VALENCIA. Cierval pliega velas. José Vicente González, presidente de la patronal autonómica, acabará hoy con la incertidumbre que él mismo alimentó sobre cuándo se celebrarán las elecciones a la presidencia, que serán finalmente convocadas para julio. La organización anunciará la fecha concreta tras la reunión que sus órganos de gobierno celebran este jueves. Aunque no existen dudas sobre su reelección, es muy probable que González continúe administrando los tiempos y todavía espere unos días hasta anunciar su candidatura.
La decisión de González se produce tras meses de especulaciones y maniobras internas sobre cuándo y quién debía asumir el liderazgo de los empresarios de la Comunitat en los próximos años justo en el momento en el que la organización atraviesa graves problemas económicos y está en pleno proceso de redefinición de su modelo.
Para una parte de los patronos que le auparon a la presidencia, el actual presidente no ha estado al nivel de las elevadas expectativas con las que accedió al cargo hace ahora cuatro años. La morosidad de la administración y de las propias federaciones territoriales que con sus cuotas contribuyen al sostenimiento de Cierval no se lo han puesto fácil. Tampoco la actitud de la patronal de Castellón, a la que ha tenido cuatro años de frente tras verse descabalgada de la secretaría general, o el escaso peso específico de un secretario general cuestionado incluso en Coepa, su organización de procedencia.
Todos esos factores, sumados al papel que la patronal de Valencia CEV ha jugado en los últimos meses para mantener a flote Cierval al ser la única de las tres federaciones territoriales que pagaba sus cuotas en tiempo y forma, contribuyeron a alimentar las opciones de relevo. El presidente de la CEV, Salvador Navarro, tanteó a su comité a finales del año pasado para medir sus posibilidades de dar el salto a Cierval para dirigir desde dentro la renovación que la patronal tiene pendiente.
Esa era la hipótesis más plausible a principios de este mismo año, pero una serie de acontecimientos posteriores han ido variando el escenario hasta el punto actual. Uno de los más importantes fue el espaldarazo que supuso para González retener una de las vicepresidencias de la patronal nacional CEOE a pesar de la reducción de miembros de la cúpula.
LEY DE PARTICIPACIÓN INSTITUCIONAL
El otro factor que ha convencido a los patronos de la conveniencia de dejar las cosas como están es la Ley de Participación Institucional. Esta norma, aprobada la pasada primavera, supuso un auténtico balón de oxígeno para las castigadas cuentas de la institución, ya que asegura a los sindicatos y patronales más representativos los fondos necesarios para mantener sus estructuras.
Su aprobación redujo las urgencias en el seno de Cierval, pero el hecho de que su desarrollo reglamentario aún esté pendiente impide relajarse, máxime cuando esa negociación se llevará a cabo con un Consell controlado por el PSPV y Compromís.
Este proceso es el que más ha condicionado los tiempos. El cambio de signo político en el Consell aconseja prudencia y continuidad, reconocen fuentes empresariales. La estrategia, por tanto, pasa por consolidar el mandato del actual presidente, transmitir una imagen de unidad para abordar las negociaciones pendientes y, posteriormente, retomar la reestructuración interna de la patronal.
Esta reforma se centrará en el reequilibrio de fuerzas entre las tres federaciones provinciales de Cierval. Tras ser reelegido el pasado mes de abril, el presidente de la CEV expresó su intención de aumentar el peso de su organización dentro de la organización autonómica, en línea con la mayor aportación al PIB regional de las empresas valencianas.
El cambio, no obstante, implica inevitablemente restar poder a las federaciones de Castellón y Alicante, un proceso que no conviene iniciar en un momento en el que la prioridad es transmitir unidad al exterior.
José Vicente González liderará ese proceso y asumirá el desgaste que llevará aparejado. ¿Y después? Cualquier pronóstico sobre sus posibilidades de agotar otros cuatro años de mandato sería altamente incierto, pero sí está extendida la impresión de que González podría dar un paso a un lado una vez completadas las reformas que Cierval necesita abordar para asegurar su viabilidad.
EL PAPEL DE LA FERIA
Aunque el propio González se esfuerza por no mezclar la estrategia que ha seguido en Cierval con su papel como presidente de Feria Valencia, el hecho de que su mandato en la institución ferial se agote a finales de este año invita a pensar que este hecho ha pesado en su cálculo de probabilidades.
La intención de González era publicar el pliego de condiciones para externalizar la gestión del negocio ferial antes del 31 de julio. No obstante, el proceso avanza con lentitud hasta el punto de que todavía no están aprobados los estatutos que convertirán a la Feria en un consorcio público, paso previo a la cesión de la explotación del negocio.
Ese hecho, unido a la incertidumbre que existe sobre las intenciones del nuevo Consell con Feria Valencia, habrían jugado a favor de celebrar las elecciones en Cierval en julio, tal y como estaba previsto, en lugar de retrasarlas para acercarlas al momento de renovación fijado para la presidencia de la Feria.
La vicepresidencia de CEOE podría ser una salida satisfactoria ante una eventual salida adelantada de la presidencia de Cierval en la nueva legislatura. "Es un cargo más personal que institucional", apunta una fuente consultada sobre las posibilidades de González de mantenerse en el núcleo duro de Juan Rosell.
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