VALENCIA. El trinquet Pelayo está a tan solo tres años de alcanzar 150 temporadas de historia de la pilota valenciana y cultura para la ciudad. Los grandes jugadores de la escala i corda han cubierto su palmarés con victorias en este estadio deportivo oculto en el centro de la ciudad, junto a la Estació del Nord y que ha suscitado el interés de medios internacionales como The Guardian que lo calificó como "the secret Wembley".
Pero su historia más actual es la de un fin de ciclo en lo empresarial y también en lo personal. Arturo Tuzón Gil, el que fuera último presidente del Valencia CF antes de convertirse en Sociedad Anónima Deportiva, inició su gestión del trinquet Pelayo hace 36 años. Aturo Tuzón hijo tomaría el relevo años más tarde y, tras ofrecérselo ahora a la que sería una tercera generación de los Tuzón al frente de la catedral, decide traspasarlo tras la negativa familiar de continuar con el negocio conocida desde hace tiempo por el sector.
Así lo ha asegurado el propio Tuzón a ValenciaPlaza.com: "desde el año pasado ya mostré mi intención de abandonar la gestión del trinquet y me marqué el 31 de diciembre de 2014 como límite, pero de momento sigo teniendo paciencia a la espera de que el propietario del edificio y los interesados lleguen a un acuerdo". El propietario ni es valenciano ni vive en Valencia, algo que según Tuzón supone una barrera "para que comprenda que el precio de los alquileres ahora es otro, que han cerrado muchos negocios alrededor".
Los interesados a los que alude Tuzón son "personas del mundo de la pilota" y, según ha podido saber este periódico digital, gestores al más alto nivel dentro de este deporte profesional y autóctono valenciano. La negociación al parecer continúa, pero a Tuzón se le acaba la paciencia empresarial: "al sobrepasar la fecha que había puesto como límite, ahora mismo pienso en trimestres por el hecho de mantener la empresa todavía con esta actividad. Han pasado ya dos, pero no habrá mucho más. Espero que lleguen a un acuerdo cuanto antes".
LA SALIDA DE TUZÓN AMENAZA A LA CONTINUIDAD DE PELAYO
En caso de no lograrse el traspaso antes de que Tuzón finiquite la sociedad gestora, el trinquet puede quedar encallado en mitad de la ciudad y sin actividad. La razón: una normativa para licencias de local de uso público e instalaciones deportivas que, inevitablemente, obligaría a ampliar considerablemente los accesos comprando alguno de los bajos colindantes. Quizá los dos bajos colindantes.
La adecuación a una nueva licencia actualmente se ve como una barrera prácticamente insalvable, según fuentes del sector, ya que además de la difícil tarea de hacer rentable el propio trinquet con un precio del alquiler que está suponiendo una barrera infranqueable en la negociación, habría que asumir una reforma del local considerable para recuperar la citada licencia.
Por este motivo, todos los implicados en el traspaso del trinquet de Pelayo tratan de avanzar en la negociación. No obstante, el propietario del edificio es consciente de que tiene un nivel 2 de protección patrimonial, algo que en el contrato que por ejemplo vincula a la familia Tuzón ya refleja que todo lo que puede albergar esta superficie es un trinquet de pilota. Eso sí, dentro pueden llevarse a cabo otras actividades que respeten el espacio de forma polivalente, como sucedió con la Valencia Fashion Week el pasado año 2014, antes de su desaparición.
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