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LA CIUDAD Y SUS VICIOS

El caso Correoviejo: dos mujeres al rescate del casco histórico

VICENT MOLINS (FOTOS: PAVLA VANICKA). 04/07/2015

Eva Sanjuán y Ana Beltrán, desde su plaza en el centro de Valencia, irrumpen con un plan para recuperar el latido de las antiguas construcciones señoriales

VALENCIA. Quienes suelen tratar a diario con los turistas que llegan a Valencia repiten que este destino resulta imprevisible para los nuevos llegados. Aquello que se les promete —Ciudad de las Artes y las Ciencias, playa...— les atrae, pero la mayor de las sorpresas viene con el contacto epidérmico con la Valencia antigua. El casco viejo, relegado a secundario, es el que acaba revelándose como una seducción mediterránea.

Eva Sanjuán y Ana Beltrán me enseñan un plano de los barrios históricos de la ciudad, conformado como un puzzle cuyas piezas reflejan la distinta personalidad de cada zona. Les sirve de brújula para adivinar cómo deben tratar cada incursión dependiendo de su contexto. Ana y Eva, algunos días, penetran entre una dimensión desconocida, se deslizan por las entrañas de edificios cumbre del pasado cuyo corazón ha dejado de latir. Eva Sanjuán y Ana Beltrán.Dice Ana que los edificios les hablan y ya es cosa de ellas interpretar las palabras. No son poltergeist, tan solo la sensibilidad por un patrimonio épico tapiado, silenciado.

Suelen entrar linternas en mano, blandiendo planos, en compañía de los propietarios, de posibles inversores o en soledad. Atraviesan las distintas dependencias. Fantasean usos para edificios, abriéndose camino entre joyas arquitectónicas, casonas y palacetes caídos en el abandono porque a sus propietarios se les ha atascado el patrimonio.

Tenemos un problema: por esta antigua Valencia de la Seu, la Xerea o el Carme hay exceso de edificios memorables que están atrofiados, degradándose, en desuso. "Estamos viendo -dice Ana Beltrán- como en un año de abandono se pierden por completo. El problema es que si seguimos así será más caro rehabilitar que reconstruir... y entonces los derribarán y perderemos grandes patrimonios".

Alguno de los inversores con los que recorren edificios señeros se echan las manos a la cabeza al ver lo que ocurre en los alrededores de la Plaza del Ángel, donde la mortandad de construcciones emblemáticas —asociadas a la muralla— impide que la vida social fluya entre plazas proclives a ello.

El edificio cerrado de Plaza del Ángel, 1.

UNA DECADENCIA CONTAGIOSA

Ése es el problema. Una decadencia contagiosa. Ellas dos, las dos mujeres obsesionadas en rescatar valores perdidos, tienen una solución. Y ya han comenzado a aplicarla desde hace cerca de cinco años en su prototipo: el edificio de Correoviejo, en la plaza homónima. Un espacio de portones inmensos, abrazado a la iglesia de San Nicolás. "Los lunes escuchamos el organillo y huele a incienso". Palacetes que chiflan, normalmente inaccesibles y apagados, que en este caso, por arte y gracia de la imaginación de dos arquitectas, se ha convertido en un animador del entorno, en un fuerte desde el que practicar la experimentación urbana.

En una mañana laborable de julio llegar hasta Estudio Correoviejo -así se llama el invento- depara una primera frontera: la del sonido. De repente, al abandonar las calles tumultuosas cercanas al Mercat Central y traspasar ciertos lindes, el silencio se hace incontestable. Nada parece existir. Pero aquí la construcción imponente del siglo XIX. Cuando Eva y Ana llegaron se propusieron sortear la amenaza del típico edificio en peligro y convertirlo en una fuente de posibilidades.

La propuesta pasó por retorcer los usos hasta combinarlos. Los propietarios podrían seguir viviendo en sus pagos, manteniendo su herencia, haciéndola viable. Ocupan una de las plantas. Otra de ellas está dedicada a oficinas, donde conviven profesionales de distintas disciplinas. ¿Y qué demonios hacer con las vastas zonas comunes, normalmente un handicap porque los inversores las entienden como un espacio que no pueden utilizar para viviendas? Aprovecharlas para atraer eventos y agitar culturalmente la plaza, para ganar visibilidad y contribuir al entorno. Esto es el modelo Correoviejo, caso de éxito en el último lustro valenciano. Cómo convertir un problema en una solución. Un experimento acertado para sostener edificios que de otra manera se echarían a perder.

El zaguán de Estudio Correoviejo se abre con frecuencia para recibir saraos, habitualmente relacionados con el diseño. Es una visita ineludible en la anual Valencia Disseny Week. La cochera, donde hasta hace poco se guardaba un automóvil, ha pasado a ser el área para compartir en la que se realizan cursos, sirve de sala de cine o para exposiciones. En uno de los últimos eventos, la propietaria, copa en mano, les preguntó a Eva y Ana: "Bueno, ¿y qué vamos a hacer la próxima vez?".

La solución para un problema. Si el mercado de Tapinería se propuso dinamizar una plaza muerta para hacer atractivas sus viviendas, en Correoviejo se ha hecho económicamente sostenible un edificio histórico conservando sus rasgos y potenciándolos, manteniendo el legado y la presencia de los propietarios, vinculando oficinas a viviendas y a posibles espacio comerciales, juntando áreas estables con inestables. La Valencia que rescata su memoria no para museificarla sino para agitarla y recuperar allí la vida

"Abramos los portones de los edificios históricos", reivindican. "Ayudaría a lucir nuestro patrimonio, atraería turismo y a posibles compradores para esos edificios". Un ejemplo: Milán. Junto a las sábanas de la colada, colgando de los balcones, "los grandes portones se abren para eventos, las empresas los emplean para exponer parte de sus productos".

El prototipo Correoviejo está en fase de exportación. Los candidatos sobre los que aplicar el modelo, abundan. "Queremos inyectarles sangre para que vuelvan a latir". La inversión privada, la iniciativa pública y las ayudas europeas deberán ser el canal que permita resucitar tantos casos perdidos.

¿Qué edificios rescataríais?, les pregunto a ellas dos.

1. Plaza del Ángel, 1: "Lo hemos estudiado, podríamos hacer como en Correoviejo. Está pegado a la muralla, abandonado. Hay tres plazas conectadas y tenemos claro que si se rehabilitara este edificio junto a alguno cercano recuperarían mucha vida", "tiene volumen suficiente para combinar oficinas, viviendas, cafetería y espacio para turismo. Es importante que los usos se contagien y no dar lugar a monocultivos. Hay inversores que nos dicen: ¿y si dedicáramos todo el espacio para turistas? No se trata de eso".

2. El convento de San José y Santa Teresa en la calle Salvador Giner: "Está en buen estado. Un convento barroco y desacralizado, en venta, con una iglesia maravillosa. Nos dejaron la llave y descubrimos un lugar increíble, conectado a todo un bosque donde sólo se escuchan pájaros. Para los propietarios sería inteligente darle un uso mientras lo venden, por poco precio lo haría más atractivo ante posibles compradores y contribuiría a darle un valor extra a la zona".

3. Casa Vella, Plaza del Carmen: "Donde estaba el histórico pub. Lleva cerrado muchos años, tapiado, pero esconde en sus zonas superiores unos espacios que sobrecogen. Un gran valor artístico. Un salón con frescos y un arco protegido. Si sus propietarios lo abrieran los compradores lo verían de otro modo. A este paso, se va a perder".

4. Edificio Correoviejo, 1: "Es nuestro sueño. Está cerrado y el zaguán ha sido usado como parking. La herencia genera conflicto, no lo quieren vender pero al mismo tiempo no lo aprovechan. Pedimos que escuchen nuestra propuesta, podríamos hacer como en Estudio Correoviejo".

Portones abiertos. Soluciones a problemas.

Operación rescate para el centro histórico.

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13 comentarios

Jose Sales Rodríguez escribió
31/07/2015 14:22

Enhorabuena Eva y Ana, es un proyecto ilusionante y os deseo el mayor de los éxitos. Os lo merecéis por ser las dos grandes profesionales y buenas personas.

Ángel Navarro escribió
16/07/2015 12:57

Enhorabuena por la iniciativa, dar vida al barrio con una ciudad compartida suena muy bien. Ojalá haya un segundo artículo en breve que nos cuente como han ido las propuestas y más iniciativas. Suerte

06/07/2015 18:24

Gracias Ramón, estamos convencidas que todas esas experiencias se han quedado de alguna manera entre estos muros, y todo eso es lo que hace que este edificio sea especial. Antonio, con nuestro proyecto buscamos apoyar al ciudadano. Estaríamos encantadas de contárselo personalmente. Un saludo

Ramón García escribió
06/07/2015 12:47

Haciendo memoria. El edificio de Correo Viejo se rehabilitó a medidados de los años 80 y en su zagüan se abrió, en 1988, una galería de arte, My Name's Lolita Art, la cual estuvo emplazada en ese lugar hasta el año 1999. Por los muros de Correo Viejo han desfilado grandes escritores, diseñadores, compositores y todo tipo de intelectuales. Fue un lugar de encuentro y de referencia para el desarrollo del arte más emergente, no solo en Valencia, sino también para el resto de España. Mis mejores deseos de prosperidad para las nuevas ideas.

Paula escribió
06/07/2015 09:37

Conocí a Eva y a Ana en una de las múltiples actividades que organizan en su estudio que, dicho sea de paso, es una auténtica maravilla. Como lo son ellas por todas estas iniciativas que ponen en marcha. Gente como ellas es lo que hace falta, y no quejas y más quejas... Bravo chicas!

Vicent Molins escribió
06/07/2015 08:18

Antonio: Si lee el artículo y conoce la propuesta de Correoviejo se dará cuenta que la intención es justo la que usted cuenta: atraer nuevos vecinos. Un saludo.

juan escribió
05/07/2015 19:34

Enhorabuena por el artículo. Da alegría ver que hay gente joven interesada en sacar adelante este barrio tan nuestro. Nos hace falta ideas frescas, ilusión y muchas ganas. Adealnte!!

alexis segrelles escribió
04/07/2015 20:02

Enhorabuena para Ana y para Eva. La verdad es q nunca os cansais de inventar cosas. Eso es lo q Valencia necesita. Besos

María José López Azorín escribió
04/07/2015 18:02

Excelente iniciativa! Se echaba de menos.

Alejandro Nava escribió
04/07/2015 16:03

Iniciativas cotidianas, incluyentes y participativas pueden agitar voluntades que ayuden a superar esa "decadencia contagiosa".que desdibuja los valores de la ciudad. Enhorabuena por los valiosos aportes!

Antonio Marín Segovia escribió
04/07/2015 11:04

Muy bonito todo... y que pasa con las viviendas normales, donde suele vivir la gente habitualmente? Creo que ya es hora de hablar de zonas y conjuntos monumentales singulares y empezar a ver la ciudad, el centro histórico como un espacio donde viven personas. El centro histórico de Valencia no podrá ser recuperado nunca, si no aprendemos que tiene que ser un espacio agradable y digno, donde puedan vivir de manera habitual, nuevos vecinos.

Antonio Marín Segovia escribió
04/07/2015 11:02

Además de los edificios nobles, hay que preocuparse de que las viviendas normales, las viviendas residenciales sean ocupadas por vecinos, por personas que residan de manera permanente. Y para ello, hace falta dotar de servicios de calidad y públicos. Creo que el artículo se fija en edificios demasiado relevantes y se olvida de que una ciudad la hacen las personas que allí la habitan. Sin moradores permanentes, sin residentes, el Centro Histórico de Valencia no pasa de ser el refugio de un grupo de hipster y gente guay que va a matar el tiempo, a cultivar el ocio y poco más.

Antonio Marín Segovia escribió
04/07/2015 10:59

Me temo que el autor desconoce que existe un verdadero y riguroso estudio sobre el Centro Histórico, en aras a emprender una verdadera rehabilitación y revitalización de la zona. El título del enorme proyecto e investigación es: “Conocer para proteger” el centro histórico de Valencia. No estaría nada mal documentarse antes y no banalizar sobre el asunto.

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