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VALENCIA (EP/VP). La Conselleria de Sanidad reagrupará el 13,6 por ciento de las camas funcionantes entre los meses de julio y septiembre ante el previsible descenso de la presión asistencial y la ocupación en los hospitales públicos de la Comunitat Valenciana. Según han informado fuentes de ese departamento de la Generalitat, actualmente el nivel medio de ocupación en los hospitales de la Comunitat es del 77 %, lo que permite la reagrupación de camas sin que afecte a la calidad de la atención durante el ingreso.

Por provincias, en estos tres meses de verano se reagruparán en los hospitales de agudos el 11,5 % de las camas funcionantes de Castellón, el 10,6 % de las de Valencia y el 8,3 % de la de Alicante. En concreto, los hospitales de referencia (General de Castellón, Clínico de Valencia, La Fe, General de Valencia, Dr Peset de Valencia, General de Alicante, Sant Joan d'Alacant y General de Elche) tendrán una media de 18,4 % de camas cerradas a lo largo del verano.

Respecto a los hospitales comarcales, la media de camas reagrupadas para el verano es del 8,1 %, según Sanidad, que indica que los Hospitales de Asistencia a Crónicos y de Larga Estancia (HACLES) de la Comunitat reagruparán el 18,5 % de sus camas funcionantes. Las camas funcionantes son las que pueden ser usadas, ya que el hospital puede tener más camas por si en algún momento hicieran falta, pero las denominadas funcionantes son las dispuestas en ese momento para ser utilizadas, según Sanidad.

Las fuentes han señalado que la reagrupación de camas de hospitalización se planifica en función de la previsión del descenso de la presión asistencial y la ocupación de los hospitales, una situación propia de la época estival. Se trata de una medida que se aplica desde hace 11 años y que tiene como objetivo agrupar al personal sanitario y pacientes en determinadas plantas.

De esta forma se pueden optimizar los recursos asistenciales y energéticos, evitando tener abiertas salas en las que apenas se encuentran pacientes ingresados, indican las fuente, que añaden que no supone disminuir los ingresos de las personas que los necesiten. El descenso de la presión asistencial permite realizar estos cierres temporales de camas sin que se vea afectada la calidad asistencial que se ofrece a los pacientes y es una medida totalmente reversible, si las necesidades asistenciales lo requieren se abren los espacios cerrados.