MADRID. Hacen frente al problema de las falsificaciones. Alise Devices, una spin-off de la UPM, ha registrado internacionalmente un dispositivo de autenticidad de documentos y productos que destierra a la obsolescencia a los ya existentes. Han empezado por el exclusivo club de la Alta Seguridad donde aspiran a convertirse en referente mundial.
Alise Devices es una empresa de base tecnológica que se dedica a diseñar, fabricar y comercializar dispositivos de autenticidad de documentos, productos y marcas con el objetivo de evitar la falsificación y combatir este problema de escala mundial. No hace falta desplazarnos al mercado del lujo porque el ranking de las falsificaciones lo encabezan los medicamentos seguidos de los alimentos, pero claro que las hay también de alto standing como los documentos de identidad o la moneda. Y por aquí han empezado.
La suya es una solución que deja obsoletas a las ya existentes, como la marca de agua o el holograma, superadas también hace tiempo por los estafadores. Aunque técnicamente es muy compleja su explicación es relativamente sencilla. Lo que fabrica Alice Devices son unos dispositivos plásticos (de material activo) y aspecto transparente que si los ponemos frente a una fuente de luz polarizada vemos a su través imágenes en una cara muy diferentes de las que se observan en la otra y sin que haya interferencia entre ambas.
La lámina, flexible y de tamaño mínimo, puede pegarse, coserse o integrarse en cualquier documento o producto. El cliente podrá así verificar que está comprando un artículo auténtico con tan sólo acercar la etiqueta a la luz del móvil, la tablet, el ordenador o el televisor y el fabricante consigue preservar la reputación de su marca y las ganancias.
Varios puntos garantizan la infalibilidad del método. El primero es que se trata de una tecnología protegida por patente internacional, pero como no suelen ser éstos detalles en los que se detengan los falsificadores, diremos que su proceso de fabricación es complicado, que consta de varias etapas, que requiere un equipamiento especial y que la fórmula sólo la conocen sus creadores custodiándola bajo secreto industrial. Esto es lo que les conduce a afirmar que, hoy por hoy, son los únicos infalsificables.
EL EQUIPO
Y aunque el mundo de la picaresca sea hábil en detectar fisuras no se lo va a poner fácil este equipo que integran cinco doctores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que durante cinco años han puesto su talento a disposición del desarrollo: Beatriz Cerrolaza (CEO), Carlos Carrasco (CTO), Xabier Quintana (Comité tecnológico y profesor titular de la UPM), Morten Andreas (Comité Tecnológico y profesor titular de la UPM) y José Manuel Otón (Comité Tecnológico y catedrático de la UPM). Sólo los dos primeros han decidido abandonar sus puestos docentes en la Universidad y apostar al 100% por esta Spin-off.
Sabían que habían desarrollado una solución única y muy atractiva tecnológicamente pero también han sido siempre conscientes de que poco tiene que ver la I+D+i con el mundo de la empresa. "Se equivoca quien piense que por tener una buena idea se va a convertir en Bill Gates. Es todo mucho más complicado", decía Carlos Carrasco. Por eso ellos no han tenido reparo en dejarse asesorar en todo momento por el área de creación de empresas de la UPM. Asimismo, como cualquier otra startup, se integraron en el programa de aceleración de Wayra, de Fundación Telefónica.
FINANCIACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA
Tras realizar el estudio de mercado y convencerse de la oportunidad de negocio procedieron a la búsqueda de financiación. Complementaron un préstamo blando de CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) con la ayuda de Wayra y la aportación de capital de tres business angels. A todos ellos hay que reconocerles el mérito de haber apostado por un producto totalmente innovador y de lenta introducción en el mercado. Otras inyecciones les llegaron de la mano del Premio ActúaUPM, del Premio Caja de Ingenieros 2013, Dos Torres Quevedo y así hasta sumar los algo más de 400.000 euros que han invertido hasta la fecha.
Para rentabilizar el gasto han diseñado dos líneas de negocio que se complementan. Está, por un lado, la venta de licencia de tecnología a terceros como los principales productores de medidas de seguridad y, en segundo lugar, la venta de su dispositivo ya fabricado a los integradores que deseen incorporarlo a un producto final.
LENTA INTRODUCCIÓN EN EL MERCADO
Han empezado por la primera línea donde los clientes son pocos pero robustos dado que pertenecen al exclusivo sector de la Alta Seguridad. "Son unas pocas decenas de empresas", indica Beatriz Cerrolaza, y aunque los procesos en este mercado son mucho más lentos -imaginemos sólo lo que implicaría un cambio de diseño en los billetes de la zona euro- Alice Devices ha decidido primero convertirse en referente mundial de seguridad a través de la colaboración con instituciones oficiales emisoras de documentos para validar la solución. De manera que, por el momento, la mayor parte de su facturación proviene de los servicios de consultoría y asesoramiento en medidas de seguridad.
Sin embargo, "todavía hoy son mayores los gastos que los ingresos" y así parece que seguirá siendo al menos durante los dos próximos años. En este plazo confían haberse consolidado ya en el segmento Top de la seguridad para dar paso a esa segunda línea de negocio en la que abordaría ya un mercado masivo con soluciones seguras, pero menos sofisticadas cuya fabricación podrían delegar en terceros. Opción nunca contemplada en el primer caso.
Las peculiaridades del sector les obligan a guardar la confidencialidad de las colaboraciones y alianzas establecidas pero sí reconocen estar trabajando con organismos oficiales internacionales, especialmente europeos y alguna compañía americana. No deben de estar todavía maduros los acuerdos cuando al preguntarles por las previsiones de facturación para el cierre del año en curso adelantan una cantidad que oscila entre los 100.000 euros y 1.000.000 euros.
En cualquier caso en su propósito está imprimir tracción al negocio como pone de manifiesto el anuncio de la próxima contratación de tres nuevos empleados que se sumarían a los otros tantos ya existentes. Y mientras se decide si se incorporan o no ventanas trasparentes en nuevos diseños de documentos de identidad o los billetes ellos seguirán trabajando.
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