VALENCIA. Nos hemos acostumbrado a que internet nos podía conseguir gratis cosas por las que antes pagábamos. Legal o ilegalmente puede consumirse música o cine gratis, descargar programas o usar ilustraciones y fotografías, y con esto de la picaresca española (la jeta, vamos) y del regateo pasamos de los productos al vicio de demandar también servicios sin coste.
Se ha hecho toda la vida, sí, pero internet ha facilitado la organización y la gran escala, y con ello a alguien que quiera sacar tajada. Del intercambio de cintas de cassette a Napster, del VHS a Series.ly, y del empresario gorrón a plataformas que intentan captar a diseñadores de medio pelo para ofrecer logos gratis. Porque no, en el diseño no existe un modelo reconvertido como podrían ser Spotify o Netflix ya que un logo no vale para 2 empresas, y eso que intentan camuflar como diseño son plantillas, no trajes a medida.
Recientemente la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana estrenaba un nuevo formato de foro de debate llamado #CuadriláteroFórum en colaboración con Las Naves y el magazine digital DissenyCV, y para la primera sesión discutíamos sobre las consecuencias de trabajar gratis, apuntando además algunas ideas clave ante esta perjudicial tendencia.
En diseño, la falsa promesa de promoción o de encargos venideros ha sido siempre la moneda de cambio para incitar a trabajar gratis, muy apetecible para diseñadores noveles, y hasta que no pasan los años no aprendes el error de que esas promesas no dan de comer. Es difícil poner precio a tu trabajo cuando empiezas, pero se aprende con el tiempo. Ante todo, nada es gratis, nadie debe trabajar sin cobrar, y es muy peligroso buscar u ofrecer servicios de diseño de manera gratuita, porque son perjudiciales para ambas partes.
¿RÁPIDO, BARATO O BIEN DISEÑADO? ESCOGE DOS
En la prestación de servicios, diferente a la explotación de un producto, hay unos principios básicos que se resumen en el Project Management Triangle del ‘rápido-barato-bueno'.
Si es rápido y barato será malo, si es barato y bueno tardará una eternidad, y si es rápido y bueno será caro. Una buena forma de resumir que la demanda no puede desajustar la oferta, o sí puede, pero será la ruina del proveedor, y es lo que ocurre con el diseño en estos momentos en España, con una bajada global de precios a costa del cierre de muchos estudios, de plataformas online de trabajo especulativo, webs de plantillas o concursos, con el gran peligro de fomentar un diseño de baja calidad.
La tecnología abarata costes, y hay profesiones que seguirán desapareciendo o siendo sustituidas simplemente por robots, pero las máquinas no piensan ni saben ser creativas (al menos voluntariamente y con un pensamiento crítico detrás), con lo que por el momento hay profesión de diseño para largo.
PERO, ¿HAY ALGUIEN QUE DISEÑE GRATIS?
El factor que da sentido a hacerlo sería el ‘para quién'. Es totalmente lícito aceptar encargos no remunerados tras los cuales no hay ánimo de lucro, desde una ong a una actividad cultural sin presupuesto, colectivos sociales o tus familiares más cercanos. Pero que no haya transacción económica no quiere decir que sean gratis, ya que es importante que el diseñador establezca sus normas, que en cierto modo serán su única moneda de cambio al aceptar ese proyecto. Que diseñar se convierta en una actitud altruista será cosa de cada diseñador, que sabrá valorar cada encargo. Lo que no tiene sentido es ser proveedor altruista para alguien que busca en el diseño gratis ahorrar costes en su negocio.
El diseño no es un coste, es una inversión. De ahí esa incorrecta concepción del diseño como algo caro o frívolo, y esa gran frase del empresario alemán Ralf Speth: "Si crees que un buen diseño es caro, deberías ver el coste de un mal diseño".
Y un mal diseño, ofrecido gratuitamente, fue la marca turística que a principios de 2014 el valenciano Nacho Moscardó regalaba al Patronato de Turismo de Alcossebre (Castellón). Los titulares de "imagen turística a coste cero" pronto se volvieron críticos tras el revuelo de toda la comunidad de diseñadores profesionales y de hecho finalmente ganó el sentido común, no se produjo ningún elemento promocional y nunca llegó a instaurarse como campaña oficial.
A raíz de aquello, la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana emitió un comunicado público titulado ‘Gratis no es suficiente' en el que en un tono didáctico contestaban a este nuevo caso de mala gestión de la administración pública relacionada con el diseño: "tratar a una disciplina como el diseño de hobby es ser muy poco respetuoso con quienes estudian esta carrera y quienes se dedican profesionalmente a ella. La gestión del diseño de una manera profesional supone una inversión rentable y duradera, y son las administraciones públicas los entes que deben comportarse como modelos en este sentido".
El problema del Alcossebre-gate no era que alguien ofreciese gratis su trabajo (con el agravante de ser un trabajo nefasto), sino que en un primer momento una administración pública lo aceptó por el mero hecho de ser gratis sin tener en cuenta ningún criterio de calidad. Y es que hay que tener nociones para saber valorar y aplicar una criba a las cosas gratis, como pasa con las tipografías gratuitas donde la ausencia de un criterio o una formación hace que fuentes realmente malas campen libremente a sus anchas por internet de blog en blog.
Y es lo que les pasa a las instituciones públicas, que carentes de cualquier noción o cultura del diseño son agasajadas con "lo gratis" y les terminan colando despropósitos del tamaño de un rascacielos de Benidorm o convocando dañinos concursos de diseño para obtener de manera encubierta un trabajo a un coste reducido especulando con el trabajo de los demás, ahuyentando así a profesionales y dejando el resultado final en manos no cualificadas, dañando profundamente su imagen.
El caso del logo de Nike es muy recurrente al hablar del coste económico de un diseño. La anécdota es que su icónico swoosh fue creado en 1971 por una estudiante de diseño, Carolyn Davidson, quien percibió 35 dólares por el encargo. Una década más tarde, ya con la empresa en lo más alto, la diseñadora recibió acciones de la compañía como muestra de agradecimiento. Pero es una anécdota, como la de los emprendedores que montan corporaciones billonarias en un garaje, y eso no pasa en la vida real, y menos en un país sin cultura del diseño.
Si quieres pagar con cacahuetes tendrás monos trabajando para ti. Y si regalas tu tiempo menosprecias tu trabajo y a tus compañeros. Es por esto que es una inmoralidad tanto si pides que alguien trabaje gratis como si lo ofreces.
Y como dijo aquél gran supervillano, "si eres bueno en algo nunca lo hagas gratis".
"Si eres bueno en algo nunca lo hagas gratis".. Pero el Joker trabajaba por gusto y por amor al arte......y es por eso que ¡¡QUEMÓ TODO EL DINERO!!, una vez conseguido aquello que buscaba. Por tanto, el DISEÑO, es un dibujo, y lo que realmente quiere PAGAR UN CIUDADANO, no es el DISEÑO, sino EL TRABAJO Y QUE FUNCIONE.....Cosas, que tergiversan muchos diseñadores/as profesionales o pseudopfrofesionales, cuando copian y pegan de otros artistas o simplemente en una noche de Absenta dicen, ya tengo LOGO, hacen un garabato y cobran 39423074823 $Eur. Por tanto, GRATIS NO, POR SUPUESTO QUE NO, lo que se está valorando y PAGANDO POR ELLO, es el BUEN TRABAJO Y NO EL INTENTO POR TRABAJAR. De ahí que al que le gusta una película, va y la compra o va al cine y lo mismo con la música y lo mismo con cualquier BUEN DISEÑO de algo. Pero que tod@s los diseñadores quieran vivir del cuento, por el simple hecho de diseñar sin que funcione, eso si que no,
Como siempre, una gran reflexión acerca del sector. Los que somos espectadores y simples aficionados de este arte, agradecidos.
Plas plas plas
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