impugnación que ACS presentó contra la última junta de accionistas de Iberdrola que le impidió entrar en el consejo de administración de la eléctrica pese a ser su primer accionista, con una participación actualmente del 20%.
La vista se ha prolongado durante unas cinco horas (entre las 10.00 y las 15.00 horas). El juicio, que previsiblemente concluirá este miércoles, proseguirá con las declaraciones de los peritos, para dar paso a las conclusiones de los letrados de ambas empresas. En la sesión de ayer martes, estuvo principalmente centrada en el área de energías renovables.
Así, Iberdrola se ha ratificado en que ACS es un competidor directo y permanente. Para ello han contado con varios peritos que han expuesto diversos informes, cuatro de PricewaterhouseCoopers y dos de Nera Economic Consulting.
Por su parte, el grupo que preside Florentino Pérez sigue negando la existencia de un conflicto de competencia estructural y permanente y, para ello, se ha apoyado en la declaración de los peritos de los informes de Deloitte, Forest y los de Gonzalo Solana y Javier Huertas.
Los peritos de Iberdrola han asegurado que ambas empresas son competidoras en determinadas áreas como la de energías renovables (eólica y termosolar) o ingeniería industrial. En concreto, los peritos de PricewaterhouseCoopers, tras afirmar que tienen un concepto de competencia "radicalmente distinto" al manifestado por los de la otra parte, han asegurado que el conflicto de interés se produce en el "daño" a los accionistas de Iberdrola por la "minusvaloración" de la capacidad de la eléctrica para generar valor a sus accionistas.
En su opinión, las inversiones son un "parámetro relevante" para evidenciar ese conflicto y, en este sentido, han subrayado que sólo las áreas de energías renovables e ingeniería supusieron entre 2004 y 2009 el 62% de las inversiones de ACS y el 44% de Iberdrola.
Además, han añadido que, en términos de valor, los analistas consideran que el negocio de ingeniería energética y energías renovables de ACS representaba el 34% de su valor y atribuyen al negocio de renovables de la compañía el 32% del valor de la empresa.
Los peritos, que han aludido a las declaraciones del presidente de ACS, Florentino Pérez, subrayando el carácter estratégico de estas áreas, han añadido que, además, las inversiones de ACS van creciendo, desde los 238 millones de 2004 a los 1.200 de 2009.
Según han apuntado, la competencia por parques eólicos o plantas termosolares entre ambas empresas se dan en España, Portugal, Reino Unido, Brasil, México y EEUU. Por todo ello, concluyen que entre ambos hay competencia, no sólo en la generación de energía sino también en los accesos a las distintas concesiones.
Posteriormente, han tomado la palabra los peritos del informe de Nera que han afirmado que hay un conflicto entre ambos grupos en la promoción y desarrollo de parques eólicos on-shore y off-shore y plantas termosolares, en la generación de energía y distribución y en la ingeniería y construcción en sectores energéticos. "Los dos son promotores de parques y tienen interés en llevarse la adjudicación", han añadido.
Los peritos han manifestado que ACS no está en esos mercados por un efecto "fortuito", sino que ha "diseñado una estrategia" para estar en los mismos.
INFORMES ACS
Por su parte, los peritos encargados del informe de Deloitte presentado por ACS, han apuntado que en 2009 las energías renovables representaban, para ACS, unas ventas de 187,8 millones y un beneficio de 17,75 millones, lo que supone un 1,2% de las ventas totales y un 0,91% de su resultado global.
En su intervención y, a preguntas de los letrados de Iberdrola, han reconocido que es "constatable" que han crecido las ventas de ACS derivadas de su actividad en energías renovables, al pasar de 106 millones en 2007 a 187 en 2009 y también su beneficio que, prácticamente se ha doblado, de 8,8 millones a 17,8 millones. No obstante, han insistido en que el peso relativo de esta actividad en su beneficio total sigue estando por debajo del 1%.
Por su parte, los peritos del informe de Forest han indicado que Iberdrola es un operador "claramente energético" que se integra verticalmente y "su actividad es la electricidad", mientras que ACS se centra en la construcción y en la prestación de servicios. En este sentido, han afirmado que su entrada en otras actividades, como la de las energías renovables, tiene como único objetivo el de "asegurar la obra".
En este sentido, han subrayado que, en su opinión, no hay competencia en energías renovables debido a que los precios vienen fijados y toda la energía generada la absorbe el sistema.
Además, han apuntado que en energía eólica 'offshore', Iberdrola tiene una potencia instalada de aproximadamente 20.000 megawatios frente a los 1.324 de ACS y los ingresos son de 160 millones del grupo constructor frente a los 23.000 de la eléctrica. A la vista de la "variación de estas magnitudes", han afirmado que "difícilmente se puede catalogar" de conflicto estructural y permanente la situación entre ambas empresas.
Los peritos de Forest han apuntado que hay una "coincidencia" entre ambas empresas porque venden "lo mismo" y, por lo tanto, hay "concurrencia en el mercado", pero creen que no hay competencia "ni en términos de cantidad, ni de mercado". En concreto, han asegurado que la probabilidad de que un megawatio de ACS desplace a uno de Iberdrola es del 0,65%.
A la vista de sus conclusiones, la defensa de Iberdrola ha apuntado que no se puede obviar que existe un mercado de promoción de parques eólicos y que la concurrencia entre ambos grupos se da en esa fase previa, en la de "acceder al mercado".
En el juicio, también han tomado la palabra Gonzalo Solano y Javier Huertas, ex presidente y ex vocal del Tribunal de Defensa de la Competencia, respectivamente, quienes han coincidencia en que no hay competencia en energías renovables porque no reviste las características propias para ser un mercado.
Tras definir lo que entienden por competencia, han apuntado que no se puede decir que ACS sea un competidor y han añadido que, por ejemplo, el hecho de concurrir a un concurso no convierte a una empresa en un operador energético.
A su juicio, ambas empresas parece que únicamente coinciden en el mercado de generación y, en este sentido, han manifestado que ACS "claramente no tiene un mix de energía para competir" y tampoco puede competir si se tiene en cuenta su "clase de generación".
Tras analizar la posible competencia o no en el sector de energías renovables, se ha pasado al análisis en el área de ingeniería industrial y, en concreto, los proyectos llave en mano. Los peritos de ACS han apuntado que, entre 2007 y 2009, como promedio, el 12,7% de las ventas de ACS fueron por estos proyectos, no sólo energéticos y supusieron un 2,62% de su beneficio.
Además, han precisado que ACS ha concurrido a 87.000 concursos en tres años y, según los datos de un informe de la otra parte, en 10 concursos habrían competido entre 2004 y 2007, lo que, a juicio, evidencia que no se puede hablar de una "competencia significativa". Por su parte, los peritos de Iberdrola no han podido aportar su visión en relación a la ingeniería industrial, ya que la vista ha quedado aplazada hasta el miércoles.
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