VALENCIA. La exdirectora Inmaculada Gil-Lázaro debe salir de Teatres de la Generalitat. Su argucia de intentar volver a su plaza de coordinadora del Centre Coreogràfic se ha topado con la realidad de que no posee la titulación necesaria para ocupar ese puesto. El escándalo fue destapado por el sindicato CCOO, que ha elaborado un informe en el que sostiene que la exdirectora "no acredita titulación" para ocupar la plaza número 85 de coordinadora del Centre Coreogràfic en CulturArts y, por lo tanto, "engañó durante 17 años" a la institución.
El director general de CulturArts, José Luis Moreno, ha iniciado una investigación y le ha solicitado a Gil Lázaro que acredite la titulación de diplomatura, licenciatura o de grado equivalente, requisito para ocupar la plaza 85 del catálogo de Teatres, ahora en CulturArts.
Y las conclusiones no pueden ser peores para la exdirectora. El contrato de Gil-Lázaro, según las primeras indagaciones realizadas por CulturArts, se encontraría en fraude de ley y se deberá proceder a la extinción del mismo, tal y como reclama el sindicato, ya que la titulación de Gil-Lázaro le permite dar clases en Conservatorio pero no ocupar el puesto que ella pretendía mantener.
Su certificación de sexto curso de Danza Clásica equivale al bachillerato artístico al que faculta el actual Grado Medio de Danza y siempre que el solicitante de equivalencia tengan aprobadas las materias comunes de otra modalidad de bachillerato. En el supuesto que Gil Lázaro hubiera solicitado una convalidación en el Conservatorio (que no consta en su expediente) y si acaso hubiera sido resuelta favorablemente, no bastaría ya que el puesto de trabajo que diseñó y mantuvo valiéndose de su privilegiada posición política no tiene un perfil docente.
La persona que permitió esta irregularidad fue Consuelo Císcar, entonces secretaria autonómica de Cultura, quien suscribió un contrato de naturaleza especial de alta dirección en 2001, el primero de una cadena para poder salvar el requisito de titulación de Gil-Lázaro, quien se convertía así en personal directivo de la entidad sin todavía ostentar el rango de subdirectora.
El fraude pues se habría originado cuando Císcar ocupaba la máxima responsabilidad en el área de Cultura de la Conselleria y se habría mantenido hasta que fue nombrada directora general de Teatres y, posteriormente, reconvertida en subdirectora general de la entidad.
Como otros numerosos cargos culturales del PP, Gil-Lázaro llegó apoyada por su familia, en su caso su hermano el diputado Ignacio Gil-Lázaro, quien fue quien la postuló. Pese a que ella siempre le ha molestado la referencia, fue su hermano el que le dio cobertura política y su gran valedor.
En previsión del resultado electoral que ha acabado desalojando al PP del Consell, Inmaculada Gil-Lázaro anunció hace un par de meses su intención de dejar el cargo de subdirectora general de Teatres y volver a su puesto de coordinadora, algo que se formalizó el 1 de julio. Los trabajadores de Teatres protestaron por esta situación y recordaron entonces que su plaza debió ser amortizada en el ERE. Ahora, por si fuera poco, se ha descubierto que jamás debió ser coordinadora del Centre, una mentira que se ha extendido durante todos estos años.
Por qué todo el mundo habla de la pretensión de esta mujer de "volver a su plaza"? Nunca ocupó esa plaza, nunca nadie ocupó esa plaza. Se la creó para ella, ella misma, perono la ocupó ni un solo dia.
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