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EMPRESA DE MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN DE REAL DE GANDIA

Pavimentos Vernisa echa el cierre tras más de 100 años de historia

ERNEST PARRA. 14/07/2015 Rosendo Mascarell, tercera generación de la empresa, no ve futuro en la construcción, pese a haber estudiado el mercado y desistido de un traslado de la planta a África

VALENCIA. Pavimentos Cerámicos Vernisa (Real de Gandia) ha echado el cierre. Esta empresa de material de la construcción centenaria, que dirigía en la actualidad la tercera generación de la familia Mascarell, Rosendo Mascarell, no ve futuro como proveedor en la industria de la construcción y se ha visto obligado a ir a liquidación.

La compañía tuvo su momento de apogeo con el boom de la construcción en España, llegó a facturar según Mascarell más de 100 millones de pesetas anuales (más de 600.000 euros), e incluso en los últimos quince años se permitió invertir un millón de euros en renovar toda la maquinaria con aparatos de tecnología punta que permitían una producción totalmente automatizada. En ese momento trabajaban ocho personas y servían material para urbanizaciones de hasta 500 viviendas y grandes polígonos industriales. "Pero esa época pasó y desgraciadamente ya no volverá", afirma lacónico Rosendo Mascarell.

"El ramo de la construcción está mal. No he visto salidas. Cambiaré de oficio. Me quedaré con las naves y respecto a las máquinas ya veremos (estudia su venta aunque la estar paradas se han deteriorado)... En los buenos tiempos se edificaban entre 14 y 15 casas al día y hoy no se hace ni una al mes. Por eso, antes de que la empresa vaya a peor y pierda todo mi patrimonio he optado por cerrar", afirma Mascarell.

Además, hay que sumar a la falta de nueva producción las deudas impagadas acumuladas como proveedor: Las obras paralizadas con el material entregado o a media producción, las empresas promotoras liquidadas y sin capital para cubrir el pedido demandado, y unos quince concursos de acreedores pendientes, "algunos con deudas de hasta 90.000 euros que con toda probabilidad ya no podré cobrar", inquiere el empresario. 

STOCK, REGISTRO MERCANTIL Y SONDEOS EN ÁFRICA

Pese a todo, Mascarell asegura que cierra la empresa sin deudas. Hace dos años despidió a los ocho trabajadores que quedaban en plantilla y como jefe siguió trabajando en soledad, subcontratando si tenía que producir algo y sobre todo vendiendo el elevado stock de producción que había acumulado.

Según cifras del Registro Mercantil a las que ha tenido acceso este periódico, la empresa ha quedado reducida a su mínima expresión económica en los últimos años. En 2012 facturó poco más de 100.000 euros y el resultado final del ejercicio fue de 39.690 euros de pérdidas. En 2013 la cifra de negocio se redujo hasta los 31.753 euros, con un resultado final de 2.121 euros de pérdidas. Y en 2014 ya no contabilizó ventas y las pérdidas finales ascendieron a 3.911 euros.

Pero Rosendo Mascarell no es de los que tiran la toalla ante la primera adversidad. Durante los últimos cinco años todavía llegó a pergeñar una tabla de salvación para su empresa. "Me planteé trasladar la fábrica al Norte de África y estuve estudiando el mercado en Marruecos y Argelia. Pero lo vi imposible. Quizás antes hubiera funcionado, porque allí no se fabricaba y exportábamos muchísimo. Ahora no, porque ya fabrican... y trabajan diferente. No puedes competir con ellos, porque no lo facturan todo y, sin embargo, tu tienes que ser completamente legal. Además, los gobiernos te ponen muchas pegas, porque quieren que se consuma el producto local. Y todo esto sin hablar de los sobornos, que tienes que soltar 'a todo quisqui'. En definitiva, todo eran problemas", concluye el empresario.

UNA FÁBRICA DE MOSAICOS Y TERRAZOS

La empresa la fundó el abuelo de Rosendo, Pau Mascarell, que fue padre de ocho hijos. "Era otro mundo. Mi abuelo vio una oportunidad para dar trabajo a la familia. Fabricaban mosaicos, azulejos pequeños, en un proceso manual muy artesanal. El terrazo todavía ni existía. Mi tío Pedro y mi padre Rosendo continuaron el negocio. Entre ellos se llevaban veinte años de diferencia".

Y después, hace 35 años entró él. Con los años la empresa se modernizó y especializó en el terrazo (pavimento formado por piedrecitas y trozos de mármol aglomerados con cemento, y cuya superficie se pulimenta), tanto para interior como para exterior. Llegaron los años de las vacas gordas ...y por último la crisis. "Han sido seis o siete años de experiencias muy malas. Te sentías completamente desnudo y no vislumbrabas ninguna expectativa positiva". 

Finalmente ha tenido que cerrar. Y el empresario del Real de Gandia confiesa que para él no ha sido una opción fácil: "La liquidación de la empresa ha sido una decisión dificilísima de tomar. Piensas en todo lo que hay detrás. Mi padre murió a los 90 años el año pasado. Prácticamente heredé sus clientes, promotores de padres a hijos. Me costó mucho asumir que iba a cerrarla. Pero no vi salidas y antes de que se degradara todavía más la situación, junto a mis asesores, hemos preferido liquidarla".

Respecto al futuro, señala que conservará las naves "por si surge algún negocio" y asegura que ya tiene alguna propuesta sobre la mesa: "Tengo ofertas, pero antes de montar quiero tener las cosas claras. Prefiero tomarme ahora un impasse y no tener prisa. Tengo dos hijos que estudian ingeniería y económicas. Y no quiero que vengan. Deben estudiar". 

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1 comentario

Juan Gadea escribió
15/07/2015 11:07

Como perteneciente al sector de prefabricados me entristece como se están cerrando empresas tras empresas, la crisis se ha instalado para quedarse y simplemente doy ánimos a la familia Mascarell, creo por su decisión valiente y acertada

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