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VALENCIA. Nada más tomar posesión de su cartera, y tras pronunciar un discurso lleno de referencias, el nuevo titular de Educació, Investigació, Cultura i Esport de la Generalitat, Vicent Marzà, se acercó a su antecesora, la popular María José Català, le dio unos besos amistosos y se abrazó acto seguido con la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra. El abrazo fue intenso. Duró unos segundos y Marzà incluso cerró los ojos con fuerza. El gesto evidenció el vínculo entre el nuevo conseller y la vicepresidenta.

El acto fue particularmente emotivo. Nada más producirse el hecho simbólico y físico del traspaso de carteras, el numeroso público que abarrotaba la mezquita de la avenida de Campanar, sede de la Conselleria, prorrumpió en un sonoro aplauso que sorprendió a más de un miembro del equipo popular. No así a Català, epítome de la corrección y elegante salida de la inmensa mayoría de los dirigentes populares, quien estuvo acompañada por el ex conseller de Hacienda Juan Carlos Moragues. La ya desde hoy ex consellera ocupó el discreto segundo plano que se esperaba con una sonrisa en los labios y le deseó "mucha suerte" a su sucesor.

En su intervención improvisada Marzà hizo mención con una sonrisa cómplice al hecho de que hace menos de un año, en septiembre, se encontraba abriendo unas cajas con unas sillas para su clase en el en el CEIP Gaetà Huguet de Castellón. Ahora, nueve meses después, entraba en la Conselleria como conseller, "lo máximo" que puede aspirar un profesor, decía, haciendo gala de una modestia nada impostada. El suyo fue un discurso lleno también de metáforas. Habló de que con las piedras de las que disponían prefería construir "puentes" en lugar de "torres". También habló de que iban a escuchar, y mucho, porque para eso los seres humanos tenemos dos orejas y una boca, porque "hay que escuchar el doble de lo que se habla".

Hizo alusión a su familia allí presente (al concluir el acto abrazó a su hija muy emocionado a las puertas de la Conselleria) e hizo especial mención a sus padres, que le habían enseñado la importancia de una educación pública y de calidad en valenciano para la gente. Y la platea, llena, entregada, aplaudió a rabiar al concluir su discurso y después le agasajaron con abrazos fuertes, sinceros, hasta el punto que tardó casi quince minutos en recorrer los diez metros que le separaban de la salida.

Entre los asistentes, los rectores de la Universitat de València y la Universitat Politècnica de València, Esteban Morcillo y Francisco Mora, respectivamente; el presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, a quien se dirigió Marzà nada más bajar del escenario; miembros de STEPV, sindicato al que está vinculado el conseller, maestro de profesión, y de otras organizaciones sindicales del sector docente y de padres de alumnos y plataformas ciudadanas, como la de Tots Som Cremona.

FECHA INICIO CURSO ESCOLAR; PLURILINGÜISMO; PARAR LA LOMCE

La agenda de Marzà se prevé intensa para los próximos meses. Y sin descanso. "No vamos a irnos de vacaciones y en agosto trabajaremos para poder comenzar el curso de la mejor manera posible dentro de nuestras expectativas", comentó él mismo a la salida del acto. La primera prioridad, marcada por el calendario, y nunca mejor dicho, el inicio del curso escolar. "Eso lo tenemos que hacer esta semana y comenzar a mirar los temas educativos que empiezan en septiembre; la prioridad es el inicio de curso y lo vamos a gestionar nosotros", comentó. La primera fecha planteada por el PP, la del 3 de septiembre es historia, y se da por hecho que el curso comenzará a partir del día 10.

En su agenda también se encuentra la construcción de un modelo educativo en el que el plurilingüismo será una seña de identidad. Así, Marzà abogó porque desde el departamento de Política Lingüistica que se ubicará en su Conselleria se potencie el valenciano, porque, dijo, "es nuestra forma de querer a las demás lenguas y de poder potenciarlas todas".

Su intención es que "todas las personas que están en el sistema educativo valenciano" acaben dominando "las dos lenguas oficiales [de la Comunidad Valenciana] y una extranjera". Asimismo, dijo que a él y a su equipo les gustaría introducir un segundo idioma foráneo. "Y eso lo podemos hacer porque vivimos en un contexto de bilingüismo y eso tenemos que ponerlo en valor, no hacer un conflicto", razonó.

Otro caballo de batalla será la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), tan denostada por los agentes sociales. Así, Marzà se mostró convencido de que hay "una mayoría social" que no está de acuerdo con esa norma y emplazó a que hablaría "con otros territorios" en una Conferencia Sectorial para, "si hay un buen entendimiento, pararla".

MIGUEL SOLER, EDUCACIÓN; ALBERT GIRONA, CULTURA

Pero antes se encuentra la creación de su propio organigrama. Dos nombres propios están ya sobre la mesa. Para la secretaría autonómica de Educación se baraja un nombre, el del socialista Miguel Soler, que es el candidato seguro. Para la de Cultura se baraja otro nombre, el del ex alcalde de Almussafes Albert Girona, historiador, profesor en la Universitat de València, histórico del Bloc y persona de referencia en Compromís.

Con este último aspira a fomentar una política en la que la administración sirva para evitar trabas así como acabar con la política clientelar de subvenciones. En este sentido, durante su discurso de presentación aludió a potenciar una Cultura "para que los ciudadanos seamos libres y dignos". Fuentes de su equipo aseguraron que si bien no hay una hoja de ruta predeterminada en este ámbito, tenían pensado sentarse con los principales representantes de todas las asociaciones y entidades culturales, y que iban a estudiar "caso por caso" sin prejuicios y sin recetas comunes, para construir esa política cultural moderna y adecuada a los nuevos tiempos que demanda la sociedad.

Igualmente aludió a la importancia de la investigación, a la que citó como fundamental para el progreso de la sociedad, y a la que anunció que dedicaría buena parte de sus esfuerzos. Deportista nato, amante del ciclismo, se refirió también a la cuarta pata de su mesa, el Deporte, señalando que lo consideraba fundamental para cohesionar la sociedad y como elemento indispensable para la construcción de la persona.

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