VALENCIA. José Lladró, cofundador del grupo de porcelana decorativa que lleva su apellido, no cree que la compañía necesite un inversor externo para salir adelante, sino un cambio en la gestión. En declaraciones a Valenciaplaza.com, periódico que desveló en exclusiva que la familia de Juan Lladró negociaba la venta de su 70% al fondo Aurelius Capital, el mediano de los tres hermanos que crearon la empresa en 1953 afirma que "la empresa no necesita ser reflotada, la empresa está reflotada siempre que quieran ceder el mando a quien sepa hacerlo".
Sodigei, grupo matriz de Lladró, celebra este jueves una junta general ordinaria y extraordinaria en la que Rosa Lladró -hija de Juan- y su cuñado Ignacio Jara -esposo de Mari Luz Lladró- explicarán al resto de la familia las gestiones llevadas a cabo para la entrada de un inversor que podría adquirir hasta el 70% del capital que ostenta la rama familiar del mayor de los hermanos Lladró. Los otros dos socios, José y Vicente, con sus respectivas familias, no han estado al tanto de estas negociaciones.
Según José Lladró, "era una empresa ejemplar, tenía mucho valor y tiene recursos, creo que se puede reflotar por sí misma siempre que esté en las manos adecuadas". Esas manos, en su opinión, deberían ser las de gente joven y preparada. "Yo ya no estoy para trabajar, pero estoy para dar consejos", añade, a sus 87 años.
José y Vicente perdieron en 2007 toda opción de gestionar la compañía tras quedar en minoría en el capital, después de una subasta en la que su hermano mayor logró el 70% y ellos quedaron con el 15% cada uno. Desde entonces, José ha sido cada vez más crítico con Juan en varios libros en los que ha relatado la historia de la compañía.
POSIBLE INTERÉS DE PARTE DE LA FAMILIA
José Lladró adelanta cuál será su postura en la junta de accionistas del jueves. "Lo primero es saber qué quieren hacer, y si se puede proponer algo que sea positivo, lo haré", explica.
Según ha podido saber Valenciaplaza.com, miembros de distintas ramas de la familia, incluida la de Juan, estarían dispuesta a quedarse la empresa si finalmente sale a la venta. De hecho, en los estatutos sociales de la compañía se establece el derecho de tanteo para el caso de que un accionista quiera vender.
No obstante, el principal problema de Lladró no es la aportación de capital que necesita, sino la necesidad de ajustar la plantilla, que está sobredimensionada para la producción real de la fábrica desde hace más de siete años.
Se requiere recobrar el espíritu, una propiedad capaz de dialogar y hacer cumplir un plan viable, financiación habrá, no sería un disparate implicar a los empleados. Construir gobierno corporativo fuerte y gestión, gestión y gestión. Hay mucho en juego y a buen seguro voluntad de salir a delante en la propiedad, en los trabajadores que lo sienten también suyo y en los clientes que, al final, son los que sentencian. No se puede perder marca, calidad y lo que ello supone. Tengamos sentido común y tomemos decisiones sensatas. ¡Se puede!. Mucha suerte
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