El decimotercer informe "Ibex 21" del sector cerámico elaborado por la consultora KPGM ofrece un pésimo retrato del sector azulejero, que se enfrenta a pérdidas históricas y muy probablemente a cambios radicales
VALENCIA (JORDI FERRER). El responsable del informe de KPMG sobre el sector azulejero, Juan Latorre, fue tan claro como contundente al señalar que "si en el período 2007/08 sólo hubo ocho empresas con pérdidas, lo complicado será encontrar, con los datos de 2009, compañías con beneficios".
En su opinión, el sector se enfrenta a un momento histórico, como el que vivió hace años el del juguete, que obligará a las empresas a romper el "tabú" de las fusiones, pero también advierte a los directivos de la necesidad de modernizar su gestión y olvidar la referencia del año 2005, pues insiste en que "nada volverá a ser igual".
"Los datos de ventas de 2009, según las primeras estimaciones facilitadas por Ascer, irán en la misma línea negativa, aunque la cuenta de resultados no se verá afectada por el empleo, que se redujo en el último año. La realidad de las ventas implica cambios en la mano de obra, eso es evidente porque sobra capacidad productiva", afirmó tajante.
Latorre lamentó la "lentitud" con la que se suelen desarrollar los expedientes de regulación de empleo. "Si a una empresa le sobra capacidad productiva no puede esperar tres o cuatro meses. Al final acaba repartiendo su patrimonio en nóminas".
RIGIDEZ DEL MERCADO LABORAL
"Otro de los problemas que se derivan de la actual coyuntura es la falta de modernización, el incremento del stock, la guerra de precios y la urgente necesidad de liquidez, que seguramente ha llevado a muchas empresas a vender a pérdidas y, si nada cambia, si el mercado laboral sigue con la misma rigidez, el próximo paso es la suspensión de pagos".
Del mismo modo, reconoce que en la provincia de Castellón, donde se concentra la inmensa mayoría de azulejeras, existen muy pocas alternativas al empleo.
"La pregunta no es cuándo va a acabar la crisis, sino cómo nos vamos a enfrentar a la nueva situación. Las empresas deben asumir que ya nada va a volver a ser igual, que pasarán muchos años antes de que recuperen los volúmenes de ventas y empleados que tenían en 2005, y que esas cifras deben dejar de ser referencias", sentencia Latorre.
"Pero no todo está mal en la industria del azulejo, de hecho hay empresas que van muy bien e incluso siguen obteniendo beneficios. La palabra mágica es gestión", subrayó Latorre.
"No se puede asumir que los procesos de refinanciación de la deuda duren dos o tres meses. El empresario debe cambiar de mentalidad, ha de presentar planes reales, garantías, estrategias creíbles y productos atractivos. Han de entender que las cajas y bancos también están muy presionadas por el Banco de España".
CONSEJOS
También hubo un apartado constructivo en el que se puso como ejemplo la situación de las principales azulejeras italianas, rivales directas de las españolas en los mercados internacionales. "Una de las principales diferencias, además de que ellos facturan de media el doble que nosotros es que ellos fabrican el 25 por ciento de sus productos cerca de sus clientes, es decir, en Europa del Este".
"Las empresas valencianas han invertido en la creación de empresas distribuidoras en el extranjero, pero han mantenido su producción en España alimentadas por la buena marcha de la construcción. Ahora que la situación es complicada en casa nos damos cuenta de que estamos mucho más lejos del cliente que nuestra competencia, y eso permite a las empresas italianas vender más caro y reducir sus costes", añadió Latorre.
En su opinión, "es evidente que el sector se está reconvirtiendo", pero advirtió que para hacer frente a la competencia debe iniciar de inmediato procesos de integración, fusiones o acuerdos comerciales, un asunto "tabú", según Latorre, dado el carácter individualista y familiar de la mayoría de estos empresarios.
FUSIONES INCLUSO CON LOS ITALIANOS
"Fusiones incluso con las empresas italianas ¿por qué no?", apuntó. "Creo que algunos empresarios no se lo han planteado en su vida, pero en la Comunitat tenemos experiencias similares en otros sectores como el juguetero, no hay motivo para no hacerlo".
"Este es el mensaje. El proceso debe empezar cuanto antes liderado por quien sea: las empresas, , las cajas y bancos, o incluso la Generalitat, que podría hacer algo más que dar subvenciones para editar el estudio. Alguien ha de tomar las riendas", criticó.
Por último, apuntó que las ayudas y subvenciones a la rehabilitación que tiene previsto aprobar el Gobierno dentro del paquete de medidas anti crisis podrían suponer "un balón de oxígeno" para el sector "a pesar de que llegan dos años tarde", tal y como ha sucedido en Navarra, donde este tipo de medidas ya se aplican.
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