VALENCIA (EFE). El juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, que investiga el conocido como caso Emarsa, ha dictado auto de extradición y de prisión para Jorge Ignacio Roca, uno de los supuestos cabecillas de la trama corrupta que fue detenido la semana pasada en Moldavia.
Roca está imputado en dos piezas: la principal, por cuatro delitos fiscales, malversación y falsedad documental; y una pieza separada contra él y una de las empresas que trataron lodos de Emarsa por delito fiscal, motivo por el cual consta un auto de extradición y un auto de prisión provisional para cada causa.
El considerado como artífice de la trama financiera para el desvío de fondos públicos desde la empresa que gestionaba la depuradora de Pinedo (Valencia) fue detenido el pasado miércoles en Moldavia, donde se ocultaba bajo el seudónimo de Botnari Gheorghii Alexandr.
Instrucción 15 pide al Gobierno español que solicite a las autoridades moldavas la extradición y ha dictado automáticamente sendos autos de prisión provisional, comunicada y sin fianza, de acuerdo con las peticiones de todas las acusaciones personadas en la causa.
En lo relativo a la gestión de lodos, Roca ocupó supuestamente una posición central como administrador de las mercantiles Etwas, Erwinin, Zonday, Agrolemos y Printergreen.
Según las conclusiones de la instrucción del caso, se concertó con directivos de Emarsa para interponer sus empresas en la cadena de facturación de lodos y desbastes entre 2005 y 2010 e incrementar de forma artificiosa el valor de los trabajos realizados.
De este modo, se estima que Roca pudo facturar unos diez millones de euros más de lo que realmente costaba el servicio prestado.
En la pieza separada por delito fiscal, Roca figura como administrador único de una empresa sin actividad que, previo concierto con los directivos de Notec, en 2008 emitió facturas a esta mercantil por 667.300 euros, con lo que cooperó a que esta firma defraudase 251.847 euros.
El juzgado valenciano, que advierte del "claro riesgo de fuga", recuerda que Roca residió en España hasta 2008 y en Francia hasta 2010, y que fue en septiembre de ese mismo año cuando se le perdió el rastro, aunque hay constancia de movimientos bancarios de sus cuentas posteriormente en Rumanía, China y Bulgaria.
Actualmente también se le investiga por un posible delito de blanqueo de capitales en Francia y Andorra.
Su compañera sentimental, María Águila Aladrén, regresó a España en septiembre de 2012 junto a sus dos hijos menores y se negó a informar sobre el paradero de Roca.
Tras pasar varios meses en prisión preventiva -ha sido la única encarcelada de forma cautelar, por el elevado riesgo de fuga- recientemente ha sido condenada por blanqueo de capitales en la Audiencia Nacional.
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