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VALENCIA. El conseller de Transparencia, Cooperación Internacional, Participación Ciudadana y Responsabilidad Social, Manuel Alcaraz se enfrenta a un reto sin precedentes: "Esa sensación de que se nos había convertido en un pueblo de corruptos hay que superarla". Al frente de esta nueva conselleria aspira a aportar mecanismos para evitar la corrupción y también que el ciudadano perciba el cambio de relato. Experto en pluralismo lingüístico, corrupción y ética pública, se muestra ambicioso en sus metas en esta entrevista a ValenciaPlaza.com. Y desvela la "situación caótica" en ayudas a Cooperación Internacional tras los desmanes del exconseller "Rafael Blasco y sus amigos".

Es militante actual de Iniciativa del País Valencià (forma parte de Compromís) y presenta una larga trayectoria política. Doctor y licenciado en Derecho (aunque nunca ha llegado a ejercer de abogado) y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante. Ha sido diputado en el Congreso, miembro de la dirección de Esquerra Unida, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Alicante y vocal del consejo de administración de RTVV, entre otros cargos. También escritor y articulista de periódicos. Coordinó en la campaña del 24-M la parte de discurso político del programa de Alicante de Compromís. Tras los comicios, fue uno de los negociadores con el PSPV para materializar el pacto de gobierno en la Generalitat.

-Tras el  vuelco electoral ¿la Conselleria de Transparencia es el ejemplo de ese nuevo tiempo político? ¿Cómo vive la llamada del president? ¿Fue petición de Mónica Oltra a Ximo Puig? Cuentan que tiene una excelente relación con la vicepresidenta...
-Para mí fue una sorpresa absoluta. Yo había querido ir el último en la lista de Alicante, no había querido presentarme a primarias. Mi posición política era de retaguardia, pero bueno, son de esas propuestas que alguien con trayectoria política difícilmente va a decir que no. Reconozco que la política tiene ese elemento de droga que para los que la hemos catado, en mi caso desde hace 37 o 38 años, es muy difícil decir que no a una propuesta así.

Y por otro lado, también me parece que era un tema de relevancia moral. No podemos estar hablando de cambio y de propuestas de cambio y cuando surge una propuesta de este tipo negarnos...  Por tanto, dije que sí. Hay una parte de legítima ambición y otra de esfuerzo en una situación personal que no me favorecía:  un niño pequeño y un infarto hace tres años... En fin, la suma de esos dos elementos me llevó a aceptar.

Curiosamente con Mónica yo no lo hablé. Somos muy amigos desde hace muchos años, tenemos una relación, una coincidencia política prácticamente plena, aunque discrepamos a veces en algunos momentos y gastamos la ironía uno con otro. Lógicamente y afortunadamente, pero ella estaba en otras misiones. Y cuando ya parecía que todo estaba cerrado me llamo el president y fue una cosa un poco formal, dado como había sido el proceso, y le agradecí que confiara en mí.

-¿Cómo se organiza una conselleria desde la nada? Se habla de que necesitará 170 trabajadores y apenas hay recursos. Ya han sufrido dos traslados, ¿cómo ha sido el inicio?
-Muy complicado; a veces divertido, a veces frustrante. Es decir, encajamos en una administración autonómica muy potente, y en toda administración la novedad genera algún tipo de preocupación. Somos objetivamente freno a algún tipo de inercia. Provocamos que haya  gente que cambie de despacho, que haya reacomodo de funcionarios... Eso algunos lo viven como una situación normal y otros lo viven como una molestia. Algunos, digo, refiriéndome al conglomerado de la administración, estructuras, etc. No ciertamente desde la animadversión, porque desde el Gobierno hay coincidencia plena de que ésta era una conselleria necesaria y útil y había que facilitar las cosas. Había problemáticas por solucionar.

Ahora ya tenemos local, va a ser éste (en la calle peatonal Micalet, junto a la Catedral) aunque probablemente en el futuro haya que rehabilitar algunos espacios. Hemos heredado muebles de otras consellerias, algunos que estaban en almacenes; hemos recibido funcionarios que antes estaban adscritos a otras direcciones generales y ahora son competencia nuestra.

REGLAMENTO PROVISIONAL

Hemos aprobado el reglamento de organización y funcionamiento provisional, que es lo que se hace legalmente en estas ocasiones y que nos permite existir, definir nuestras competencias, etc. A finales de mes se aprobarán todos los reglamentos definitivos de todas las consellerias. Y ahí ya nos igualaremos con las demás.

En definitiva, vamos a tener una conselleria barata. Lo que yo llamo una conselleria dispositivo. Por una parte, hay unas consellerias servicio que tienen una función clarísima de prestar un servicio directo a la ciudadanía; como Educación, Salud, Bienestar Social, Justicia, etc. Otras, sin embargo, nuestra función consiste en generar las condiciones para que el funcionamiento regular de las administraciones públicas haga que sean transparentes, participativas, responsables, cooperativas y solidarias.

Y, por tanto, tenemos contacto directo con la ciudadanía, porque lo gestionamos desde el servicio PROP. Y el servicio de transparencia que pondremos en marcha a través del Portal de la Transparencia también será un servicio directo. Básicamente lo que hacemos es promover cosas para que el conjunto de la administración autonómica y local funcionen con más intensidad democrática.

-Pero, ¿aspira a poder llegar a disponer de esos 170 funcionarios?
-Sí, pero será a lo largo de toda la legislatura. De todas formas hay un número importante de gente que es la gente de los PROP ¡Ojo! Ahí la conselleria tiene varias decenas de personas que ya están. He visitado el de Castellón. Y está 'a punto de caramelo' el PROP de Alcoy. Se hace un convenio con el Ayuntamiento y este pone el local y la conselleria el personal. Y luego quiero hacer uno en Dénia. Y así, digamos, las zonas más pobladas del país tendrán un PROP cerca.

LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

-Le he escuchado (también al president y a la vicepresidenta) que hay mucha ambición tras esta conselleria ¿Transparencia abanderará la lucha contra la corrupción?
-Yo creo que esta legislatura tiene que tener tres patas: en primer lugar la financiación; no podemos seguir sometidos al secuestro económico por parte del gobierno español, porque esta autonomía se marchita. En segundo lugar y muy ligado al anterior, los servicios; prestaciones sociales en Educación, Sanidad, Bienestar Social y Justicia esencialmente. Y un tercer elemento básico, que es el crecimiento de la autoestima de los valencianos y valencianas. Esa sensación de que se nos había convertido en un pueblo de corruptos hay que superarla.

Esto es vital para nuestra historia como pueblo. No es una cuestión puramente económica. Tiene una trascendencia histórica en la cohesión social, en la convivencia cotidiana en muchos pueblos. Es básica. Por lo tanto, hay que arrojar luz sobre lo que ha pasado y hay que evitar que vuelva a pasar.

La misión de esta conselleria tiene como uno de sus elementos fundamentales contribuir a ello generando dispositivos, mecanismos, que impidan o que dificulten muchísimo que esas malas prácticas, corruptelas de baja intensidad, o corrupción pura y dura se puedan reproducir.

Esto es lo que nuestra conselleria tiene que conseguir y es algo que ya estamos viviendo. Vienen ciudadanos a vernos, nos mandan emails, escriben en Facebook... A veces es muy gratificante ver que un ciudadano se hace amigo del conseller para poder mandarle un mensaje por Facebook y contarle una historia. Creo que esa es nuestra misión. Ya percibimos que en parte de la ciudadanía se aprecia, aquello de decir, "mire usted, hay un referente de cambio de relato".

¿Es algo que en mi conselleria podemos hacer solos? No. Estamos al servicio de la administración autonómica y como digo del poder local. Para luchar contra la corrupción pura y dura están la Policía, la Fiscalía y los jueces. Desde el punto de vista de la responsabilidad política están las Cortes y la Sindicatura de Comptes. Yo no soy Robin Hood, he dicho en alguna ocasión. Mi misión no es cazar a lazo a los malos. No soy el sheriff del condado. Aunque si nos llegan algunos casos de corrupción los trasladaremos a las instancias pertinentes.

Nuestra conselleria tiene competencias sobre la Inspección General de Servicios. Existe desde que hay Generalitat, con las inspecciones específicas de Educación, Sanidad y Bienestar Social... pero se había dejado que decayera hasta tener solo tres funcionarios.

VIGILAR QUE SE ATIENDA EN VALENCIANO

-¿Cuántos hay ahora? ¿Cuántos prevé? ¿Y en qué se notará?
-Nosotros la hemos ampliado un poquito, a cuatro funcionarios. Hemos recuperado a uno que encima estaba prestado en otra conselleria, con una jefatura de servicio, con técnicos auxiliares, etc. La vamos a ir fortaleciendo para que sea un elemento clave. Y en la medida que tengamos un reforzamiento presupuestario incrementaremos el número y potenciaremos el servicio, porque es el primer nivel. Hay que detectar cualquier incumplimiento de normas por la propia administración ¡aunque no sean delito! No podemos tolerar la dejadez ante la ley.

Si la ley dice que hay que funcionar, por ejemplo, al hacer un expediente de una determinada manera; eso tiene que estar siendo inspeccionado por alguien. Si la ley dice que al ciudadano hay que tratarle en castellano o valenciano, según quiera; eso hay que vigilarlo. Si la ley dice que hay que prestar determinados servicios, o dirigirse a los ciudadanos cuando van al edificio PROP, hay que verificar que eso se hace.

Y además de cumplir esas funciones verificar casos de mobbing, acosos de cualquier tipo... Ahí también actúa.

-Y en todas estas cuestiones, hasta ahora, ¿se estaba mirando hacia otro lado?  ¿Se había desmantelado esa inspección?
-La impresión que tenemos por los informes recibidos es: un personal de altísima cualificación y muy motivado al cual prácticamente no se le daba trabajo y además se dejó que cayera hasta tres funcionarios. Con una administración como la autonómica, pues no tiene sentido. Tenemos que subir este número notablemente a lo largo de la legislatura. No va a ser cosa de un año.

-¿Qué cifra se marca que podría ser digna?
-No me atrevo a decirlo porque dependerá de cómo vayan actuando en función de cada incremento. Hay tres fuentes: las que le encarguemos directamente como conselleria; la que ellos mismos puedan detectar situaciones, y aquellas que puedan ser pedidas o denunciadas desde fuera de esta conselleria.

Por ejemplo, en este momento otra conselleria ya nos ha pedido que algún inspector se ocupe de revisar las cuestiones administrativas de una empresa pública que ha tenido problemas en la anterior legislatura...

-Empresa públicas con problemas hay varias, ¿Puede ser más explícito?
-Perdonad que mantenga en algunas cosas una cierta discreción. Tenemos que ir cambiando el chip también. Cuando se estaba en la oposición la única vía que dejó el PP en muchos momentos fue la de la denuncia pura y dura, en cuanto a lo que los juristas decimos ‘noticia criminis', es decir, noticia de que se puede estar cometiendo un delito. Pero cuando estamos ahora en el gobierno lo sensato es, estamos hablando del anterior gobierno, por lo tanto no estamos ocultando nada. Podría ser para nosotros rentable políticamente seguir con esa dinámica, pero en algunos casos vamos a ir viendo, vamos a estudiar las cosas, no se trata de generar un discurso de que los que había antes eran muy malos y había muchos casos de corrupción. Eso ya lo sabemos. El anterior president de la Generalitat tuvo que despedir a no sé cuántos políticos del PP. La ciudadanía ya lo sabe.

CASO COOPERACIÓN: "BLASCO Y SUS AMIGOS"

Pero hay un caso para nosotros especialmente doloroso que es el caso Cooperacion. Hay un dato del resultado práctico, político y del coste humano. La Comunitat Valenciana invierte, cada ciudadano, vía presupuesto de la Generalitat 0,20 céntimos en cooperación. El País Vasco invierte 15 euros. Estamos a la cola, en una situación caótica porque las ayudas dejaron de gestionarse. Hay un colapso de las que están concedidas.

En cooperación las ONG para funcionar, si tienen un proyecto en Kenia, no pueden hacerlo y recibir la subvención. Aquí las ayudas se dan por adelantado y luego se verifica que se está cumpliendo.

Y por la situación de caos de tal magnitud que se produjo en la conselleria hay un colapso desde hace dos, tres y hasta cuatro años. Brutal. No se han podido dar y se están revisando a marchas forzadas entre 400 y 500 expedientes. Pero es que las ayudas para la cooperación de este año no se van a poder otorgar porque no da tiempo a hacer la gestión con el rigor legal y el tiempo que requiere una concesión de este tipo.

-¿Ese dinero se va a perder o queda en bolsa para que el año que viene tengan más ayudas?
-Estamos negociando con la Conselleria de Hacienda qué se va a hacer. No es fácil legalmente. No es una cosa automática decir "si no me lo gasto este año me lo gasto el año que viene". La lógica de la administración es otra. Es "si no te lo has gastado es que no lo necesitabas".

-Pero muchas de estas ONG quizás no puedan aguantar un año más...
-Yo estoy en guerra permanente, no me tienes que convencer... El problema está en que hay que seguir una serie de protocolos legales que no distinguen... Es decir, la legislación financiera no distingue entre si el dinero va aquí o allá.

Una anécdota significativa: tuvimos una reunión y lo hablamos. Si hay una crisis humanitaria internacional, interviene esta conselleria. Hay un mecanismo creado legalmente, una comisión con la Generalitat, diputaciones, ayuntamientos... Y se buscaría dinero o ayuda para colaborar. Pero si el terremoto es en otra comunidad autónoma, entonces no es competencia de esta conselleria.

Estamos en una situación complicada y agradezco la enorme responsabilidad y comprensión que están teniendo las ONG. El director general se ha reunido con la coordinadora de ONG. Gente magnífica con un trato estupendo que están ayudando mucho.

-¿Qué presupuesto tenían y quedará pendiente de otorgarse?
-Para cooperación directa aproximadamente un millón de euros y para tareas de formación y sensibilización medio millón más. La buena noticia que nos llega, aunque está sin confirmar todavía, es que se ha recuperado algo de dinero de lo que se llevaron Blasco y sus amigos y que eso revierte a la Generalitat. Vamos a ver si revierte a Cooperación. Eso va a una bolsa común y hay que ver técnicamente si se puede. La Justicia ha recuperado un millón y medio de euros. Pero hay más dinero, aunque no sé cuánto,que se está persiguiendo y no sabemos si se va a conseguir o no. Depende de la Justicia.

Lo que vamos a hacer a partir de ahora (y es una decisión estratégica), es que las baremaciones las harán de forma independiente las universidades valencianas y en diciembre, a final de año, seguramente haremos una gran Cumbre de la Coperacion Valenciana con ONGs, Generalitat, Ayuntamientos, Universidades... para hacer una especie de diálogo franco y claro. Una especie de refundación de las políticas de cooperación.

Antes hubo estos foros, pero se los llevaron por delante Blasco y sus amigos. Se llevaron por delante todo. Por ejemplo, un fenómeno que hemos apreciado es que hay funcionarios que se han marchado de la conselleria. Si pudieron, huyeron.

-En este periódico el abogado Antonio Penades (Acción Cívica, acusación popular del caso Cooperación) decía que lo que más le había sorprendido es que muchos funcionarios que podían aportar pruebas tenían miedo. Luego en el juicio se vio que no pasaba nada ¿Qué opina? ¿Se podía, se puede denunciar?
-Vamos a ver... Que hubiera miedo era lógico. Las presiones han tenido que ser brutales, en este caso y en muchos otros, como en muchos ayuntamientos. Yo he vivido una situación en Alicante muy dura, muy dura. Una cosa es que digas "soy funcionario y no me van a tirar a la calle". Pero una presión permanente de tus jefes políticos, o en algunos casos destituciones de puestos de cierta relevancia, desplazamientos, en fin, hay muchas formas de hacer la vida imposible a un funcionario.

MECANISMO DE QUEJAS ANÓNIMAS Y REGLAMENTOS

Nosotros en algunas de las cosas que estamos trabajando es que queremos favorecer la posibilidad de que se presenten quejas de funcionarios. Bien es verdad que si conseguimos algún mecanismo de queja anónima eficiente en el Portal de la Transparencia, lo mismo dará que sea funcionario o no funcionario. Pero sí que estamos en ello.

Estamos trabajando en cuatro reglamentos de desarrollo de la Ley de Transparencia y asociación. El primero, espero tenerlo encima de mi mesa pronto; y luego queremos que pase por muchos filtros de asesores. Todas las conselleries tienen que pronunciarse porque afecta a todas: es el Código de Buen Gobierno. Y, o bien en ese reglamento, o bien en el siguiente, el resto de la Ley de Transparencia en lo que tiene que ver con la transparencia. Porque, entre otras cosas, habla de centros de valencianos en el extranjero y hasta de participación... Es una ley muy retórica, se podían haber ahorrado esa parte perfectamente. Eso hay que desarrollarlo. En un reglamento o en el otro, o en los dos, incluiremos algo sobre el tema de las quejas de funcionarios para garantizar el anonimato, etc.

Me da miedo pensar que con voluntad se solucionan todos los problemas. Seguimos teniendo un problema claro y es que para muchos funcionarios es difícil hablar. Ya tenemos algunos ejemplos del gobierno pasado.... Hay un caso, que me ha contado la directora general de Transparencia, con un funcionario que denuncia malas prácticas de otra conselleria en el pasado, y durante varias reuniones le ha estado indicando quienes podrían ser los que habían estado con negocios extraños. Pero es una persona que no estaba dispuesta a hablar claramente. Con lo cual, eso a la hora de ir a un fiscal o a un juicio, la credibilidad del anónimo es muy baja.

Yo de todas maneras hay una cosa que recuerdo a mis colaboradores, a mi partido y a todo el mundo: estamos hablando de seres humanos. Con toda su fuerza y toda su debilidad. A veces lo grave es que nos habíamos convertido en una sociedad en la que a algunos se nos reclamaba el heroísmo, ¿no? A veces sublevarte contra un plan urbanístico, etc. Era una decisión cuasi heroica.

Yo fui fundador y primer presidente de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC), que surgió contra el Plan Rabasa. ¿Me sentí un héroe? No, no. Me sentía una persona bien pertrechada. Yo era funcionario. Venía de la actividad política, era una persona conocida. Y, pese a todo, el empresario Enrique Ortiz me puso una denuncia que pedía 150.000 euros... aunque luego la retiró. Yo me sentía bastante arropado, pero entiendo que otros ciudadanos no. Y pese a todo la vida se te hace bastante molesta si tienes una actividad constante.

Luis Díaz Alperi (exalcalde de Alicante) ¡no nos recibió nunca!. Había concejales del PP que nos insultaban y que nos acusaban de estar al servicio de intereses oscuros. Y claro, es muy molesto. Yo pienso que en un pueblo más pequeño es difícil de soportar. Por eso no hay que llegar a que la gente sea un héroe, hay que encontrar mecanismos de denuncia.

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