Urbanismo comienza a redactar un diagnóstico de cada una de las viviendas y solares; ocupan unos 50.000 metros cuadrados y antes de 2010 se derribó un centenar
VALENCIA. "No podemos esperar cinco años a que el Barrio del Cabanyal cambie. La gente quiere notar que en unos meses se va a notar el cambio de gobierno. Estoy ilusionado y preocupado a la vez. De saber que por fin, después de 18 años de lucha, se nos va a escuchar a los vecinos y vamos a comenzar a hacer cosas. Pero consciente también de la dificultad que tenemos ante la complejidad de problemas que se han creado en todo este tiempo. Tenemos que ir poco a poco, pero con determinación".
Este es el sentir de Vicent Gallart, arquitecto de profesión y vicepresidente de la Asociación de Vecinos del Cabanyal-Canyamelar, uno de los termómetros del barrio. Sus palabras describen con claridad la nueva era abierta a raiz del vuelco electoral. En menos de dos meses los residentes han pasado de sentirse ninguneados por el Gobierno local a contemplar el futuro de su barrio con esperanza, aunque eso sí, no exenta de dificultades. Pero con un interlocutor que les escucha y de momento atiende sus reivindicaciones.
Por su parte, desde el actual Ejecutivo local (Compromís, PSPV y València en Comú) los discursos públicos se asemejan en optimismo. Aunque detrás de los focos mediáticos y las múltiples reuniones hay mucho realismo, "no va a ser fácil, ni cuestión de un día", reiteran a quien pregunta. Hay trajín entre despachos y mucho esfuerzo de coordinación de actuaciones entre concejalías de distinto signo político. Pero sobre todo un departamento de Urbanismo con una presión ineludible que ha de aportar soluciones concretas a un puzzle enrevesado.
Fuentes de este departamento han reconocido a Valenciaplaza.com que se trabaja a marchas forzadas en la elaboración de un ambicioso plan de diagnóstico integral para el barrio del Cabanyal. Porque la recuperación de la 'zona cero' del barrio no se puede demorar, aunque hay muchas heridas abiertas tras años de políticas de imposición a la fuerza del proyecto de prolongación de la avenida Blasco Ibañez sin atender a las razones vecinales.
500 VIVIENDAS Y SOLARES DE PROPIEDAD MUNICIPAL, POR 35 MILLONES
Pero ha llegado también el tiempo de la transparencia y de que muchos interrogantes comiencen a desvelarse. Estas fuentes de Urbanismo han confirmado a este periódico diversos datos que en todos estos años no habían salido a la luz pública.
El Gobierno de Barberá lanzó en 1997 su proyecto de gran avenida hasta el mar. Una propuesta que dividía en dos un barrio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y que se haría realidad llevándose por delante 1.600 inmuebles.
Por ese motivo desde el consistorio se adquirieron de forma paulatina hasta unas 500 viviendas, que pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento de Valencia con un coste que los técnicos de Urbanismo cifran en 35 millones de euros. "El objetivo era presionar a los vecinos para que vendieran sus casas, porque iban a ser demolidas", señalan. Y el proceso en principio fue de vértigo porque se derribó el 20% de las casas compradas, es decir, hasta un centenar de inmuebles.
Finalmente, en 2010, la Delegación del Gobierno pudo paralizar los derribos tras una dura pugna entre Gobierno local, vecinos y agentes del orden público. El Ministerio de Cultura (socialista) en 2009 había calificado de "expolio cultural" los derribos, aunque hubo de pasar un año más hasta que el Tribunal Supremo reiterara en una sentencia, ante un recurso de la Generalitat (gobernada por el PP), que "los casos de expoliación del patrimonio cultural son competencia del Estado". Desde entonces, parálisis absoluta y más deterioro.
El mal ya estaba hecho. Según Gallart "hace 18 años era una cuestión de defensa del patrimonio y de distintas visiones sobre el urbanismo. Pero ahora tenemos delante un problema enorme, con todo tipo de ramificaciones".
COMPLEJA CASUÍSTICA DE PROBLEMAS
Las 500 propiedades adquiridas tienen entre 60 y 80 metros cuadrados y ocupan un suelo aproximado de 50.000 metros cuadrados. Pero el galimatías respecto a dichos inmuebles es de órdago: "Tenemos solares abandonados e insalubres, viviendas ocupadas por familias que tratan de adecentar su hogar y otras que viven en condiciones casi de miseria, en casas casi inhabitables. Además se han detectado chatarrerías (unas 20) en viviendas tapiadas, conectadas entre ellas a través de agujeros en los tabiques", describe el arquitecto Gallart. y asume que pese a haber pedido información no disponen de toda la casuística en profundidad, únicamente datos aislados.
Desde Urbanismo ratifican la descripción, aunque completan que ya se está elaborando el plan de diagnóstico integral en el que "se abordará casa por casa la situación de cada una de ellas", así como de las posibilidades futuras como inmueble. Si puede ser restaurado siguiendo la tipología del barrio, o bien si interesa más su demolición ante la irreversibilidad de su estado para después ser reconstruido.
Y para explicar cómo se puede materizalizar la recuperación, los técnicos se refieren de entre todas las viviendas compradas a las del edificio del Bloque Portuario (al lado de la Lonja de Pescadores) que aseguran habrá que rehabilitar. El consistorio ha comprado 20 viviendas y la intención será llevar a cabo una profunda remodelación para que pueda volver a ser habitado.
Desde Urbanismo confían en que cuando el nuevo Plan Cabanyal sea realidad y comience a funcionar una oficina en la zona atenderá todas las solicitudes del vecindario, e incluso las de aquellos que esperan regresar a sus antiguas casas (o lo que queda de ellas) tras haberlas vendido en su día al ayuntamiento.
NORMALIZACIÓN Y DINAMIZACIÓN
Vicent Gallart afirma que una de las prioridades (aparte de la limpieza a fondo y del esfuerzo que habrá que dedicar a recuperar la convivencia) pasa por "normalizar y dinamizar el barrio". Y lanza una clara advertencia: "No queremos que sea solo un barrio de pintores, ni de universitarios, ni de viviendas protegidas para gente sin poder adquisitivo. Tampoco puede ser una zona de segundas residencias y por tanto un foco de especulación o de compraventa. En definitiva, no podemos permitir que entren ahora inmobiliarias que compren a un precio, para después vender a otro inasumible por familias normales".
Y desde Urbanismo añaden que todo está por definir en este sentido. Respecto a los solares públicos "todas las opciones están abiertas. La Administración puede construir a través de la empresa municipal Actuaciones Urbanas Municipales (Aumsa); o bien puede subastar el terreno para que la iniciativa privada lo desarrolle, pero desde un modelo de colaboración público-privado. Y para después del verano planes para pedir fondos Feder europeos y sufragar actuaciones concretas.
"En menos de dos meses los residentes han pasado de sentirse ninguneados por el Gobierno local a contemplar el futuro de su barrio con esperanza". No lo dudo, pero si los ninguneó el Gobierno local fue porque los residentes lo eligieron. En 2011, Rita Barberá sacó mayoría absoluta, no ya en Valencia, sino en El Cabanyal.
La Expropiación es una Prevaricación. Se debía de corregir esta expropiación,con la devolución del dinero al ayuntamiento y que cada propietario recuperara su vivienda en propiedad con su firme acreditación de rehabilitación y mantenimiento de interés turístico.Y al propietario que no le interesara lo vendiera con la misma condición. A nadie le gusta que le mal compren su casa por obligación. Pero este barrio debe mantenerse y fomentarlo turísticamente.Es nuestra historia valenciana.
Yo propondría una rehabilitación respetando el entorno original de construcción máxima de 2 alturas con fachadas acorde al estilo histórico de la zona evitando el intrusismo de la modernidad y penalización para los propietarios de viviendas cerradas que se demuestre que compraron en su día sólo por especular.
Lo que demuestra todo esto es que Ribó jamás pensó que sería alcalde y que no tiene ni idea de qué hacer. ¿En qué pensaba cuando era opositor?. Ahora cuatro años para pensar bien qué se puede hacer y haber si sigue otros cuatro más. Que inmenso placer haberse librado de Barberá, pero que desastre de alternativa.
¿Qué hacer? Comprar el resto de casas que están para tirar (que por desgracia hay bastantes) y construir nuevas (respetando los orígenes del barrio), rehabilitar el resto y alquilarlas todas (alquileres sociales). El dinero del alquiler vuelve al ayuntamiento y poco a poco se recupera el dinero invertido y se protege la historia del barrio. Si hubiesen más viviendas públicas no habría tanta especulación y la gente tendría un lugar habitable para vivir. Expropiar viviendas vacías a los bancos (sin darles un duro), en el resto de valencia, y devolverlas a sus familias, siguiente paso.
Y porque no facilitar la compra a jóvenes del barrio que han vivido toda la vida allí y no quieren abandonar el barrio?
CONSERVAR LO QUE VALGA LA PENA Y EL RESTO PIQUETA. LO REHABILITADO QUE NO SE ENRIQUEZA NADIE
Buenos días: ¿que hacer? 1.-Rehabilitarlas (eso genera trabajo a personas y empresas) 2.-Alquilarlas o venderlas a un precio "coherente" con la situación actual.- 3.-Potenciar ese espacio de valencia como una muestra de la Valencia de una época al estilo como se hace en muchas ciudades Europeas.- Con esto se genera otras zonas de atractivo turistico para la ciudad porque sin duda las casas y la arquitectura de la zona lo merece.- Atte Alejandro Pillado Marbella 2015
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