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VALENCIA. Luis Manuel Liz Marzán, premio Jaime I de investigación básica, está considerado uno de los líderes mundiales en la aplicación de la química coloidal a la nanoplasmónica y parte de su labor se central en la investigación de nanomateriales que pueden contribuir a la identificación de enfermedades, como marcadores de cáncer, incluso en sangre, o moléculas precursoras de alzheimer.

Su currículum vitae es extenso y no se circunscribe al País Vasco, donde trabaja actualmente (desde 2013) como investigador y director científico del Centro de Investigación Cooperativa Biomagune, en San Sebastián. Es Licenciado y doctorado en químicas por la Universidad de Santiago de Compostela, y lideró durante 17 años un grupo de investigación sobre química coloidal en la Universidad de Lugo.

Recientemente ha sido nombrado académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, y cuenta entre sus galardones con la medalla de la real Sociedad Española de Química y el premio internacional ECIS-Rhodic.

AGRADECIDO AL TRABAJO EN EQUIPO

Atiende a Valenciaplaza.com minutos antes de embarcar en un vuelo con destino a Essen Alemania, donde le esperan diversas reuniones de trabajo y una conferencia en la Universidad de Duisburg. Sus primeras palabras son de agradecimiento por el premio y de extensión del galardón a todo su equipo: "Cuando se reconoce un trabajo como este, significa que las cosas han salido bien. Es el reconocimiento al trabajo de mucha gente que afortunadamente ha dado resultados y ha obtenido relevancia", manifiesta con humildad.

Cuando trata de explicar sus proyectos, el investigador remarca que no necesariamente han de tener una aplicación inmediata. "Algunas de las patentes (en concreto es inventor de hasta cinco patentes) se han licenciado por empresas, aunque me gustaría tener algunas más. Mi investigación es de tipo fundamental; contribuimos al conocimiento general, pero está claro que cuando se consigue llevar a la práctica, cuando hay un retorno a la sociedad, da un placer especial. Sin embargo, es importante destacar que los resultados que dan lugar a productos concretos no serían posible sin investigaciones anteriores".

Y aunque está feliz con el galardón señala que su intención es seguir trabajando: "Estar en contacto con jóvenes y con investigadores y profesores de distintos países, conocer gente, es muy interesante. Que se reconozca tu trabajo es muy especial. Los premios se agradecen; son notas de alegría, pero hay que seguir trabajando. Y la mejor inversión del premio (dotado con 100.000 euros) será financiar el salario de un joven estudiante para que pueda progresar en su investigación", afirma el doctor. 

DOS PATENTES ESPECIALES

Dos de sus patentes más destacada, nos cuenta el profesor, han tenido una proyección mundial. Por una parte, la primera empresa de Silicon Valley en el campo de la nanotecnología adquirió uno de sus más potentes descubrimientos: un método químico para proteger nanopartículas (metales semiconductores de un tamaño de una millonésima parte de un milímetro), recubrirlas con óxido de silicio y facilitar así su aplicación en métodos de diagnóstico o ingenieria médica.

Otra patente interesante la adquirió la multinacional de cosméticos Loreal y surgió por encargo de la misma. "Buscamos que las empresas planteen problemas y asuman los riesgos de la financiación, que sean así propietarios del conocimiento", inquiere Liz Marzán. En este sentido, la patente se basa en partículas metálicas más grandes para conseguir efectos de color con otras partículas que funcionen de forma más eficiente. "En este proyecto buscamos colores con propiedades especiales que en definitiva dieran valor añadido al producto del cliente", asevera.

Liz Marzán concluye la entrevista hablando de sus retos futuros, que pasan por la "proyección internacional del Centro de Investigación Cooperativa Biomagune"; una infraestructura que define como "casi única científica-tecnológica del estado español orientada a la nanotecnología en biomedicina".

En una conferencia en Vigo, hace años, pronunció la siguiente síntesis sobre el eje de sus trabajos: "La nanotecnología es una auténtica revolución, porque ofrece la posibilidad de cambiar la forma de pensar en los distintos materiales y sus posibles aplicaciones. Se puede aplicar a todos los campos pero, entre ellos, puede revolucionar la medicina del futuro". Tras nuestra pequeña charla Luis Manuel Liz Marzán concluye que los futuros descubrimientos permitirán "nuevos métodos de diagnosis, más fiables y más tempranos". Una revolución que cada vez es más presente que futuro.