VALENCIA. "Decepción" es la palabra que mejor podría describir las primeras impresiones recogidas en círculos financieros de Valencia nada más conocerse los nombres que representarán a Bancaja en el consejo de administración del SIP resultante de su fusión con Caja Madrid y otras cinco cajas de ahorro menores. Las primeras opiniones centran su análisis en la falta de carácter técnico y financiero de los designados. "Han elegido a personas -no todas- que representan a colectivos, pero ninguna es profesional de la industria financiera. ¿Quién de ellos, salvo Olivas, sería capaz de enfrentar su opinión, si fuera necesario, con todo un Rodrigo Rato?", se lamentaba anoche un importante broker valenciano.
Otros consultados opinaban que con este grupo de consejeros, tanto Rato como Olivas se aseguran un control sin interferencias sobre sus respectivas áreas de influencia. De hecho, la decisión de no pactar ningún nombramiento con el partido socialista, que provocaría el abandono de la sala del consejero socialista José Camarasa a la hora de la votar, abundó en ese argumento y en el limitado control que sobre directivos y gestión podrían ejercer los nuevos vocales.
En efecto, la que es señalada como la futura "primera caja de ahorros de España y primera entidad en banca comercial y de empresas en el mercado nacional por volumen de negocio", tendrá como representantes de la Comunitat Valenciana en su consejo a dos abogados (tres si se cuenta a Olivas, aunque su larga experiencia en la gestión política trasciende de su formación universitaria), un arquitecto y promotor (presidente de la patronal como valor añadido), un químico (experto en la rudimentaria fontanería de la entidad) y un empresario de Vinaroz perteneciente al sector del mueble. "Sin menoscabo del respeto individual que cada uno de ellos se merece, el conjunto ofrece un escaso bagaje para la ambición pretendida de un SIP que dará origen a la tercera entidad financiera de España", comentaba un conocido, influyente y bastante desilusionado empresario valenciano.
Otro relevante asesor financiero, procedente del sector de la auditoría y consultoría, aseguraba no sentirse sorprendido por los nombramientos de Bancaja. "Cuando me enteré por la mañana de los de Caja Madrid, ya me di cuenta de qué iba la cosa", comentaba el consultor, y despejaba dudas: "No quieren cambios. Los mismos perfiles, los mismos nombres, la misma historia", en referencia a la continuidad en el SIP de unos consejeros de cajas de ahorro convidados de piedra durante la crisis de ambas entidades y cuya función de control sobre la gestión en estos últimos años es cuestionable.
"Primero perdimos la valencianía de las propias cajas de ahorro, pero nos resignamos: quedaba la siempre importante posición de influir en las estrategias y decisiones dentro del SIP. Pero ahora, con estos representantes hemos perdido cualquier chance de influencia dentro de la gran entidad financiera que se prepara... Todo el poder para Madrid. Ya podemos olvidarnos de aquel ilusionante objetivo de hacer de Valencia una plaza financiera a la altura de las ambiciones de sus empresarios".
Hoy, en Valencia, se escribirá el primer capitulo de la nueva entidad. En la sede social del nuevo grupo, en la calle Pintor Sorolla, se reunirá el consejo en pleno del SIP para formalizar su nacimiento. Comienza un futuro que deja cierto regusto amargo entre la comunidad financiera nativa.
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