El banco que preside Emilio Botín tiene en su balance 48.502 millones de euros de deuda soberana de España, lo que supone la cuarta parte del total del sistema financiero español, mientras que el BBVA concentra 43.991 millones (23%).
El Sistema Institucional de Protección (SIP) que colideran Caja Madrid y Bancaja ocupa el tercer puesto del 'ranking' en cuanto a exposición directa a España, con 23.981 millones (12,5%), y la Caixa se coloca a continuación, con bonos españoles por valor de 19.424 millones.
El valor de la deuda pública en manos de los bancos se sitúa en 110.085 millones de euros, algo superior a la que tienen las cajas de ahorros (81.586 millones).
Otras entidades financieras con volúmenes significativos de deuda española en sus balances son Banco Popular (7.574 millones), Caja Duero y Caja España (6.092 millones), el SIP de Cajastur, CAM, Caja Cantabria y Caja Extremadura (5.887 millones) y el Banco Sabadell (4.869 millones).
A continuación se sitúan CatalunyaCaixa (4.072 millones), NovaCaixaGalicia (3.273 millones), Banca Cívica (2.969 millones), Mare Nostrum (2.853 millones), Banco Pastor (2.693 millones), BBK (2.446 millones), Unicaja (2.053 millones), Ibercaja (1.973 millones), y Bankinter (1.735 millones).
Los expertos consultados por Europa Press explican que estos datos pueden interpretarse como la menor percepción de riesgo respecto a la deuda soberana española de la banca española que la de sus competidores internacionales, más recelosos sobre la capacidad del Estado de hacer frente a sus obligaciones de pago.
BUENA DISPOSICIÓN DE LAS ENTIDADES
Por otro lado, apuntan a la buena disposición de las entidades financieras españolas para comprar emisiones del Tesoro Público debido a los cada vez mayores intereses que reporta, o para garantizar el éxito de la colocación de deuda pública en caso de que sea necesario.
La banca se ve doblemente afectada por la crisis de deuda soberana ya que, además de contar con bonos españoles en su balance, exposición al riesgo país que algunos inversores penalizan, la desconfianza sobre la capacidad del Estado de afrontar sus pagos encarece las emisiones de deuda pública, y también privada.
Pese a que el rating del país suele servir de referencia para el coste de las emisiones de deuda privada, el rendimiento de algunas colocaciones de entidades y empresas se ha situado por debajo del de la deuda pública, destaca la Asociación Española de Banca (AEB).
El experto de Fidelity Tom Stevenson señala que la crisis financiera estrenará en breve su cuarto año con "el viaje de ida y vuelta del lastre de la deuda de los bancos a los Estados y viceversa".
A su parecer, la crisis de la deuda pública será el tema dominante en Europa en 2011 y persistirá durante muchos años en los mercados, conforme se vaya desarrollando el lento proceso de sanear las cuentas de los países de la periferia europea dentro del círculo vicioso de recorte del gasto y crecimiento débil.
Los costes de financiación, tanto para los Estados como para las empresas, seguirán siendo mucho más altos "en los márgenes del Viejo Continente", en España, Portugal e Italia, que en el centro de Europa.
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