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VALENCIA. El desplome del sector de la construcción en España continúa lastrando la actividad de Cementos La Unión. La cuenta de resultados de la compañía valenciana del último ejercicio evidencia esa situación, que se traduce en un notable incremento de los números rojos. En concreto, la sociedad registró en 2014 unas pérdidas de 1,68 millones de euros, prácticamente el triple de los 557.984 euros que perdió el ejercicio precedente.

En el informe de gestión que acompaña a las cuentas, la compañía reconoce que las pérdidas en las que ha incurrido en los últimos años son la consecuencia de la caída de su actividad en el mercado español, lo que ha acabado impactando sobre su situación financiera y patrimonial. De hecho, las ventas decrecieron un 18,69% durante el pasado año y apenas superaron los 30,6 millones frente a los 37,6 millones del ejercicio anterior.

Los gestores recuerdan que Cementos La Unión lleva varios años tratando de reducir su estructura y el nivel de gastos para adaptarlos a la situación actual del mercado. En el momento de formular las cuentas, la empresa se encontraba negociando con sus acreedores financieros un alargamiento de los vencimientos sobre una "parte significativa" de su deuda que esperaba concretar en el primer semestre de este año.

La empresa condiciona el cumplimiento de sus obligaciones de pago de la deuda con las entidades financieras a una serie de factores que, de no cumplirse, podrían ocasionarle problemas de liquidez. El primero de ellos tiene que ver con la estabilización de la actividad en el mercado nacional y, por tanto, el mantenimiento de los niveles de generación de caja de 2014.

Por otro lado, la compañía también se refiere a la estabilización de la filial que posee en Egipto como un elemento clave para no tener problemas. La compañía Arabian Cements Company, de la que controla una participación del 60%, le ha aportado "importantes beneficios" en los últimos años, por lo que se confía en su capacidad para seguir dando dividendos en los próximos ejercicios.  

Consultadas al respecto por ValenciaPlaza.com, fuentes de la compañía no pudieron concretar si estas conversaciones habían dado lugar a algún acuerdo de refinanciación. Al cierre del ejercicio 2014, la compañía mantenía con las entidades financieras una deuda superior a los 73 millones de euros frente a 76 del año previo. Del total, 9,79 eran deudas a corto plazo.

El grueso del pasivo corresponde a un préstamo sindicado formalizado en 2012 por un importe inicial de 75,7 millones de euros de los cuales tenía pendientes 69,8 millones a 31 de diciembre. El préstamo cuenta con garantía hipotecaria sobre varios inmuebles de la empresa, que también tiene pignoradas las acciones de, entre otras, participadas como Cementos La Unión Chile o Arabian Cements, en cuya capacidad de aportar dividendos confía la firma para cumplir su plan de negocio.

El tercer factor vinculado a su capacidad para generar recursos y financiar sus operaciones tiene que ver precisamente con la filial chilena. En concreto, Cementos La Unión confía en la estabilización del negocio de esta sociedad para no tener que seguir inyectándole recursos. La filial chilena fue incorporada a raíz de la fución por absorción de Hormiunión y Cementos Andinos llevada a cabo en la primera mita de 2014.

A cierre del último ejercicio, Cementos La Unión contabilizó un deterioro asociado a Cementos La Unión Chile superior a 18,9 millones de euros.

Por otro lado, la sociedad mantiene abierta una reclamación ante el Tribunal Económico Administrativo Central por una deuda tributaria que le reclama Hacienda de 5,17 millones de euros que le fue impuesta tras una inspección. Los administradores, no obstante, no han registrado ninguna provisión porque consideran que existen "argumentos fundados" para que finalmente se dé una resolución favorable a la empresa. En el momento de formular las cuentas, la empresa estaba siendo objeto de una inspección sobre el Impuesto de Sociedades de los últimos cinco ejercicios.