VALENCIA. Que el actual Consell no haya podido entregar al actual gestor el Ágora solo es un tropiezo más en todo el proceso de externalización de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. La fecha que se había tanteado inicialmente para la publicación de los pliegos en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV) era julio de 2013, pero no fue hasta agosto de 2014 cuando se hicieron definitivas las bases.
En su momento apuntaron a la complejidad de los pliegos, pero lo cierto es que fueron varias las piedras que se interpusieron en el camino. En las condiciones del borrador inicial, donde se recogía que la gestión sería otorgada por 15 años, establecía que se sacaría a concurso la gestión integral de L'Hemisfèric, el Museo de las Ciencias, L'Oceanogràfic, L'Umbracle, L'Àgora, los dos aparcamientos del recinto y todas las zonas comunes.
Fuera del paquete quedaba el Palau de les Arts y otras zonas, como la parcela donde estaba prevista la construcción de los rascacielos de Santiago Calatrava, una decisión que dio muchos quebraderos de cabeza a la Generalitat y que finalmente acabó por no incluirse no solo por no encontrar a una empresa que pagara suficiente por explotarla, sino por los recursos ante el Supremo sobre las expropiaciones del suelo. Estos terrenos, a priori, se expropiaron para construir viviendas de protección oficial, por lo que muchos propietarios no consideran los precios pagados por los terrenos adecuados y algunos incluso piden la devolución.
Y SE CAYÓ EL TRENCADÍS DEL PALAU
A esto se sumo el colapso de la Abogacía de la Generalitat por el cierre de Radio Televisión Valenciana (RTVV), lo que provocó un aumento de trabajo y no les permitió ahondar en los pliegos. Y entonces llegó el problema del trencadís del Palau de Les Arts. De hecho, fue el propio Buch quien apuntó que los pliegos de la externalización de Cacsa de todos los edificios del complejo estaban preparados, pero se habían parado por el desprendimiento en el centro operístico "porque las prioridades de repente fueron otras".
"La aparición del problema de la cubierta hace que haya que tener especial cuidado en quién asume los gastos de mantenimiento porque vicios ocultos, y esto es un vicio oculto, no los puede asumir el gestor de la instalación", apuntaba. A pesar de que Les Arts no entraba en los pliegos, se justificó eb que "cualquier empresa que quiera hacerse cargo de la gestión del resto de instalaciones quiera saber en la situación que se encuentra", para después constatar que han revisado el resto del complejo y que en principio sólo es la cubierta de les Arts la que está presentando problemas y no otros como el Ágora, aunque ahora vaya por el mismo camino.
De hecho, en julio de 2014, el ya ex conseller de Economía Máximo Buch ‘vendía' personalmente las virtudes del Ágora. Reconoció que todavía quedaban "cosas por instalar, sobre todo en la parte superior" y que si no se hacía era porque era "época de ahorro". "No es el momento, ya que el Ágora puede funcionar perfectamente puesto que su estado tiene un aspecto razonablemente nuevo y parece un edificio acabado. Algún día se terminará, pero cuando vuelvan los mejores tiempos y cuando haya presupuesto para rematar el techo y eso lo hará el propietario, Cacsa, cuando pueda", concluyó.
UNA PRIVATIZACIÓN DESCAFEINADA
La idea inicial del antiguo Consell pasaba por la externalización de L'Hemisfèric, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, L'Oceanogràfic y L'Àgora pero finalmente solo la gestión de los dos últimos fue privatizada, aunque el primero ya se encontraba bajo este régimen desde hace años bajo el control de la empresa Parques Reunidos. En cuanto a L'Hemisfèric y el Museo de las Ciencias siguen siendo gestionados por la sociedad pública Cacsa aunque el gestor privado se encargará de impulsar la publicidad de todos los edificios del complejo, la restauración, catering y el merchandising, así como la venta de entradas, por la que recibirá una comisión.
El gestor privado también tiene la potestad de proponer contenidos para L'Hemisfèric y el Museo de las Ciencias aunque será Cacsa quien tenga la última palabra para decidir. Las previsiones iniciales de que todo el complejo recayera en un gestor privado han "tropezado con dificultades legales", admitía el responsable autonómico. En este punto, la principal problemática estaba centrada en la doble titularidad del suelo: el Ágora y L'Oceanogràfic es propiedad del Cacsa, mientras el resto, fruto de expropiaciones, pertenece a la Conselleria de Economía, lo que complica que esa parte del complejo deje de ser público.
Buch aseguró que podría haberse ejecutado una cesión de suelo para realizar la operación, pero optaron por una solución que resultaba "más positiva en la práctica". Fuentes de la Generalitat señalaban en aquel momento que el problema del suelo había sido uno de los principales obstáculos. Desde el inicio del proceso, la Abogacía de la Generalitat, el departamento de Patrimonio y la consultora Deloitte, habían mostrado sus reservas respecto a las modificaciones planteadas desde Economía para la externalización íntegra del complejo.
EL ENFADO DE PARQUES REUNIDOS
Parque Reunidos, la empresa que gestionó durante 11 años el acuario de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia no se presentó al concurso de externalización de la gestión al entender que las condiciones económicas que se planteaban hacían imposible su rentabilidad. Pero el asunto no quedó ahí. La compañía presentó una demanda contra la Generalitat por valor de 8,2 millones de euros ante el impago de nueve millones que debía haber cobrado desde 2009 hasta julio de 2014 por la gestión del Oceanogràfic.
El conseller justificaba la situación explicando que eran "atrasos de impago que antes se compensaban, ahora prefieren no compensarlos", y que desde el gobierno se intentaría llegar a un acuerdo amistoso. Finalmente Cacsa acabó anunciando otra demanda contra Parques Reunidos reclamando 33,3 millones por incumplimientos en sus obligaciones en materia de infraestructuras y contenidos biológicos contemplados en el contrato.
RAIN FOREST PONE EN DUDA LA ELECCIÓN DE AVANQUA
Fue en julio de este mismo año cuando Rain Forest cuestionaba la "desproporcionada diferencia económica" entre la propuesta ganadora de Avanqua y las ofertas de sus competidores. Por este motivo, con fecha del 18 de junio, la compañía solicitó la información completa sobre la adjudicación del expediente del concurso. Avanqua presentó una oferta con un valor neto de 67 millones y un canon inicial de cuatro, frente a los 32 millones y 600.000 euros del segundo clasificado en las propuestas técnicas, que era Rain Forest, ya que Asproparks quedó fuera de la pugna en la oferta económica.
Avanqua obtuvo la mejor puntuación en la evaluación de las ofertas técnicas, con 36,54 puntos sobre 40, mientras que Rain Forest obtuvo 21,31 y la de Aspro Parks 12,67 puntos. Rain Forest ya pidió información con fecha del 21 de abril sobre la oferta económica, a lo que Cacsa contestó que "la Mesa de Contratación no ha considerado infundada la oferta debido a que se aporta la documentación justificativa de la misma y que, además, la misma responde al diseño y estimaciones previstas por Cacsa para la presente contratación".
Sin embargo, la compañía consideraba necesaria tener la información para poder ver el fundamento del Plan de Calidad que justificara la desproporción económica y ver si ésta disminuirá la calidad de los servicios. La compañía pidió revisar la puntuación obtenida, justificación de criterios de comparación con el resto de ofertas y el criterio por el que se asignaba la máxima puntuación a la oferta de mayor valoración teniendo en cuenta que este punto no estaba incluido en el Pliego de Condiciones.
Recibieron respuesta con fecha del 30 de abril, en la que Cacsa contestó que la valoración de las ofertas de las áreas técnicas fue realizada por diez comisiones de evaluación, una por plan, participando en las mismas un total de 22 evaluadores y 39 evaluaciones. "Las ofertas han sido analizadas comparativamente y el método de valoración ha sido por igual a todos los licitadores y en todos los criterios y subcriterios", aseguraban desde Cacsa. En relación a la oferta económica "la Mesa de Contratación no ha considerado infundada la oferta debido a que se aporta la documentación justificativa de la misma y que, además, la misma responde al diseño y estimaciones previstas por Cacsa. para la presente contratación".
PARQUES REUNIDOS PIDE INFORMACIÓN A RAIN FOREST
Cacsa también dirigía a Rain Forest Valencia, S.A. una comunicación en la que se informaba de la solicitud de Parques Reunidos Valencia, S.A., para ejercitar el derecho de acceso al expediente de "Contratación de la Gestión y Explotación de los edificios e instalaciones del Oceanogràfic y del Ágora y apoyo a Cacsa para la dinamización de la Ciudad de las Artes y las Ciencias", lo que quiere decir que la compañía también estudia lo que presentaron sus competidores.
¿Una privatización descafeinada?........solo el tiempo lo dirá. Quizás ha sido descafeinada porque el concurso tal y como estaba diseñado o las propias cifras de negocio del complejo hacían que careciera de interés para grandes grupos empresariales de otros sectores que no sean el temático, con mayor presencia en los mercados, que es lo que CACSA hubiera necesitado para atraer turismo, y ante esa ausencia se optó por el candidato local, que como es lógico y natural lo intentará hacer lo mejor posible. La cuestión es que no aparezcan después de un tiempo, clausulas ocultas, interpretaciones raras o acuerdos no escritos, como señalaba recientemente la Vicepresidenta Oltra. Situación que suele ser frecuente. Por ejemplo en Terra Mitica, sus actuales gestores y propietarios viene reclamando, como señalaba este periódico no hace mucho, una recalificación de terrenos anexos al parque, cuestión que al parecer no figura en las condiciones de venta, pero que se habló (prometió) en su día. Efectivamente, en este caso la viabilidad del parque depende en gran medida de esta reclamación. O como sucedió también en la privatización del Hospital de Alzira, al que el Consell de entonces tuvo que indemnizar. En definitiva "el problema" del centro temático Valenciano sigue siendo el mismo de siempre, CONTENIDOS Y REINVERSIONES. La privatización, por otra parte, no debería disminuir la importancia de CACSA y sus profesionales en la gestión del complejo, muy al contrario, suena raro pretender que las soluciones para el Museo de Ciencias salgan de un operador de acuarios. ¿Recurriría Cosmo-Caixa/Barcelona al gestor del Acuario para aportar soluciones?. Rotundamente, no.
Los mil doscientos y pico millones enterrados en esas monstruosidades está claro que ya nunca se van a recuperar, pero... ¿no tendría más sentido echarlas abajo todas, ahora que todavía se está a tiempo (es decir: ahora que la suma de los votos de los valencianos, por una graciosa casualidad que nunca volverá a repetirse, no da mayoría absoluta al PP)? Difícilmente podría salir más caro que pagar a no sé cuántas mil empresas (lógicamente privadas, porque lo contrario sería cruel e inhumano, colectivista, liberticida etc) para que las mantengan y las "gestionen", las "doten de contenido". Y lo mismo alguien estaría dispuesto a pagar por llevarse según qué trozos. O incluso algún japonés loko podría estar interesado en desmontar la cac entera y llevársela a trocitos. Hay posibilidades, si se usa la imaginación.
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