Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Economía incumple con Unión Gremial el criterio que aplicó para excluir a Anged del Observatorio
• El 'problema valenciano' se cuela en Madrid
• A quién le sube y a quién le baja los impuestos Joan Ribó

VALENCIA. Una de las incógnitas más importantes de cara a las próximas elecciones generales en el panorama político valenciano se sitúa en la posible alianza entre Compromís y Podemos. La coalición formada por Bloc, Iniciativa y Verds-Equo se encuentra en estos momentos en diferentes procesos internos para decidir si concurre y en qué condiciones junto a la formación que lidera Pablo Iglesias.

Una alianza de la que Compromís, tal y como han insistido públicamente diversos referentes de la coalición, espera sacar un grupo propio en el Congreso. Una iniciativa dirigida a elevar el peso del partido en Madrid donde, según recalcan fuentes de la formación, se deciden "cuestiones fundamentales" para la Comunitat Valenciana. No obstante, tal como han deslizado algunos dirigentes del Bloc como el eurodiputado Jordi Sebastià, el histórico Pere Mayor o el diputado Jordi Juan, este pacto no cuenta con unanimidad en la formación nacionalista. De hecho, en este sentido se está celebrando estos días una votación para conocer la opinión de la militancia sobre un hipotético acuerdo.

Ahora bien, al margen de las cuestiones ideológicas y estratégicas, la posibilidad de conformar un grupo propio en el Congreso de los Diputados también posee ventajas económicas importantes para un partido político. Según publicó la Cámara Baja en su Portal de Transparencia en febrero de este año, cada grupo recibe una subvención fija de 28.597,08 euros mensuales y una aportación variable en función del número de diputados de cada uno de ellos de 1.645,49 euros mensuales por cada parlamentario. En total, una ayuda de 343.164 euros al año para cada grupo.

En este sentido, si Compromís concurriera en solitario y no cumpliera los requisitos mínimos para conseguir conformar un grupo propio, sus diputados podrían beneficiarse de las condiciones de pertenecer al llamado Grupo Mixto, donde también se ingresan las citadas ayudas anteriormente, según explicaron a este diario fuentes del Congreso. No obstante, la subvención en este caso se reparte -sin intervención de la cámara- entre los distintos parlamentarios: en la composición actual, por poner un ejemplo, existen 19 diputados en el Grupo Mixto que pertenecen a ocho formaciones distintas, además del ex del PSOE José Antonio Viera. Una distribución económica en definitiva, muy alejada de la que le quedaría a un grupo parlamentario conformado por una alianza de dos fuerzas políticas como Podemos y Compromís bajo la fórmula con la que concurrieran.

En cuanto a las condiciones para poder conformar un grupo propio, según refleja el reglamento, los diputados podrán constituirlo a partir de 15 miembros. También podrán conformarlo "los diputados de una o varias formaciones que, aun sin reunir dicho mínimo, hubieran obtenido un número de escaños no inferior a cinco y, al menos, el 15% de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura o el 5% de los emitidos en el conjunto de la nación". Precisamente aquí es donde Compromís tendría más dificultades, puesto que suponiendo que obtuviera cinco escaños (los sondeos apuntan a 3-4) se antoja muy complicado que pudiera alcanzar en solitario un 15% en una provincia como Alicante.

De hecho, en esta legislatura Amaiur -que obtuvo siete diputados- no dispone de grupo propio puesto que el PP lo bloqueó en la Mesa del Congreso al no haber obtenido este partido el 15% en Navarra, donde también se había presentado. En este sentido, fuentes de la coalición apuntan a que desde la cámara sí han transigido en otras ocasiones -como por ejemplo con UPyD- en las que tampoco se daban los requisitos referidos.

En cualquier caso, resulta indudable la ventaja que implica disponer de un grupo propio respecto a estar en el mixto, dado que en este último los portavoces son rotatorios y las dificultades para obtener visibilidad son mayores, al igual que la menor cantidad de tiempo y oportunidades para defender las posiciones del partido de turno. A todo ello, hay que sumar las condiciones económicas sensiblemente superiores de las que dispondría Compromís si consigue conformar un grupo parlamentario propio en el Congreso.