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VALENCIA (VP). Las alianzas insólitas o la unión de extraños compañeros de viaje suelen ser una constante en tiempos de crisis, periodos en los que se agudizan las ideas y se recurre sin contemplaciones a cualquier iniciativa que pueda resultar beneficiosa para la empresa, o al menos lo parezca.

Hasta ahora, la relación más estrecha entre deportistas y empresa tenía como objetivo la inserción laboral de atletas de elite, cuya trayectoria profesional se extinguía en pocos años sin que hubiesen tenido apenas tiempo de prepararse para el mundo laboral, pero esta relación ha evolucionado, posiblemente estimulada por la delicada situación económica actual, de modo que los deportistas y sus experiencias vitales sirven de motivación para directivos y demás personal.

En este sentido, las trayectoria del atleta valenciano David Casinos tiene un valor añadido, pues a sus méritos como deportista paralímpico (tres medallas de oro consecutivas en Sydney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008; récord del mundo de lanzamiento de peso y varios campeonatos del Mundo y Europa) cabe añadir el relato, la experiencia vital, de un joven que se quedó ciego a los 25 años y que se vio obligado a aprender prácticamente todo desde cero.

Casinos todavía se encuentra en activo, de hecho tiene la intención de seguir haciendo historia en Londres 2012, no piensa en retirarse ni tampoco siente la necesidad de relatar su historia, pero la pérdida de patrocinios deportivos, la crisis en definitiva, agudizó su mente y le impulsó trabajarse un futuro sobre la base de sus triunfos vitales y deportivos, aquello que mejor sabe hacer.

INTERVENCIONES EN EMPRESAS 

Esta propuesta, que partió del propio deportista y su agente, ha sido puesta en práctica en varias empresas en los últimos meses (Importaco, Herederos de Manuel Serra, Limpiezas Amparo Cifuentes), así como en varios centros formativos y universidades. Sus charlas motivacionales constituyen una variante del coaching centrada en conceptos como esfuerzo, reaprendizaje y adaptación.

En sus intervenciones, Casinos insiste en la necesidad de marcarse nuevas metas con independencia del pasado más o menos brillante de cada persona o corporación. "En el empresario, el directivo o el trabajador, como en el deportistas, tiene que estar presente siempre la motivación para seguir creciendo, la necesidad de mejora continua", explica este atleta invidente.

"Trato de sensibilizar a los empresarios y explicarles el valor añadido que puede suponer para ellos contar con una persona con discapacidad. Además, también explico y trabajo el concepto de resiliencia como factor diferenciador entre el triunfo y el fracaso tras afrontar una situación traumática, una crisis", señala el que fuese abanderado del equipo paralímpico español en Pekín.

Años antes de proclamarse tricampeón olímpico, Casinos se vio obligado a reaprender prácticamente todo. "El aseo personal, la movilidad, la cocina, el acceso a la cultura a través de los medios, todo supone una vuelta a empezar desde cero", explica "y para todo ello es necesario prepararse mentalmente y superar todas las fase negativas que aparecen tras una discapacidad sobrevenida. Nadie vive constantemente en crisis, son situaciones que aparecen a lo largo de nuestra vida, que tenemos que aprender a superar, y que afectan tanto a las empresas como a las personas".

LA VISIÓN DEL PROFESIONAL 

Para Armando Calatayud, responsable de Recursos humanos de Importaco (empresa que dirige Francisco Pons, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios), la aportación de David Casinos "resulta muy interesante tanto para los nuevos empleados como para los directivos. Su experiencia personal y profesional, las dificultades que atravesó y su testimonio en directo supone un enorme mensaje de optimismo con el que afrontar cualquier tipo de circunstancia que se nos pueda plantear de forma traumática".

"Importaco ha contado con el apoyo de David en los procesos de incorporación masiva de nuevo personal destinado a ocupar puestos básicos, es decir, aquellos en los que el trabajador no puede realizarse de forma importante. La gratitud con la que David afronta la vida les impulsa, les da ánimo", añade Calatayud.

"A veces teorizamos demasiado con aspectos de motivación, pero él (David) en cambio traslada su experiencia, hace llorar incluso a quienes le escuchan, plantea una sesión muy emotiva y mucha gente sale pensando de qué se queja. Todos somos en cierto modo discapacitados, pero hemos de agradecer las oportunidades de las que disfrutamos", concluye.