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A CORIÑA (EFE/VP). El químico valenciano Avelino Corma, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2014, cree que los gobiernos y la industria deben "ser consecuentes" y apoyar la ciencia, pero también considera que "hacen falta en las capas dirigentes más personas con formación científico-tecnológica".

Avelino Corma (Moncófar, Castellón, 1951) es profesor y científico en el Instituto de Tecnología Química ITQ de la Universitat Politècnica de València, y un experto reconocido internacionalmente en catalizadores sólidos ácidos y bifuncionales aplicados al refino del petróleo, petroquímica y procesos químicos.

Sobre este trabajo ha impartido hoy la conferencia plenaria "Intentos para Establecer Puentes entre la Catálisis Homogénea y Heterogénea", que ha cerrado la XXXV Bienal de la Real Sociedad Española de Química, una cita organizada por la Universidad de A Coruña con 80 conferenciantes y que ha reunido a 900 asistentes.

"En España se hace muy buena química en general pero es muy urgente que haya más recursos, corremos el peligro de dejar fuera del sistema a grupos que están haciendo una investigación muy digna", asegura en una entrevista con Efe en un receso del simposio.

Autor de más de 100 patentes de invención, Corma apuesta por la implicación de las empresas españolas en el desarrollo científico, más colaboración con la universidad y también una mayor financiación pública y privada, porque "ser consecuentes" en apoyar la ciencia abarca "todos los niveles", no solo el administrativo o gubernamental, sino además el industrial.

Aunque ha recibido una treintena de premios y distinciones, el científico valenciano dice que lo importante es el trabajo y sus resultados, y de hecho una docena de sus patentes han sido aplicadas industrialmente en procesos comerciales de craqueo, desulfuración, isomerización, epoxidación y reacciones chemoselectivas de oxidación de alcoholes e hidrogenación.

El método científico supone rigor en las soluciones y en su explotación, algo aplicable a cualquier nivel de la sociedad, pero a Corma le "gustaría que también nuestros dirigentes tuvieran rigor en el planteamiento, rigor en la ejecución y después aprovechamiento del éxito".

Confiesa que le llaman la atención "algunos partidos o movimientos nuevos que han surgido que quieren cambiar las cosas, que efectivamente hay que cambiar", pero a los que todavía no ha escuchado hablar de ciencia y tecnología, de "qué medidas quieren aplicar", de "cómo quieren enfocar" la educación o la reforma de la universidad.

"Este es un momento en el que hay que ir un poco más allá de buenos y malos y unos bien y otros mal, y empezar a concretar qué medidas deberíamos tomar para no improvisar después cuando llegue el momento", aconseja.

La ciencia es la base para desarrollar nuevas tecnologías y servirá a los ciudadanos para formarse y para mejorar las empresas que les den la oportunidad de hacerlo, y por ello Corma advierte de que a nivel internacional es una materia que está suficientemente reconocida y apoyada pero que en países como España "habría que entenderlo mejor".

Y habría que hacerlo en dos sentidos, plantea, que son que los recursos han disminuido y hay "grupos de investigación correctos que estén sufriendo para poder mantener el trabajo que hacían", o que "el acceso de jóvenes profesores a las universidades está siendo muy limitado", y que "las empresas no se han caracterizado en absoluto por incorporar más gente formada y con doctorado a sus plantillas".

La financiación, insiste, es "clave", tanto la pública como la privada, porque "la situación para muchos grupos es límite".

En un contexto más global, Corma se muestra partidario de una sociedad más justa pero también sostenible, en el sentido de que "el nivel de educación de los ciudadanos crezca y desde luego que toda la gente tenga la posibilidad y las mismas oportunidades para alcanzar esa educación".

Es importante para el químico valenciano que España como país tenga un nivel científico y tecnológico suficiente "para poder seguir funcionando" y compitiendo, lo que se puede conseguir "reduciendo salarios, que no queremos, o mejorando nuestro nivel de competitividad tecnológica, y para eso necesitamos desarrollar conocimiento científico y tecnológico", asevera.