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VALENCIA. Obra son amores y no buenas razones. Y, a veces, también las enmiendas a los presupuestos generales. El PSPV, que siempre ha criticado el abandono al que están sometidos elementos emblemáticos del patrimonio valenciano como el San Pío V o el IVAM, tampoco parece que esté muy preocupados por ellos. Es lo que se deduce de las enmiendas presentadas por el PSPV-PSOE a los Presupuestos General del Estado (PGE).

Por lo que respecta al San Pío V, por ejemplo, las citadas enmiendas pasan de puntillas. El museo lleva años pidiendo a gritos una ampliación que permita recuperar la posición de centro de referencia en España (estaba considerada la segunda mejor pinacoteca) que fue durante muchos años.

La gestión de la hasta el pasado mes de julio directora Paz Olmos, caracterizada por su irrelevancia, ha sido la principal causa. De la falta de personal a las exposiciones sin enjundia. De hecho, la última vez que el museo fue noticia no se debió a una muestra sino a un robo.

Así, sin una enmienda a los presupuestos, el Museo de Bellas Artes tendrá que seguir conformándose con su presupuesto de 300.000 euros anuales. La ampliación tendrá que esperar al menos un año más. Aún así, hay que reconocer que los PGE ya contemplan una partida de 2,2 millones de euros (y 7,3 millones más hasta 2018).

Por lo que respecta al IVAM, tampoco hay ninguna enmienda para intentar relanzar al que fuera una de las referencias del arte moderno en España. Aquí la cifras sí son ridículas. Es cierto que es una institución gestionada por la Generalitat, pero también dependen de sus respectivos gobiernos autonómicos el Teatro Real (para el que los PGE contemplan 8,7 millones) o el Liceo de Barcelona (6,8 millones).

Para el IVAM, la partida presupuestaria asignada por el gobierno central es de apenas 156.000 euros (6.000 euros más de los que ha recibido este año de la Generalitat).

MUSEO DE LA CERÁMICA

Algo más de suerte ha tenido el Museo Nacional de Cerámica. La enmienda presentada por el PSPV-PSOE alcanza los 600.000 euros. El objetivo es destinarlos a la más que necesaria ampliación de una institución que, antes de aumentar de tamaño, a lo mejor cabría potenciar sus actuales contenidos.

Cabe destacar que el González Martí merece mejor suerte. Para empezar, el año pasado sumó 136.000 visitantes, más del doble que el también castigado por la crisis y la gestión del Partido Popular (en la persona de Consuelo Ciscar), y casi tantos como el San Pío V (145.000 visitantes).

Para hacerse una idea del desprecio al Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí (ese es su nombre completo) hay que tener en cuenta que la ampliación -para poder exhibir los fondos que se acumulan en su sótano- data de 1998 y está parada desde 2007. Afortunadamente, el dinero sí llegará, pero más adelante: hasta 2018 está previsto que se le asignen 5,4 millones.