VALENCIA. El Ikea proyectado en Alicante ha entrado en vía muerta después de que el primer pleno del Consell de la nueva legislatura haya acordado iniciar los trámites para la paralización de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) de Alicante Avanza, puesta en marcha en junio de 2014 y que contemplaba una inversión de 400 millones de euros sobre una parcela de 2,2 millones de metros cuadrados con el objetivo principal de acoger un gran establecimiento de Ikea junto a un centro comercial, un área tecnológica empresarial y un parque público metropolitano de 1,2 millones de metros cuadrados que regenerara las Lagunas de Rabassa.
La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, explicaba este miércoles que la paralización de la ATE en Rabassa se ha hecho con el acuerdo del nuevo alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri (PSPV), quien ya había mostrado en numerosas ocasiones su descontento con el plan. Tras la salida de Sonia Castedo de la alcaldía de la ciudad, el proyecto que pretendía alzarse en las lagunas de Rabassa ya contaba con el descontento de su sustituto, Miguel Valor (PP) y ahora con el del nuevo alcalde.
"Se mantendrá hasta que el nuevo Gobierno pueda estudiar, a través de los mecanismos jurídicos convenientes, la reformulación del proyecto, sobre todo por las implicaciones de corrupción y sospecha de aprovechamiento particular de lo que tendría que ser un aprovechamiento colectivo" por parte de Enrique Ortiz, apuntaba Oltra. Éste se encuentra imputado en el caso Rabassa, pieza separada del caso Brugal que investiga presuntas irregularidades en la tramitación del plan.
En 2005, el Ayuntamiento de Alicante adjudicó a Enrique Ortiz Alicante Avanza, participada por el propio empresario, Bankia, La Caixa y el grupo inmobiliario Espacio la urbanización de 4,2 millones de metros cuadrados del Plan Parcial de Rabasa. La ejecución del macro proyecto urbanístico en el norte de la ciudad de Alicante, que contemplaba inicialmente la construcción de 13.500 viviendas, fue aprobado de forma definitiva por la Generalitat en 2009 y tumbado hasta en cuatro ocasiones en 2013 por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.
En 2010 pasó a incluir el macrocentro comercial de Ikea. El pleno del Ayuntamiento aprobó en julio del mismo año el convenio entre el Ayuntamiento y las mercantiles en los que se modifica el plan general para encajar la ubicación del macrocentro comercial. En las grabaciones del caso Brugal se detalla cómo Enrique Ortiz e Ikea alcanzaron un acuerdo en 2007 para ubicar la tienda en suelo del PAU-1, en el barrio de San Blas, por 31 millones de euros.
Luego cambió la ubicación a Rabassa y el precio de compra pasa de 31 a 97 millones para Ortiz que tendría que devolver si el proyecto finalmente no llegara a buen puerto. Y en ello, recibe, presuntamente según el informe de la UDEF, la ayuda inestimable del Ayuntamiento de Alicante que asume el proyecto como suyo. Finalmente reconvirtieron la iniciativa en un parque urbano de 2,3 millones de metros cuadrados en el sector Lagunas de Rabasa. Este incluirá un área comercial de 400.000 metros cuadrados: 300.000 metros cuadrados para Ikea, 120.000 metros de suelo terciario para comercios, oficinas, restauración u hoteles y 140.000 metros para un parque industrial vinculado a la Universidad de Alicante.
Los restantes 820.000 metros cuadrados se reservará para la recuperación de las Lagunas de Rabasa. En 2005, el Ayuntamiento de Alicante adjudicó a Enrique Ortiz Alicante Avanza, participada por el propio empresario, Bankia, La Caixa y el grupo inmobiliario Espacio la urbanización de 4,2 millones de metros cuadrados del Plan Parcial de Rabasa. En 2010 pasó a incluir el macrocentro comercial de Ikea tras aprobar en el pleno del Ayuntamiento en julio del mismo año el convenio entre el Ayuntamiento y las mercantiles en los que se modifica el plan general para encajar la ubicación del macrocentro comercial.
¿SE PODRÍA MANTENER EL IKEA?
Ikea lo tiene muy difícil para optar por esta ubicación si no tiene un plan B, aunque su intención es seguir con el plan a expensas de que la Generalitat revise la ATE y siga viendo valor a la instalación de Ikea. Lo malo es que no hay nadie a favor de mantenerla. El mismo edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, consideraba que esta paralización es "un importante primer paso hacia la retirada definitiva de una actuación especulativa, heredera del presuntamente amañando Plan Rabasa".
Mientras, el segundo teniente de alcalde, Natxo Bellido, valoraba la cooperación y comunicación entre la ciudad de Alicante y la Generalitat Valenciana, "atendiendo al interés general de la ciudadanía y poniendo freno a una operación que generaría un grave quebranto a los equilibrios territoriales y comerciales de Alicante". A esto, se suma la negativa de los pequeños comerciantes, no tanto por Ikea sino por el macrocentro comercial, quienes no veían una demanda real para implantarlo.
Parece ser que tras pedir repetidamente replantear el plan para olvidarse del macrocentro, la opción más viable será volver a empezar desde cero. Valor ya apuntó a la opción de tender puentes con la multinacional Sueca con el fin de instalarse en la ciudad, ahora habrá que ver qué opciones baraja el nuevo alcalde socialista.
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