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VALENCIA. La necesidad de apoyarse en la regulación para configurar la estrategia de la empresa para internacionalizarse o tener claro cómo hacer llegar el talento a una empresa fuera de España. Estas son algunas de las directrices que se dieron en la clausura del II Ciclo de Intercambio de Experiencias Internacionales del Directivo celebrado este jueves en el Hotel Westin de Valencia por la Asociación Española de Directivos (AED).

Romain Julia, director de Desarrollo de Negocio de Sesderma, Pablo Tramoyeres, socio director de Ernst & Young y Daniel Lorenzo, director territorial Sur de Randstad fueron los encargados de analizar esta visión a través de la experiencia de las comapañías a las que pertenecen. Romain Julia, de Sesderma, abordó los asuntos regulatorios en los que explicó que aún se complican más en una productora de cosmética por la implicación médica que contiene.

Sesderma tuvo el último año 33 millones de euros de ventas tras crecer un 28% y tiene presencia con filiales en Estados Unidos, México, Combia, Portugal, y Perú. A través de contratos de distribución son fuertes en América Latina pero también venden en Europa, América del Norte o Canadá. "Los departamentos tienen que seguir las leyes y reglamentos y asegurar del cumplimiento de las normas en cada país, pero también tiene que velar de que los trabajadores sean conscientes de lo que están haciendo", explicaba.

A partir de ahí, aseguraba que la visión de una empresa que tiene proyección internacional es tener en cuenta que autoridades y agencias de la competencia tienen la misma visión, hacer que los productos sean seguros. "Hay que cumplir con las normas y hacer un balance de lo que necesita el negocio antes de entrar en un mercado". A partir de ahí empieza un proceso para tener claros los marcos legales de los diferentes países como tener en cuenta los etiquetados, saber qué tipo de productos se puede vender en cada uno o si tienen o no barreras de entrada a ese mercado, es decir empezar a hacer las gestionar para saber como comercializarlo y ver si realmente compensa hacerlo.

Pablo Tramoyeres, socio director de Ernest & Young, habló sobre la implementación estratégica a nivel legal.  Para ello hay que decidir si lo hace uno solo o pide ayuda a externos y si se elige un despacho local o a uno internacional con visión local. "El disponer de un lenguaje homogéneo en el control de las compañías es esencial", explicaba. "La internacionalización está plagada de dificultades y complicaciones porque la distancia es un hándicap y a partir de ahí tenemos que considerar la situación macro del país como la seguridad jurídica, régimen juridico seguro, los tratados internacionales, el régimen laboral, si el régimen fiscal tributario bilateral o multilateral, la protección de inversiones y desinversiones o el régimen judicial si es previsible o no".

Aseguró que la internacionalización es un proceso circular pero muchas veces se ve la oportunidad de salir y se va para allá pero no se calcula ni cuanto se va que gastar y te puedes encontrar muchos obstáculos. "Se debe considerar el proceso como un círculo en el que hay que analizar el momento hasta el que llegan los beneficios a la empresa. Se debe tener en cuenta, por ejemplo, el que haya derecho a ser indemnizado en caso de expropiación, que se tenga los mismos tratamientos que los inversores internacionales, en general, un trato idéntico. Y a partir de ahí si se quiere estar en el lugar del destino con una filial o entrar por distribuidores o franquicias. 

Daniel Lorenzo, director territorial Sur de Randstad, destacó la necesidad de atraer gente con talento a la compañía. "Hay una difrencia entre lo que los trabajadores demandan como salarios, beneficios sociales, seguridad a largo plazo y buena atmósfera de lo que las grandes empresas creen que les importa como la solvencia financiera, fuerte managmente, buena formación y retrasan el salario hasta la quinta posición", explicaba. A partir de ahí, la necesidad es al salir a un país, si se quiere contratar al mejor personal, hay que tener claras cuáles son sus prioridades.