Dicho importe será destinado a financiar la construcción por parte de Central Maine Power Company, sociedad íntegramente participada por Iberdrola USA, de la línea de interconexión entre Estados Unidos y Canadá, proyecto denominado 'Maine Power Reliability Program' (MPRP).
El objeto de la venta es obtener recursos con los que invertir cerca de 1.400 millones de dólares (1.037 millones de euros) en la construcción de dicha línea de interconexión.
En concreto, la eléctrica se ha desprendido de participaciones indirectas en las sociedades Connecticut Natural Gas Corporation, en The Southern Connecticut Gas Company y en The Berkshire Gas Company.
Tras anunciar la operación el pasado 25 de mayo, fuentes de Iberdrola indicaron a Europa Press que la venta de las filiales de gas se inscribe en su plan de desinversiones para el periodo 2010-2012, en que el prevé obtener 2.500 millones. En este sentido, explicaron que las sociedades vendidas eran "activos no estratégicos que no generaban sinergia alguna para el grupo".
Frente al negocio de estas tres distribuidoras, cuya rentabilidad sobre recursos propios era del 9%, la interconexión interestatal e internacional es "uno de los proyectos más importantes que se van a desarrollar en el área de redes en los próximos años en Estados Unidos" y ofrecerá retornos del 13%, señalaron.
Junto a esto, la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán reafirma su apuesta por Estados Unidos y su disposición a invertir en este mercado, uno de los de mayor crecimiento, 7.000 millones entre 2010 y 2012.
VENTA DE FILIALES
La desinversión se suma a las ventas de activos no estratégicos ya realizadas por Iberdrola en el último año, entre las que destacan la del 2,7% de EDP, la de su participación del 15,68% en Petroceltic International PLC y la de los activos de gas integrados en Seneca Lake.
La construcción de la nueva interconexión eléctrica incluirá el tendido de unos 800 kilómetros de líneas y la puesta en marcha de cinco subestaciones. Esta infraestructura, cuyas obras comenzarán en junio, atenderá a las necesidades de siete millones de consumidores y beneficiará la integración de las renovables en el sistema eléctrico de New England.
Para Galán, "el impulso de las autoridades estadounidenses a este relevante proyecto de distribución sirve, sin duda, para seguir reforzando los estrechos lazos que ya unen Iberdrola con este país". Los clientes de New England sufragarán el proyecto a través de la tarifa eléctrica.
La interconexión estará concluida en 2015 y, según un informe de la Universidad de Southern Maine, creará durante el desarrollo del proyecto hasta 3.327 puestos de trabajo. Cada año se generará una media de 2.100 empleos.
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