VALENCIA. En mayo los vecinos de Mislata vieron irrumpir en su localidad un autobús de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia. Pero no se había reanudado el servicio, suprimido en 2012. El vehículo había sido alquilado por el candidato popular, Jaime Bronchud, para una acción de campaña.
Pasados los comicios, con el socialista Fernández Bielsa al frente del consistorio de Mislata y Joan Ribó en la alcaldía de Valencia, la EMT sigue sin traspasar el perímetro del Cap i Casal, que en el pasado atravesaba también para llegar a Alboraya y Vinalesa.
La razón de la eliminación del servicio es económica. El Gobierno de Rita Barberá exigió a Mislata que abonara 190.000 euros al año por este concepto, la ciudad vecina regateó 90.000 euros y el Ayuntamiento de Valencia se negó a la rebaja. La voluntad de Ribó tras ser investido alcalde era que el Consell y el Gobierno central cofinanciaran el coste del servicio, y para ello urgía un contrato-programa del transporte público de Valencia, que no aparece en los Presupuestos Generales del Estado desde hace trece años.
Subvención desaparecida en 2002
El contrato-programa no es una cuestión menor. De su aprobación depende la llegada de entre 50 y 60 millones en subvenciones anuales a las arcas del transporte público metropolitano en Valencia. El último convenio, firmado entre Estado, Generalitat y Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), fue el del periodo 1999-2001. 2002 fue el último año en que llegaron fondos estatales para financiar el transporte público de Valencia.
Entre 2003 y 2011 el Estado siguió presupuestando la subvención pero la Generalitat nunca la cobró al no firmar los contratos correspondientes, que la obligaban a aportar parte de los fondos. La otra razón por la que no se suscribe un nuevo contrato-programa es la desaparición de la antigua Entitat de Transport Metropolità (eTM), que coordinaba a las empresas que gestionan el transporte público en el área de Valencia, principalmente FGV y la EMT.
Valencia es una de las pocas grandes ciudades españolas sin contrato-programa. Madrid recibirá en 2016 una subvención de 127 millones a través de este convenio, mientras que al transporte público del área metropolitana de Barcelona llegarán 99 millones de euros.
Retorno en el aire
"No nos podemos plantear con la misma alegría si llegamos a Mislata y a la Patacona", reconoció este miércoles Ribó tras ser preguntado por la ausencia del contrato-programa. El alcalde de Valencia advirtió de que habría que "ajustar mucho más los números" de la EMT, si bien mantuvo sobre la mesa incluso la posibilidad de rebajar las tarifas del servicio cuando el Presupuesto lo permita. En cualquier caso, lamentó, la dotación del inexistente contrato-programa equivale a todo el presupuesto anual de la empresa de autobuses municipal.
A pesar del escepticismo de Ribó, fuentes del Ayuntamiento de Mislata no dan por perdido el retorno de las líneas de EMT que circulaban por la localidad. Incluso se atreven a poner fecha al regreso: diciembre de este año. Por lo pronto, el alcalde de Valencia ha comunicado a la consellera del ramo, María José Salvador, la urgencia de "arbitrar políticas metropolitanas".
Durante la campaña electoral municipal los Verdes de Mislata utilizamos un eslogan que pretendía llamar a la reflexión. Mislata barrio de Valencia. El día después de las elecciones ese mensaje se ha reciclado en una apuesta de los partidos gobernantes por la Valencia metropolitana. Pero como vemos aquí del dicho al hecho hay un trecho.
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