VALENCIA. Francisco Javier López Bellido, un experto y veterano auditor valenciano, responde al tópico americano (difícil de ver por estos pagos) del self-made man, o sea, el hombre hecho a sí mismo, que con su esfuerzo y su empeño ha sabido labrarse un futuro.
Fue empleado de banca (de una caja rural) desde los 18 años. Comenzó a trabajar, se diplomó en empresariales y a los 38 años cursó la licenciatura de económicas. En 1990 dejó la banca y abrió su propio despacho profesional. Afirma no haber dejado nunca de estudiar y de formarse (es de los que motiva a su gente para que se actualice). Cursó el primer master de auditoría que se hizo en España, homologado para ser miembro del Registro de Economistas Auditores (REA); también hizo un master en tributación. Es asesor fiscal y contable. Ha estudiado derecho y ha ocupado múltiples cargos en el Colegio de Economistas y en el REA. Además, en su momento fue tentado por multinacionales como Arthur Andersen y recibió ofertas para asociarse, pero decidió seguir adelante con su equipo.
Se niega a jubilarse y repasa con Valenciaplaza.com su fructífera carrera. Confiesa que se ve con fuerzas para seguir ayudando en la empresa, e inclusive para estudiar medicina. De su meticulosidad da cuenta una de sus aficciones: las maquetas de barcos que realiza en su tiempo libre. Y tiene en el fútbol su otra gran pasión; Contaudit financia una escuela de 200 niños en Almàssera, "porque hay que apostar por la juventud y el deporte", manifiesta.
-Contaudit ha pasado de ser una empresa unipersonal a estar formada por un completo grupo de trabajo.
-En 25 años hemos pasado de estar yo solo, con una secretaria, a tener en estos momentos una plantilla de diez personas a las que hay que sumar auxiliares externos para trabajos puntuales. La empresa se gestó para hacer servicios de auditoría, pero con el tiempo hemos añadido todo tipo de servicios: asesoramiento fiscal y contable, temas concursales, etc.
-¿Alguna novedad en la firma con motivo del 25 aniversario?
-Hemos estrenado web e imagen corporativa y hemos ampliado nuestra capacidad. Ahora ofrecemos también un servicio integral de gestión administrativa y administración de fincas. A mis 70 años considero cumplida la misión que me marqué cuando empecé como empresario.
-¿Con qué se queda de su trayectoria profesional?
-¡Lástima no haber empezado mi andadura con la empresa mucho antes! ¡Se quedan muchos proyectos en el tintero! Pero ahora ya estoy preparando el relevo; un cambio al frente del equipo de Contaudit que asumirán las nuevas generaciones. Lo tengo prácticamente apadrinado desde hace algún tiempo. Por ejemplo, físicamente las auditorías las está llevando ya Beatriz García; en los temas concursales y periciales el pilar fundamental es Eva María García; y por último, los informes jurídicos de fusión, temas fiscales y contables los lleva mi propia hija, Victoria López. En ellas me apoyo para que esto continúe con la misma seriedad. Mi objetivo es que la empresa siga dando un servicio cada día mejor a profesionales, sociedades y grupos de empresas.
-En todo este tiempo habrá visto de todo...
-En 25 años este despacho ha preparado documentación para más de 70 concursos de acreedores de empresas pequeñas, medianas y grandes; y desde el año de inicio de la Ley Concursal también hemos sido designados como administradores concursales, tanto de empresas nacionales como de compañías importantes a nivel local. Algunas acabaron en cierre y otras siguen en axctivo. Entre los concursos más novedosos destacaría el de una piscifactoría, porque se salía del típico de empresa industrial-comercial. ¿El resultado? Se liquidó la empresa.
-¿En qué fallan los empresarios?
-Nos falta más cultura de concurso. El problema es que los administradores societarios (españoles) se esperan a última hora y cuando presentan el concurso de acreedores ya es tarde. Por ello el 90% de los casos acaban en liquidación. Y los que han ido a convenio no se ha cumplido casi ninguno. ¿Mi consejo? Que presenten antes el concurso, cuando tengan dificultades económicas, porque la legislación está hecha para salvar las empresas. En Europa sí que funciona.
-¿Y qué ha podido aportar su empresa a estas difíciles situaciones?
-Nos ha venido muy bien la experiencia y el bagaje que hemos ido acumulando. tenemos equipo suficiente para abordar cualquier tipo de concurso que se pueda presentar, pero he de subrayar, con el cumplimiento estricto de la ley. Hay administradores concursales que han hecho verdaderas estafas. En Contaudit somos rigurosos y los que me suceden seguirán siéndolo.
-¿Ha afectado la crisis al volumen de trabajo?
-Se ha notado a nivel nacional, provincial y también a nivel del despacho. En estos momentos, estamos llevando unos 20 trabajos al año. Las auditorías se contratan por periodos, pero si no cumplen los requisitos el empresario dice 'me evito el coste' y eso es un gran error. Piensa que no es conveniente, cuando una auditoría es la imagen fiel de sus cuentas. Refleja la realidad de la empresa. Hay empresas que no facturan sus trabajos y eso aboca al concurso y al final a la liquidación, porque se ha descapitaliza do la empresa. Yo aconsejo que todos los trabajos que se realicen se facturen.
-Preparado el relevo en Contaudit ¿cómo lo vive?
-No dejan que me jubile. Físicamente me encuentro muy bien y seguiré viniendo al despacho a ayudar, mientras el cuerpo aguante. Mi idea no es jubilarme.
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