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VALENCIA. El acelerador de partículas del CERN (en francés Organización Europea para la Investigación Nuclear), modelo de éxito de colaboración científica internacional y uno de los centros de investigación más importantes en el mundo, tiene desde hace tres años un proveedor de componentes eléctricos valenciano: la pyme Ingesa Barrachina.

Según la Secretaría de Estado de Investigación (Ministerio de Economía) el CERN destina entre el 30% y el 40% de su presupuesto anual estimado en 900 millones de euros a la contratación de suministros y servicios proporcionados por la industria de los países miembros. Unos contratos que se destinan al mantenimiento y gestión de la macroinstalación subterránea de 27 kilómetros de longitud en la frontera entre Francia y Suiza.

Y esa fue la oportunidad de negocio que aprovechó Ingesa, como explica el presidente del Consejo y miembro de la familia fundadora de la compañía, José Barrachina, quien calcula que habrán facturado desde 2012 unos 300.000 euros por pedidos para el CERN.

PRIMEROS TRABAJOS Y CONTROLES DE CUADROS

"Un cliente nuestro habló de nosotros en 2012 a los responsables de estas contrataciones. Buscaban una nueva empresa especialista en cuadros eléctricos, ya que su anterior proveedor (situado en la UE pero no español) no estaba cumpliendo los estándares que requieren. Además se había producido un déficit en el porcentaje de empresas españolas".

"Nos expusieron qué tipo de trabajo necesitaban y tras varias conversaciones se aseguraron de que el proyecto estaba dentro de nuestras capacidades técnicas y productivas. El siguiente paso fue cerrar una reunión con nosotros en nuestras instalaciones". Se desplazaron hasta su planta del Polígono Industrial Fuente del Jarro de Paterna y tras el intercambio de información sobre planos, medidas y componentes de hasta tres modelos distintos de cuadros tuvieron que pasar una prueba. "Nos pidieron que realizásemos unas muestras. Y una vez comprobaron en sus instalaciones de Suiza la calidad de nuestro trabajo y nuestra solvencia técnica, nos pidieron cotización por la fabricación y ensamblaje de los cuadros". La oferta les pareció competitiva e Ingesa consiguió así su primer pedido para el CERN.

Pero la cosa no quedó ahí. "Conforme fuimos entregando encargos nos consultaron sobre la posibilidad de que también nos encargásemos de realizar dos controles que ellos ejecutaban sobre los cuadros antes de instalarlos en el túnel". Unas pruebas de calibrado de la electrónica que exigía "una fiabilidad rozando el 100%" y que obligaron a Ingesa a adquirir un instrumental muy preciso además de recibir formación durante un tiempo de técnicos del CERN.

"También nos pidieron que realizásemos la pruebas de resistencia y durabilidad, porque con el acelerador de partículas en marcha no se podían permitir el lujo de que algunas de estas cajas se incendiasen". Un hecho que según Barrachina obligó a rediseñar una parte de sus instalaciones en Paterna.

A partir de ahí goteo de pedidos durante tres años y hace unas semanas firma de un nuevo pedido por 60 unidades más.

MÁS DE 200 COMPONENTES

Una frase del presidente del Consejo de Ingesa resume la complejidad y singularidad del encargo que desde hace tres años sirven para el CERN: "La fabricación de estas cajas conlleva la instalación de más de 200 componentes, de los cuales un 10% aproximado tenemos que adquirirlos fuera de España (desde Alemania, Bélgica, EEUU, etc). Y otro 10% fuera de la Comunitat Valenciana", afirma Barrachina.

Ingesa, al igual que hizo el CERN, colabora de forma directa con su red de proveedores para que éstos a su vez puedan cumplir con los estándares de calidad exigidos.

Otra anécdota a destacar en la relación con el CERN tiene relación con la aportación de la empresa al acabado final. Les proporcionaron un manual de instrucciones con el cuadro electrónico que necesitan y, según José Barrachina, tras haber iniciado la colaboración los técnicos de Ingesa fueron capaces de proponer ciertas mejoras. "En un momento dado descubrimos algunos errores que pudimos solventar mejorando el producto final. Un hecho que fue reconocido por los técnicos del CERN".

INGESA 2014 Y PREVISIONES 2015

Pero además de ser proveedor del CERN Ingesa no ha dejado de crecer en los últimos años. 2014 cerraron el ejercicio con una facturación total de unos 700.000 euros y para este año la cifra de negocio prevista es de un millón de euros.

La empresa ocupa una nave de mil metros cuadrados y da empleo a unas 20 pesonas, aunque en determinados momentos con mayor carga de trabajo pueden llegar a 25 y no descartan futuras contrataciones.

La principal actividad de la compañía son las instalaciones eléctricas industriales, (sobre todo la fabricación e instalación de cuadros eléctricos) y entre sus clientes en España destaca instalaciones en colegios y en empresas industriales, sobre todo agroalimentarias (alguna gran cadena inclusive), automoción y químico. Además, este año han cerrado un acuerdo de colaboración con la Federación de Polígonos Empresariales Valencianos (Fepeval).

A corto plazo "el objetivo es apuntalar nuestra cuota de mercado a nivel nacional, aunque sin descartar que trabajos como el del CERN puedan abrirnos más puertas a nivel internacional con otros clientes", concluye.