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VALENCIA Los excesos del pasado de la Sociedad de Garantías Recíprocas (SGR) continúan dando disgustos a la Generalitat. El último ha sido el incremento de la factura que la administración tendrá que asumir por los avales fallidos formalizados durante los últimos quince años. De momento, la cuenta para la Generalitat ya sube a 109 millones de euros, el equivalente al 40% de las pérdidas generadas por esos fallidos.
Así consta en la memoria que acompaña a las cuentas anuales de la SGR correspondientes a 2014, año en el que la sociedad avalista redujo sustancialmente sus pérdidas hasta 4,5 millones de euros y en el que prácticamente no registró ninguna operación, ya que los avales formalizados en ese ejercicio ascendieron a 120.000 euros.
En febrero del año 2000, la SGR de la Comunitat firmó un contrato de reaseguramiento prorrogable año a año con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) por el cual el ente público se comprometía a cubrir el 40% de las operaciones fallidas formalizadas desde ese ejercicio.
A 31 de diciembre de 2013, la cantidad derivada de fallidos reconocidos de los que debía hacerse cargo la administración autonómica ascendía a 32 millones de euros. Un año después, a 31 de diciembre de 2014, la cuenta había ascendido a 109,8 millones, 77 millones más "por los fallidos producidos hasta el 31 de diciembre de 2014".
A mediados de 2013, la SGR acordó con la Consellería de Economía, Hacienda y Empleo cancelar el contrato de reafianzamiento (reaval) vigente para los avales financieros otorgados desde entonces, pero las garantías comprometidas sobre las operaciones anteriores se mantienen, con lo que es probable que la Generalitat aún tenga que aportar más fondos para cubrir el 40% de las pérdidas que afloren por los avales fallidos en el futuro.
39 MILLONES EN AVALES DUDOSOS REAVALADOS POR EL IVF
De hecho, al cierre del último ejercicio, la sociedad avalista mentenía un riesgo vivo superior a los 430 millones de euros frente a los más de 1.000 millones del año anterior. Sólo en 2013 se dieron de baja 568,8 millones de euros. Pero de los 430 millones de riesgo en curso con los que contaba al cierre del último ejercicio, más de 217,6 millones correspondían a avales clasificados como dudosos, de los cuales 38,9 millones están reavalados por el IVF.
En la memoria, la sociedad explica que, a la hora de determinar las provisiones por insolvencias y la cobertura de avales dudosos en vigor al 31 de diciembre de 2014, ha tenido en cuenta los 109 millones que debe abonarle la Generalitat de acuerdo con los mencionados contratos de reafianzamiento.
La Generalitat ya ha hecho frente a una parte del pago que le corresponde por los fallidos de 2014. Según explicaron fuentes de la Conselleria de Hacienda, el mes pasado se abonaron 20 millones de euros previo informe favorable de la Intervención de la Generalitat. El próximo plazo, por la mism cantidad, se pagará el próximo verano.
65 MILLONES DE PATRIMONIO NETO NEGATIVO
La SGR cerró el último ejercicio con un patrimonio neto negativo de 65,4 millones de euros. La situación se repite respecto a años anteriores como consecuencia de las elevadas pérdidas que arrastra, si bien el agujero en 2013 fue de 49,7 millones.
No obstante, la sociedad no está obligada a reducir capital para restablecer el equilibrio patrimonial gracias a la operación de reestructuración de la deuda que llevó a cabo en 2013 y que salió adelante gracias al aval de 200 millones de euros otorgado por la Generalitat.
Esa refinanciación se llevó a cabo en dos tramos. Uno de ellos corresponde a un crédito participativo subordinado por importe de 159,5 millones de euros que, de acuerdo con la normativa mercantil, computa como patrimonio neto a efectos de reducción de capital o disolución obligatoria, según recuerda la sociedad en su memoria.
PRÓXIMA COMPARECENCIA DEL DIRECTOR DEL IVF
Buena parte de las cargas a las que ahora tienen que hacer frente la Generalitat son el resultado de las operaciones de dudosa racionalidad que han acabado en 'pufos' como consecuencia de la particular política de riesgos que la sociedad avalista siguió hasta 2012.
No obstante, los detalles de esas operaciones, que no se conocen pese a que la SGR es una sociedad participada mayoritariamente por la Generalitat, podrían conocerse en el futuro. El responsable de Hacienda del grupo socialista en Les Corts, José Muñoz, solicitó la semana pasada la comparencia del nuevo director del IVF, Manuel Illueca, ante la Comisión de Economía del parlamento valenciano "para que aclare qué sucedió realmente con los avales de SGR".
Con esta petición, el dirigente del PSPV pretende que el nuevo director ponga en conocimiento de los diputados "quién fue la persona encargada de conceder estos créditos inviables, a quiénes, cómo y con qué garantías". "Son empresas que se han financiado con dinero de todos los valencianos y exigiremos las responsabilidades pertinentes si se hicieron de forma imprudente", aseguró.
De momento, uno de los pocos avales que ha trascendido es el que se concedió al presidente de la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC) José Roca por valor de 9 millones de euros. Roca ha sido presidente de la SGR durante más de dos décadas.
Estaría completa la información si llegaramos a conocer cuales fueron "fracasos empresariales" y quiees están detrás...
Excelente artículo sobre un asunto que creo no ha hecho más que empezar a descubrirse su auténtica profundidad. No obstante, me gustaría remarcar que en toda esta historia falta un personaje no mencionado: los bancos. Por si alguien no conoce a fondo la naturaleza de la SGR, debe quedar claro que esta no presta dinero sino que "solamente" avala préstamos concedidos por entidades financieras. Debe quedar claro también, por consiguiente, que en el caso de operaciones que devengan en pufos, los bancos no pueden darse por ignorantes. Seguro que alegarán que ellos se dedidan a su trabajo, que es conceder o denegar préstamos y que si una operación viene debidamente avalada, ellos no son responsables de nada más. Pero no es así. La banca analiza las operaciones y evalúa si los riesgos son o no aceptables. Si sus responsables hubieran aceptado operaciones de préstamos "pufosos", como parece desprenderse de la información conocida hasta ahora, significaría que eran conscientes de que estas operaciones resultarían fallidas con bastante probabilidad y por tanto su papel en esta historia sería de complicidad o al menos de colaboración necesaria.
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