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VALENCIA. Sumidos en una duda hamletiana de si vender o no Ciudad de la Luz, el Consell ha realizado su primer movimiento en aras de que al menos la subasta se produzca en unas condiciones lógicas y normales de concurrencia. Es por ese motivo que desde la Generalitat se anunció este jueves que aplazarán un mes la segunda subasta del complejo de estudios alicantinos, a la espera de recibir mejores ofertas.

En una actualización de la información pública a disposición de los contratantes, la Generalitat justifica la decisión por la necesidad de "asegurar la máxima concurrencia posible de ofertas" y evitar que el periodo de preparación y presentación de las mismas "coincida prácticamente con el mes de agosto".

El anuncio de inicio de la segunda subasta se publicará durante el mes de septiembre. "De este modo los posibles licitadores interesados en participar en esa segunda subasta tendrán el plazo de 1 mes previsto en el pliego, a contar desde la publicación de dicho anuncio”, explica el Consell.

Tal y como estaba previsto la primera subasta se saldó sin ofertas en firme y la única que se recibió fue una peculiar declaración de intenciones remitida por el no menos peculiar empresario francés Bruno Granja, conocido por sus fantasiosos proyectos de grandes estudios cinematográficos.

Impelidos por una cuestión formal de plazos, el Consell ha demorado un mes la segunda subasta, en la que el complejo saldrá a la venta por lotes. La segunda subasta, que se debía convocar en el transcurso de la próxima semana, se aplazará así su convocatoria a septiembre, y se espera que a ella se presenten otros inversores que visitaron las instalaciones.

La razón de que muchos de estos inversores esperaran a la segunda subasta es que pueden proponer el precio que están dispuestos a pagar, mientras que en la primera el mínimo eran 94,4 millones de euros por todo el complejo o la parte proporcional si solo se compraba alguno de los lotes. Si el importe ofrecido es inferior al precio de salida, la Generalitat podía rechazar la oferta.

Fuentes consultadas apuntan que entre las ofertas más sólidas se encuentran los de los Babelsberg Film Studio, que llegan junto con productores polacos y estadounidenses. Asimismo, se apuntan también a productores británicos y a un grupo de productores españoles encabezados por José Luis Berlanga.

En cualquier caso, se da por supuesto que ninguna venta hará que la Generalitat recupere los 264,96 millones de euros que gastó en construir el complejo, un dispendio declarado ilegal por la Unión Europea por emplear de forma fraudulenta ayudas europeas y alterar la lógica del mercado.