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Cristina Chumillas y Lucía Vilar impulsan una iniciativa que abre en septiembre y que dará cobijo a ilustradores y dibujantes de cómic

VALENCIA. En 1997 MacDiego fundó con Julio Sánchez Telio La Guillotina, la primera galería dedicada a originales de cómic de España. Duró cuatro años, la tragedia del pionero que llega demasiado pronto a una sociedad que no entiende lo que ha de venir. Con todo la aventura no fue en vano y, aunque al final sólo fue un encomiable precedente, dejó bien claro que Valencia era una ciudad con una especial sensibilidad hacia el cómic y la ilustración.

14 años después dos mujeres toman su relevo. Cristina Chumillas y Lucía Vilar, sin apoyos institucionales pero convencidas del futuro de la iniciativa, abren un nuevo espacio que, intelectualmente, hereda esa certeza de que la ilustración y el cómic no son segundo plato artístico. A partir de septiembre Valencia contará de nuevo con otro lugar dedicado a ambas disciplinas, se llamará Pepita Lumier y estará ubicado en la calle Segorbe.

Con más de 60 metros cuadrados de espacio expositivo, Pepita Lumier aspira a dar eco al buen momento que viven estas disciplinas artísticas en España en general y en la Comunidad Valenciana en particular, así como ser punto de encuentro nacional. Para ello cuentan con una programación perfectamente estructurada, compuesta por artistas internacionales... todos ellos valencianos. De Paco Roca a Paula Bonet, pasando por Littleisdrawing (Carla Fuentes), el calendario de la primera temporada del nuevo espacio será en la práctica todo un acto de reafirmación de una generación que, a pesar de los pesares, se ha mantenido en primera línea y marca la pauta a seguir.

"Llevábamos tiempo dándole vueltas a montar algo parecido y a las dos nos gustaba la ilustración", comenta Vilar. "Es lo que nos atrae y queríamos romper con el modelo clásico", añade por su parte Chumillas; "con todo el respeto, pero creemos que era necesario que hubiera un espacio donde pudieran exponer los ilustradores que no fuera un bar".

Juntas, Pelé y Melé buscaron el emplazamiento en el que ya han comenzado a trabajar para habilitarlo como espacio expositivo y tienda. El local, que era sede de una empresa de alquiler de automóviles, se está transformando durante este verano. Aún permanece la azulejería que lo adornaba, pero lentamente se va descubriendo qué tipo de local han pensado. Sillones al fondo para poder leer, un lugar amplio para exhibir obra...

¿Qué es lo que encontrará el visitante en Pepita Lumier? Libros, cómics, y, sobre todo, ilustraciones y originales de los artistas que compondrán su plantel, algunos tan cotizados como Roca o Bonet, junto a elementos de diseño, objetos... Su concepto es similar al de muchos museos, donde la tienda convive con el espacio expositivo, con la diferencia de que aspiran a que además el lugar sea punto de encuentro y de reconocimiento. Porque Espacio Pepita Lumier aspira a elevar al cómic y la ilustración a algo más que el mero objeto de consumo, a reivindicar su categoría de disciplina artística y a reconocer a quienes marcan tendencia actualmente.

La presentación del nuevo espacio tuvo lugar en las IV Jornadas del Cómic, que se celebraron en el Mercado de Tapinería de Valencia a finales del pasado mes de mayo. Ahora, conforme se aproxima otoño y la temporada expositiva, el proyecto se va perfilando y se va haciendo más tangible una iniciativa que, dicen ambas, quieren que sea "la casa de todos": ilustradores, aficionados...

Libros del colectivo Moderna de Pueblo, una exposición de Agente Morillas, la nómina de artistas seleccionados para su primer año, el primero de muchos, da impresión. Se trata tan solo del principio, advierten. Y es que Pepita Lumier es un proyecto que nace con aspiraciones de futuro, que aspira a transcender y a permanecer. "Me quiero jubilar en Pepita Lumier", ríe Chumillas. Una intención que comparte Vilar. Mimbres para ello hay.