VALENCIA (EP). Tres horas ha tardado el Gobierno central en dar marcha atrás en su intención de enviar al ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, a la toma de posesión de Ximo Puig como presidente del Consell. Al final, será el titular de Justicia, Rafael Catalá, el que visite Valencia. La decisión, según fuentes consultadas, se tomó en Madrid sin necesidad de que nadie de la Generalitat se pusiera en contacto con ellos.
La explicación oficial es que los distintos miembros del Gobierno de Mariano Rajoy deben asistir en las próximas semanas a numerosas tomas de posesión y que Montoro ya asistió a la toma de posesión de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, el pasado 14 de junio. En otras palabras, que ya no le toca.
La decisión de enviar a Montoro parecía, casi, una provocación. Sin ir más lejos, el pasado jueves Puig propuso un pacto para exigir al Gobierno central "un cambio justo en el modelo de financiación, una financiación transitoria extraordinaria mientras se modifica y la negociación del pago de la deuda histórica".
Más duro fue el portavoz socialista en Les Corts, Manolo Mata, quien animó al futuro presidente de la Generalitat a "decirle ministro ese Montoro que es un impresentable, un maleducado y es una vergüenza que utilice el poder del Estado para amenazar a comunidades autónomas de un signo político diferente al que le gusta".
La visita de Montoro hubiera podido empañar la toma de posesión de Puig, pero también el traspaso de poderes por parte de Alberto Fabra. Este ha recibido palabras muy elogiosas por parte de su sucesor por cómo ha hecho todo lo que ha estado en su mano para facilitar que el cambio se produzca de la manera más tranquila posible.
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