VALENCIA. Pivotar el modelo de negocio es algo muy habitual en el mundo emprendedor y al arquitecto Daniel Mayo no le tembló la mano. Llegaba en 2013 con una idea a las instalaciones del proyecto Lanzadera, aceleradora de empresas impulsada por el empresario valenciano Juan Roig y dos años después el resultado tiene poco que ver. Las casas de madera plegable que tenía en mente han acabado evolucionando hasta convertirse en Vivood Landscape Hotel, una red pionera de destinos turísticos de diseño sostenible que pretenden ser un referente mundial en el sector.
¿Y en qué se traduce esta declaración de intenciones? En un pionero hotel paisajístico ubicado en el Valle de Guadalest (Alicante) que será solo el primero de otros tantos que vendrán. La innovación de su propuesta hace que el Hotel Paisaje se componga de 25 suites independientes integradas en la naturaleza de forma separada, de 27 metros cuadrados cada una, con aire acondicionado y grandes ventanales con vistas a las montañas. Como cualquier hotel incluyen televisión y baño privado, y las de categoría premium también disponen de terraza y piscina privada. Crearon tal expectación que el primer día cerraron 100 reservas.
Pero este emprendedor, quien ha conseguido que Juan Roig invierta por primera vez en una empresa turística, concretamente 1,16 millones, recuerda cómo ha sido el camino hasta su inauguración. "Cuando empecé a idear junto a un amigo pensábamos que con 1.500 euros teníamos dinero para construir una casa, no sabía ni lo que era emprender ni lo que queríamos hacer", explica el ahora director general. Pero iniciaron una experiencia de seis años donde iniciaron un proyecto de arquitectura sostenible a pequeña escala", explica. Acabaron planeando un sistema plegable de viviendas que sería solo el principio.
Pero su compañero se quedó ahí y Mayo decidió que ya era momento de convertirlo en un negocio y hacer de toda esa experiencia una carrera de futuro. "El momento clave en mi vida como emprendedor llegó cuando conocí el proyecto Lanzadera", asegura. "No tenía nada, bueno, tenía a mi padre me ayudó a subir la casa a un camión y llevarla hasta Valencia para montarla y enseñarla". "Nos presentamos con la ilusión de crear una compañía que comercializara viviendas desmontables para apartamentos turísticos en los que estuvimos un año trabajando y llegamos al gran hito que fue Fitur 2014".
Se presentaron en el encuentro como una de las alternativas turísticas de 2014. Les visitaron en tres días más de 3.000 personas, comercializaron y vendieron. "Llegamos a ser nombrados una de las tendencias turísticas para ese año", apunta. "Lo que poca gente sabe es que una semana antes de presentarnos a Fitur como los próximos vendedores de casas desmontables para alojamientos turísticos yo me había sentado con Javier y Jaime, mis futuros inversores, y les había dicho que el futuro de la empresa tenía que cambiar". Y es que el arquitecto miraba mucho más lejos.
"Tenía muy claro que el futuro pasaba por consolidar una red turística de hoteles porque eso nos permitía conocer y controlar lo qué sentía el cliente cuando entraba en nuestro alojamiento". Estaba dispuesto a correr el riesgo, sabía cuál era su visión y a dónde tenía que dirigirse. Reconoce que este tipo de saltos es difícil y que si no lo haces bien corres el riesgo de caer en el cambio de modelo de negocio. "Analicé con tranquilidad los pros y los contras. A escondidas iba desarrollando el nuevo modelo de negocio y cuando tuve todo medido y cuantificado le expliqué todo a mis trabajadores y mis inversores", explica este emprendedor.
Tras salir de Fitur empezaron a buscar parcelas hasta llegar a la parcela de Guadalest donde hoy se ubican. 84.000 metros cuadrados que antes eran una reserva de animales abandonada. "Después de recorrer en dos meses más de 50.000 kilómetros y reunirnos con los alcaldes de media provincia de Alicante llegamos aquí", explica. Sabían que de la primera ubicación dependía el 90% de su éxito. Desde ese momento ha pasado un año levantando este primer proyecto.
Su idea es ampliar este hotel en otras 25 suites pero la intención es crear tres complejos más en 25 años. ¿Su público? Aquel que tenga un poder adquisitivo alto y que busquen un turismo diferente y reinterpretado. "Que deja a un lado el lujo de las grandes suites con griferías de oro y ahora lo busca en el sentimiento como en el despertarse y ver por la ventana el valle y el atardecer". Se trata de pasar del lujo ostentoso al lujo perceptivo. "El cliente valora y paga porque esta experiencia no tiene parangón a nivel nacional ni prácticamente en el mundo".
Se trata de un entorno privilegiado, que invita al ocio activo y al mindfulness a través de actividades de relajación, contemplación, salud y bienestar. Aunque Mayo empezó solo, actualmente cuenta con un equipo de 17 personas, con las que ha dirigido la construcción de este emplazamiento en el que han participado más de 100 personas, pertenecientes a 12 empresas diferentes.
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