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VALENCIA. El histórico Kiosco España, famoso en Valencia por ser el establecimiento que más volumen de prensa reparte en organismos públicos y empresas, ha dejado de servir periódicos a sus clientes desde el pasado jueves. El motivo es la interrupción del suministro por parte de su proveedor principal, Valdisme, que ha dejado de servirle por incumplir el acuerdo alcanzado para la devolución de la deuda que arrastra el kiosco, que alcanza los 200.000 euros.

Las llamativas bolsas amarillas en las que el establecimiento envuelve los ejemplares que reparte por todas las consellerias, la Diputación de Valencia, Les Corts, la Cámara de Comercio o la Feria, entre otros muchos organismos, dejaron de circular el pasado jueves. El propietario de la empresa, Ángel Picazo, lleva desde ese día avisando a sus clientes de que no puede realizar las entregas porque no recibe los periódicos.

Los dos establecimientos de Kiosco España en el centro de Valencia, en la calle Barcelonina y la Plaza del Ayuntamiento permanecen abiertos y funcionan con normalidad, pero el grueso del negocio, la distribución de prensa y revistas, está totalmente paralizada.

Aunque se renegocia con Valdisme el restablecimiento del suministro, el propietario del kiosco, fundado por su abuelo en 1934, no esconde que peligra la continuidad del negocio. "No sé si el problema va a ser temporal o definitivo. Estamos negociando, pero no tiene fácil solución", asegura Ángel Picazo. La causa principal de los problemas de liquidez por los que atraviesa son los largos plazos de pago de algunos de sus clientes, principalmente instituciones públicas.

PÉRDIDA DE CLIENTES

La interrupción del reparto ya le está haciendo perder algunos clientes. "Algunos ya nos han comunicado que cesan la relación. Otros la mantienen y buscan lo que les falta en otros. Estamos hablando con el distribuidor por si se puede lograr algo, pero el daño ya es importante pase lo que pase", admite el empresario.

Entre sus lugares habituales de reparto están todas las bibliotecas públicas municipales de Valencia, varios hoteles, universidades, bancos y grandes empresas. Picazo asegura que cada día mueve un volumen similar al de "tres o cuatro kioscos" a pesar de que en los últimos años la venta de periódicos y revistas ha caído "escandalosamente". "Somos los números uno -reitera-, pero ahora estamos en un punto que ni se me pasaba por la mente".

El problema más inmediato es mantener la estructura de distribución, integrada en la propia empresa. "Tenemos nuestros propios repartidores y, si no hay una cifra importante para distribuir, no se puede mantener esa estructura, se desmorona", explica el propietario. En los últimos años, Kiosco España intentó ampliar la base de clientes para compensar la caída del número de ejemplares vendidos, lo que le obligó a ampliar una estructura sobre la que ya ha tenido que realizar algunos ajustes.