VALENCIA. Las elecciones autonómicas y locales del pasado 24 de mayo ofrecieron un balance muy duro para el PP de la Comunitat Valenciana: desalojados de casi todas las instituciones, con sus referentes históricos derribados en las urnas y sin un heredero claro e indiscutible para colocar la primera piedra de un nuevo proyecto. Por si fuera poco, los 'populares' se enfrentan ahora a la competencia directa por su electorado con la entrada de Ciudadanos (C's).
Frente a todo ello, se sitúa el todavía presidente de la formación 'popular', Alberto Fabra: un político que ha combinado un elegante traspaso de poderes al socialista Ximo Puig con una postura desconcertante respecto al papel a adoptar en su partido. Unos pocos quieren que se quede para conducir la transición: un eufemismo para expresar el deseo de que ejerza de pararrayos. La mayoría, pide internamente que se marche.
Los titubeos ya comenzaron pocos días después de las elecciones. La dimisión 'en diferido' del presidente causó perplejidad interna en el partido: Fabra anunciaba que no volvería a presentarse para líderar el PPCV pero que se mantendría hasta el congreso de 2016. Un reto complicado con una campaña de las elecciones generales por delante y teniendo en cuenta la actual debilidad de su liderazgo. En la misma rueda de prensa el responsable 'popular' señalaba que sería portavoz en Les Corts hasta el pleno de investidura aunque no concretó si posteriormente dejaría el escaño para incorporarse al Senado.
En las siguientes semanas, Fabra cenó con el candidato socialista a presidir la Generalitat, Ximo Puig: un encuentro dirigido a facilitar el traspaso de poderes. Días después, el todavía jefe del Consell protagonizaba un embrollo en Les Corts al dejar entrever que el grupo 'popular' podía llegar a abstenerse en la investidura del líder del PSPV. Una postura que se encargó de corregir la misma mañana Isabel Bonig, coordinadora general del PPCV, según fuentes 'populares', a instancias de Génova.
Finalmente, Fabra cumplió como portavoz 'popular' en la investidura de Puig, sesión en la que recibió un severo correctivo por parte del candidato socialista, que obtuvo los votos de PSPV, Compromís y parte de Podemos para ser presidente. Ya algunos diputados del PP calificaban de "desoladora" la jornada y reclamaban una "reacción" por parte del partido. "Hay que cambiar el 'chip' y empezar a hacer oposición", subrayaba una parlamentaria 'popular' a este diario ese mismo día.
Poco después, el presidente 'popular', solicitó acogerse al estatuto del expresidente, con lo que gozaría de ciertas prerrogativas como la capacidad de disponer de dos puestos de trabajo en funciones de asesoramiento y una plaza de conductor, además de coche oficial. De hecho el diario Levante-EMV apuntaba a que la intención del presidente Fabra iba dirigida colocar a su persona de máxima confianza en el Palau, la ex secretaria autonómica de Coordinación, Organización y Relaciones Institucionales, Esther Pastor.
No obstante, tras formalizarse la elección del PP sobre Alberto Fabra y Rita Barberá como próximos senadores territoriales se reavivó el debate en el Gobierno valenciano sobre el estatuto del expresidente. La número dos del Consell y portavoz, Mónica Oltra, ya avisó este martes al dirigente 'popular': "Si está en un cargo público en activo no pueda pedir prerrogativas de expresidente", afirmó, para añadir que en la agenda del nuevo Ejecutivo se encuentra revisar esa ley.
La maniobra apunta a no salirle 'gratis' mediáticamente. El diario El Mundo ya cargaba este martes en su edición nacional contra la masiva colocación de dirigentes políticos en el Senado y las prebendas de los expresidentes, haciendo especial hincapié en el caso del valenciano y del catalán Montilla. A ello hay que unirle la incertidumbre a la que el propio Fabra contribuyó este mismo martes, cuando aseguró consideró "imposible compatibilizar" el escaño en el Senado y en Les Corts pero sin poner fecha a su marcha ni, por tanto, al relevo en la cámara. Ahora bien, el presidente del PPCV insistió en su idea de continuar al frente del partido "hasta el próximo congreso regional" para, a su juicio, poder realizar una "transición lo más cómoda posible" en el seno de la formación.
Una visión que no comparte buena parte del partido. No solo en lo que se refiere a Les Corts, sino también al funcionamiento del propio PPCV. Respecto a la cámara, según han publicado varios medios de comunicación y así lo corroboran distintas fuentes 'populares', Fabra se inclina por la exportavoz del Consell María José Catalá para que coja las riendas en el hemiciclo. Mientras, otros sectores de la formación 'popular' próximos al presidente provincial de Alicante, José Císcar, y al de Valencia, Vicente Betoret, se inclinan por Isabel Bonig para ser síndica en Les Corts. Tampoco se descarta la opción de que el propio Císcar, si su nombramiento como presidente de la Diputación de Alicante es bloqueado por Ciudadanos (C's) pueda convertirse en el portavoz parlamentario del PP.
Un amplio abanico que se ensancha a la hora de hablar del liderazgo del propio partido, ahí donde Fabra tiene intención de continuar hasta 2016. En distintos sectores del PP no ven lógico que el presidente continúe al frente de la formación ya situado en su escaño del Senado, más aún para liderar una decisiva campaña de las elecciones generales. En este apartado, y aunque no hay unanimidad, la opción de que Bonig asumiera el relevo es la más extendida si es que el presidente se decide a salir definitivamente de la escena política valenciana. La otra opción, la de quedarse, le convertirá en el pararrayos de los que aspiran a hacerse con su sillón pero que todavía no desean salir a escena.
Lo realmente "elegante" no es dar cancha al adversario, sino saber cuando uno debe irse y Fabra se debió ir al día siguiente de perder la Generalitat. El cierre de C-9, marcó la pequeña diferencia que ha habido entre ganar o perder. Un político anodino que encontrará en el Senado su mejor ubicación.
Este señor lo que debería hacer es lo que, realmente, quiere hacer... Irse a Madrid. En realidad, es lo que quería hacer desde el principio. Sabía que iba a perder y le importaba un pito, poque tenía sus espaldas cubiertas (las de él y las de su "inseparable" asesora). Así que, como votante del PP le ruego que se vaya y no vuelva, a no ser que sea para vacacionar. Bastante daño ha hecho a esta Comunitat, al Partido Popular. Espero que no permitan que teledirija su sucesión porque seguro que la pifia.
Hazlo por el PP, pírate ya.... Seguimos muy preocupados por el destino de esos grandes colaboradores, ¿De verdad no los vas a poder enchufar en ningún sitio?. Con lo que valen...
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