VALENCIA (FOTOS: EVA MÁÑEZ). El presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, confirmó este martes que habrá cambios en el Gobierno y en la formación 'popular' antes de verano. Una reforma interna a seis meses de las elecciones generales que, de alguna manera, debería afectar también a determinadas estructuras regionales tras la debacle sufrida en los comicios autonómicos del pasado 24 de mayo.
El varapalo ha afectado gravemente a la dirección nacional del partido. Fuentes 'populares' aseguran que el descontrol en los días posteriores a la cita con las urnas fue "sintomático": la directriz desde Madrid fue que no hubiera movimientos rupturistas, una premisa que se cumplió a medias y que dejó en algunas autonomías como la valenciana, una sensación de abandono y falta de reacción real ante el toque de atención de los ciudadanos. Así al menos se expresaba buena parte de los asistentes a la dura Junta Directiva Regional que protagonizó Alberto Fabra el 26 de mayo, en la que anunció que no volvería a presentarse al cargo.
En la Comunitat, la falta de timón en el PPCV es evidente. Al margen del silencio en Twitter desde el 24 de mayo de Alberto Fabra -roto solo ayer por actos institucionales- o el de Rita Barberá, la actividad en la formación 'popular' está bajo mínimos: no hay apenas comunicados ni reacciones a la actualidad política, como la primera reunión del futuro 'tripartito' formado por PSPV, Compromís y Podemos. Un encuentro ante el que sí reaccionó Ciudadanos (C's) con Carolina Punset a la cabeza, que apunta a aprovechar en los próximos meses el via crucis del PP para seguir arañándole votos.
Con este escenario, la continuidad de Alberto Fabra al frente del partido -y, al menos en Les Corts hasta la investidura-, ha producido desconcierto y ciertras contradicciones. El actual líder ya anunció que no se presentará al congreso del partido de 2016, aunque en distintos sectores del PPCV y buena parte de las bases opinan que su continuidad lastra a la formación 'popular' dado que ni podrá controlar la organización ni supervisar una campaña exitosa para las elecciones generales. No obstante, la caída de 'pesos pesados' del partido por diversas causas y la propia endeblez de los resultados en las urnas, ha dejado a pocos dirigentes autorizados para coger las riendas.
La tesis más extendida, y menos onerosa para Génova, apunta a la salida de Fabra en las próximas semanas -tal vez en dirección al Senado-, siendo sustituido por la actual 'número dos' del partido, Isabel Bonig, una opción que agrada a Rita Barberá y a las diferentes direcciones provinciales, especialmente a Alicante y Castellón, y que no requeriría la imposición de una gestora. Esta segunda posibilidad no es descartable si desde Madrid prefieren atar en corto al PPCV, con lo que el abanico de nombres se abriría. Como suele ocurrir en estos casos, en los mentideros 'populares' ya ha surgido el nombre de Esteban González Pons. Lo que sí ha dejado claro Génova, ayer lo corroboró Carlos Floriano en la reunión con presidentes provinciales, es que no habrá congresos extraordinarios.
Ahora bien, otro asunto es el de la portavocía de Les Corts si, como empieza a darse por hecho en el partido, Fabra termina marchándose. Diferentes nombres suenan para el puesto y de nuevo aquí se producen contradicciones: según barrios, las favoritas son María José Catalá, estableciendo una bicefalia Corts-PPCV, o la propia Bonig. Un cargo que les puede dar la visibilidad necesaria para ganar enteros como posibles líderes en el futuro pero que, al mismo tiempo, puede representar un regalo envenenado por el desgaste que se sufra en el puesto.
Y es que ambas cuentan con un handicap a juicio de diversos dirigentes del partido: las dos serán exconselleras y pueden ser blanco fácil para los partidos de gobierno, que pasarán a disponer de los recursos humanos para preparar los debates y la información de la que antes disfrutaba el PP. Es decir, PSPV, Compromís y Podemos tendrán, probablemente, munición de alto calibre para atacar a cualquier dirigente 'popular' que haya ostentado un cargo en el Consell.
Si se toma esta circunstancia en consideración, otras opciones que suenan para el puesto de entre los diputados son, algun político con experiencia y sin aspiraciones futuras de mando como Alejandro Font de Mora, o el propio Vicente Betoret, presidente provincial del PP de Valencia.
EL PPCV, CADA VEZ CON MENOS REFERENTES
Es un hecho que la formación 'popular' no reacciona tras la derrota. El adiós efectivo, inminente o aplazado de sus grandes líderes y el inmovilismo de Madrid ha dejado congelado al partido en la Comunitat con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina, la amenaza en ciernes de Ciudadanos y un 'tripartito' a punto de conformarse. Ante estas vicisitudes, el vacío de poder en la formación 'popular' es preocupante.
El primero en caer, antes de los comicios, fue el presidente provincial del PP de Valencia, Alfonso Rus, suspendido de militancia a instancias de Fabra al verse salpicado por una presunta trama de corrupción. La herencia política del barón provincial ha sido recogida por su 'número dos' en el partido, Vicente Betoret, un dirigente valorado por las bases y más prudente que su antecesor. Al haber perdido el PP la Diputación de Valencia, a la que hubiera optado Betoret, el actual presidente provincial debe centrarse en reagrupar a la tropa de Rus.
Tampoco puede dormirse su homólogo en Alicante, José Císcar, quien ha construido un grupo de seguidores fiable en la provincia pero necesita el pacto con Ciudadanos en la diputación para afianzarse. Algo mejor es la situación de Javier Moliner, presidente provincial de Castellón, que ha retenido la diputación y puede presumir de ser de los pocos que resiste en las instituciones.
Por otro lado, el resultado electoral se ha llevado por delante a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y al propio Fabra. Se da por hecho que la primera, tras 24 años en el poder, no tiene previsto mantenerse en la oposición más allá de los formalismos iniciales aunque su futuro está por decidir, algo similar a lo que le ocurre al jefe del Consell.
En cuanto a otro de los dirigentes que había resistido contra viento y marea, Serafín Castellano, cuyas opciones apuntaban a ascender tras la caída de su enemigo íntimo, Alfonso Rus, se ha visto defenestrado tras ser detenido el pasado viernes por un presunto caso de corrupción.
NINGUNA de estas caras incluida la de Gonzalez Pons va a ser el revulsivo que necesita un PPCV, que necesita caras nuevas y muy probablemente haya que buscarlas fuera de la actual estructura, algún empresario o profesional de prestigio.....porque el votante está harto del politico profesional. Tampoco creo que Ciudadanos vaya a crecer más a costa del PP. Una cosa son las autonómicas y otra las generales. Si el candidato no gusta el votante PP se quedará en casa, así de sencillo.
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