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GANDIA. Su apellido, Palmer, tiene historia en el Consistorio de Gandia: su abuelo Vicente fue el primer alcalde republicano; su padre, también Vicente, concejal por UCD, y su tío Juan Román fue el primer alcalde de la democracia. Una afición por la política que cristalizó en 1998. Ciro Palmer estuvo 15 años afiliado al Partido Popular y más de seis como secretario local del partido en Gandia, pero en 2007 abandonó el PP para crear la Plataforma de Gandia. Hoy es el único concejal de Ciudadanos, que es "la llave de este gobierno".

¿Cómo surge la iniciativa de Ciudadanos en Gandia?

Después de que la Plataforma de Gandia (PdG) no obtuviera resultados la legislatura pasada y al ver que la política local estaba muy crispada entre el Partido Socialista y el Partido Popular, empezamos a considerar una alternativa de un partido que deseara un cambio sosegado y prudente. Ese partido era Ciudadanos.

Durante la campaña electoral, UPD denunció que se le ofrecieron 10.000 folletos para "atacar a Ciudadanos durante la campaña". ¿Cómo lo vivieron desde el partido y usted mismo?

Efectivamente. En la última semana de campaña salió un montaje vinculándome con la antigua Plataforma de Gandia. En él aparecía mi rostro junto al de Fernando Mut -exconcejal de PdG- y del exalcalde socialista Orengo, como si yo fuese su marioneta. Fue un montaje del Partido Popular, está en las grabaciones y así lo han reconocido. Esto es engañar a los ciudadanos con el único objetivo de sacar un provecho particular. Nos hizo mucho daño porque en las autonómicas obtuvimos más de 3.000 votos y en las locales no llegamos a los 2.000. Nos quitó al menos un concejal. Sigo enfadado.

Las elecciones en Gandia terminaron con un pacto entre Més Gandia, Ciudadanos y PSPV para hacer alcaldesa a Diana Morant. ¿Cómo se llegó a él?

Nuestra ida era votarnos a nosotros mismos, pero el Comité de Pactos de Ciudadanos analizó todos los documentos que enviamos a la sede central y Albert Rivera dio la orden de que debía votar a Diana Morant, del Partido Socialista. Fue un proceso largo y complicado pero esa decisión me quitó un problema de encima. Soy un hombre de partido y acato su disciplina.

Sin embargo, esa postura no fue bien vista por el PP. ¿En algún momento pensó que esa decisión desataría reacciones como las que se produjeron?

Sí. Sé las presiones que hay y era consciente de que todo el mundo confiaba en que me votaría a mí mismo. Los miembros del PP que vinieron a mi casa esa mañana -Lola Moncho y Guillermo Barber- no entendían que cumplí con las directrices del partido. En ningún momento tuve miedo pero no es agradable ir por Gandia y que te chillen o recibir constantes amenazas, tanto a mí como a mi familia. Sé que no me van a matar, pero no es gusto de nadie recibir ese tipo de mensajes.

Después de todo lo ocurrido, ¿cómo es su relación con el exalcalde, Arturo Torró?

La relación con Arturo Torró se ha deteriorado mucho en los últimos años, ahora es diplomática. Está bastante enfadado porque el no votarme a mí mismo le hizo perder la alcaldía. A la vista de lo que estamos viendo, es la decisión más acertada porque no hubiésemos conocido la situación económica real del Ayuntamiento. Venimos de una legislatura bastante opaca y en muchas ocasiones hemos tenido que ir al juzgado para pedir información. No hubo una mínima transparencia y contaban lo que querían.

El Partido Popular sigue detrás de usted...

He estado muchos años en el Partido Popular y siete años como asesor en la Diputación de Valencia, así que tengo muchos amigos que militan en el partido. Me reúno con ellos porque son amigos, aunque al final siempre terminemos hablando de política. El Partido Popular no dejará de presionarme porque quiere la alcaldía de Gandia. Ciudadanos tiene la llave del Gobierno, por lo que siempre nos van a presionar pero, repito, soy un hombre de partido.

En los últimos días se ha podido escuchar en las redes sociales que recibió sobornos por apoyar a Diana Morant. ¿Qué tiene que decir al respecto?

Es mentira. Se dice que me han dado 500.000 euros, pero lo peor de todo es que incluso hay gente que dice que han visto cómo me los han dado. Esto es alucinante. Estoy tranquilo porque es absolutamente falso y tanto quienes me conocen como los que me han votado saben que es mentira. Una vez pasadas las elecciones, tanto al PP como al PSOE les dejé bien claro que haríamos lo que tuviéramos que hacer, pero gratis. Este rumor es ofenderme más que el panfleto.

El PP se queja de que tiene un lugar privilegiado en el Ayuntamiento.

(se ríe) No me puedo quejar y quizá sí que tengo un puesto privilegiado, pero no me he puesto yo, sino la matemática pura: Había dos bloques de 12 concejales y en el medio quedaba yo. Muchos preguntan si estoy en el gobierno o en la oposición. Mi deber es evitar decisiones que perjudiquen a la ciudadanía. Desde esta posición esperamos rebajar la tensión entre los partidos políticos, rebajar la deuda municipal y cambiar las formas de hacer política, con mucha más transparencia y diálogo.

Le han nombrado concejal delegado de la Semana Santa de Gandia, un cargo representativo y no de gestión. ¿Se plantea en un futuro formar parte del Gobierno?

Es todo un honor, porque aun estando en la oposición me han nombrado representante del Ayuntamiento, que no del Gobierno. Es un cargo representativo y mi trabajo es trasmitir el sentimiento del colectivo al consistorio y viceversa. No me he planteado formar parte del Gobierno. Cuando pasen las elecciones generales ya veremos. Tenemos la llave, así que, aunque no estemos en una tarea de gestión directamente, tenemos una gran responsabilidad.

¿Qué le espera a Gandia en los próximos años?

Sanear la deuda económica, que hasta la fecha asciende a más de 300 millones de euros y se dice que cada ciudadano de Gandia debe unos 4.000 euros. En valores relativos, somos la ciudad más endeudada de España, y en absolutos, la quinta o la sexta. Esto va a condicionar toda la gestión, y a la vista de todo lo que está saliendo, lo hará al menos un par de legislaturas más. El Ayuntamiento está muy estrangulado porque hay serias dificultades de liquidez.

Una situación más que delicada.

El Ayuntamiento funciona con presupuestos prorrogados de años anteriores porque ni con mayoría absoluta el PP pudo aprobarlos. Además, un informe elaborado por el secretario y el interventor indica que esos presupuestos, tal y como se han planteado, son ilegales. Este Ayuntamiento vivió por encima de sus posibilidades y la situación es muy preocupante, dicho por nosotros y por el Ministerio de Hacienda. De hecho, el señor Torró estaba advertido por funcionarios de la casa y del Ministerio de que no eran políticas adecuadas.

¿Cómo califica su gestión?

Fue una gestión nefasta porque gastó un dinero que no se tenía, que no era necesario o con informe en contra del interventor del Ayuntamiento. El anterior gobierno hizo gala de la mayoría absoluta y aprobó cosas porque el señor Torró quería.