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VALENCIA. Feria Valencia se ha encontrado con un obstáculo inesperado en su camino hacia el deseado reequilibrio de sus cuentas. Tal y como adelantó su presidente ejecutivo, José Vicente González, tras la última reunión de su patronato, la institución ferial manejaba para este año unas previsiones que apuntan a una desviación positiva de los ingresos del 1,1% y una mejora de márgenes tras unas pérdidas acumuladas de 14 millones de euros en los dos últimos años. Según González, un "milagro" que ahora puede verse arruinado tras una resolución administrativa que elevará los costes del ejercicio por encima de lo previsto.
Esta resolución surge del recurso planteado por una de las empresa que aspiraba a adjudicarse el contrato de externalización de determinados servicios ajenos a su negocio que Feria Valencia pretendía contratar a terceras empresas. Electrotecnia Monrabal ha presentado una queja ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, dependiente del Ministerio de Hacienda, por discrepancias con el procedimiento en el que Veolia se acabó llevando el contrato de mantenimiento, un contrato de 880.000 euros.
La aceptación del recurso implica la paralización automática del proceso de externalización de servicios, una de las cuestiones más urgentemente necesita resolver el recinto debido a que es condición previa a la ejecución del ERE que aprobó en mayo del año pasado y cuyo retraso está generando unos costes añadidos con los que el recinto no contaba.
El impacto negativo por esa demora ya lo sufrió en sus cuentas del año pasado, cuando no pudo beneficiarse del ahorro previsto por la salida de esos trabajadores, que iban a ser recolocados en la empresa adjudicataria de los contratos de mantenimiento. Así, en 2014 registró un resultado bruto de explotación negativo en 2,3 millones de euros como consecuencia del retraso de un ERE que aún hoy no ha podido culminar.
Según lo pactado entre la empresa y los sindicatos, 39 de los 77 trabajadores incluidos en el expediente deberían haberse recolocado en la empresas beneficiaria. Como este proceso aún no se ha ejecutado, Feria Valencia todavía mantiene en nómina a estos trabajadores, lo que obligará a revisar también las previsiones económicas que el recinto manejaba para este ejercicio al no poder reflejar el ahorro previsto.
Tras sacar adelante la primera parte del ERE, que incluía la extinción de varios contratos, la segunda parte, la de las externalizaciones, se vio alterada por el informe de la Intervención de la Generalitat en la que se ponía en duda la naturaleza privada de Feria Valencia, ya que el interventor abogada por que el recinto debía someterse a la norma de contratación de las empresas públicas.
Ante la publicación de ese informe, los gestores del recinto frenaron la externalización a la espera de que el Consell Jurídic Consultiu aclarase su naturaleza jurídica. Una vez este órgano emitió su dictamen en el que consideró a Feria Valencia una asociación privada de interés público, el recinto reactivó de nuevo el plan para adjudicar el contrato de mantenimiento mediante una licitación privada.
El impacto negativo sobre sus cuentas de 2015 dependerá del tiempo que se prolongue el bloqueo al proceso de adjudicación. No obstante, los responsables del recinto no esconden su malestar ante lo que interpretan como un obstáculo añadido que complica un poco más la delicada situación de la institución.
La previsión era que los 39 empleados que debían recolocarse en la empresa adjudicataria dejaran de estar en nómina de Feria Valencia en julio. El recinto espera que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales se pronuncie sobre la queja planteada por Monrabal este mismo mes, pero el proceso podría seguir bloqueado si la firma recurre a la vía contencioso administrativa y solicita la suspensión cautelar de la adjudicación.
Del personal subrogado 8trabajadores (4amacs,2almacen y 2 envios y reprografia)delde el 1de julio 2015 trabajan para Sodexo y el resto tienen desde noviembre pasado recortados sus salarios en una media del 40%
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