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INFRAESTRUCTURAS CULTURALES

Los peores años de nuestra vida: Los retos de futuro del San Pío V

C. AIMEUR. 22/05/2015 Sin personal, sin presupuesto, inmerso en una ampliación, los futuros gestores de la segunda pinacoteca de España en número de obras deberán relanzar un museo que languidece hoy

VALENCIA. Por número de obras es la segunda pinacoteca de España. Entre sus joyas, el Autorretrato de Diego Velázquez o el Retrato de Joaquina Candado de Goya, amén de la que es posiblemente la mejor colección de arte gótico internacional de España. Pese a ello el Museo de Bellas Artes de Valencia ha sido el gran olvidado de la política cultural autonómica de las últimas dos décadas. Constreñido por la falta de espacio y de presupuesto, el centro valenciano ha concluido esta legislatura inmerso en la que debería ser su última fase de ampliación, atrapado por unas obras que le han obligado a cerrar más de la mitad de las salas, con una plantilla diezmada por las jubilaciones y excedencias.

Para la próxima legislatura se anuncia una renovación que se iniciará desde la cúspide de la pirámide. Tanto desde la oposición como desde el actual gobierno popular existe unanimidad en que se ha de relevar de la dirección a la jurista Paz Olmos, quien accedió al cargo por su amistad personal con el expresidente Francisco Camps. Realizar la transición de manera sosegada será el primer paso para recuperar y relanzar un centro que está muy lejos de explotar todo su potencial. Una hoja de ruta que se podría establecer a partir de cinco puntos.

1. Presupuesto propio. Dice un miembro de la Academia de Bellas Artes de San Carlos que es "una vergüenza" que el Museo de Bellas Artes no disponga de su propio presupuesto. Pese a que han sido muchos los que lo han reclamado a los diferentes consellers que han ocupado el despacho de la avenida de Campanar, ninguno ha podido deshacer el entuerto que supuso que se le quitara la independencia económica al centro.

Este aspecto en apariencia nimio es fundamental para explicar las limitaciones con las que se enfrenta el museo en su día a día. Desde la llegada del PP los fondos del centro han partido directamente desde la Conselleria, lo que ha limitado el margen de maniobra del museo, que se ve obligado a solicitar recursos para las cuestiones más nimias, hasta la compra de papel higiénico un año. "Es un lastre absoluto", asegura Gonzalo Fernández, de UGT. "Debería gozar de personalidad presupuestaria propia como todos los grandes museos de España, como El Prado".

2. Aumentar la plantilla. "Cuando vas por los pasillos se oye el eco", bromea una de los pocos trabajadores que quedan en la actualidad en el centro. No ha sido por un ERE ni por ajustes económicos. Desde principios de año el Museo de Bellas Artes ha ido sufriendo un lento goteo de empleados que se han marchado por distintos motivos y ni han sido reemplazados ni hay visos de ello. Ni siquiera de manera provisional.

Con la marcha este invierno del conservador jefe del museo a Madrid a una empresa privada, las jubilaciones y las comisiones de servicio de otros más, la situación es límite, con menos de la mitad de la plantilla mínima. Por ejemplo, el departamento de Restauración cuenta ahora con una única restauradora. El centro posee decenas de miles de obras, entre dibujos, pinturas, esculturas... A diferencia del IVAM, que ha lanzado el concurso para cubrir dos plazas directivas, el Museo de Bellas Artes de Valencia no tiene en previsión solucionar los vacíos de personal que tiene.

3. Concurso por la dirección. Es una de las asignaturas pendientes que se deja la consellera de Cultura, María José Català. Aunque ella misma era partidaria de haber realizado un concurso internacional para la dirección, a la manera del que sí se hizo para el IVAM, ha sido desde el Ministerio de Cultura que han paralizado la operación aduciendo que se debían concluir las obras de ampliación antes de hablar de relevos.

Para el representante de UGT, cualquier hoja de ruta encaminada a recuperar el museo deberá partir de la premisa de un cambio en la dirección: "Se necesita personal cualificado para los órganos de gestión", dice Fernández. De ahí que se muestre también partidario de que, como anunciaban desde la propia Conselleria, se ponga en marcha el concurso de forma perentoria. Se han perdido cuatro años.

4. Problemas (económicos) de la ampliación. Cuando se inauguraron las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes el entonces secretario autonómico de Cultura, Rafael Ripoll, confiaba en que antes de elecciones se pudiera inaugurar alguna sala ya restaurada. Los problemas causados por el derrumbe de la fachada, así como los tiempos de la obra se han impuesto a los deseos políticos, evidenciando con ello el retraso que llevaban de por sí los trabajos.

Por si fuera poco, la ampliación no parece que vaya, ni mucho menos, a resolver las carencias del centro, en parte por la cicatería del Ministerio, que ha reducido los fondos disponibles hasta extremos ridículos. El presupuesto ideal, el que se planteó en su momento en Madrid, rondaba los 21 millones de euros, una cifra que jamás se aprobó. Se publicó uno de 18,7 millones. Salió a concurso por 13 millones. La obra finalmente se ha adjudicado por 8,361 millones a la contratista Vías y Construcciones SA, nueve millones incluyendo los estudios y proyectos. Con estas cantidades se da por hecho que no se cubrirán las necesidades del museo. Por no tener, no dispondrá siquiera de aula de didáctica.

5. Puesta en valor. Fue la decana de la Facultat de Geografia i Història de la Universitat de València, Ester Alba, la que resumió a la perfección en una entrevista en la revista Makma la errática política expositiva de Olmos. Refiriéndose a un cartel publicitario para describir el museo al visitante, cuestionó las líneas maestras del centro hoy día. "¿Goya? y ¿Sorolla? ¿Son los definidores de la colección del museo? ¿Cuántos goyas tiene el Museo? ¿Es para atraer al público? Para que luego quede desencantado de lo que se va a encontrar si viene esperando encontrar obras de Goya".

El Museo de Bellas Artes posee un gran patrimonio artístico valorado en millones de euros que en ocasiones parece de no gozar de la suficiente difusión. Es por eso que Fernández aboga por "desempolvar los grandes fondos del museo y hacer exposiciones temporales con ellos, para que la sociedad pueda conocerlos". "Falta una campaña específica", insiste. Una campaña que, junto con otras acciones, permita que el museo pueda volver a ocupar el lugar que merece.

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2 comentarios

bluff escribió
23/05/2015 13:54

El problema de que se vayan los profesionales del Bellas Artes, del IVAM y de cualquier museo valenciano es evidente, están muy mal pagados. Hablar con grandilocuencia política de un Concurso "Internacional" para elegir director, como se pretendió en el IVAM, con la limitación salarial que ha impuesto Fabra y que raya lo ridículo suena algo extraño . Hasta al recién nombrado director del Palau de las Arts, ha habido que quitarle la exigencia de la exclusividad, y dejarle que se busque otros trabajos para completar el bajo nivel salarial, imagínense la imagen de Valencia en cualquier concurso "internacional". Nadie con prestigio profesional va a dejar lo que esté haciendo para venir a un museo valenciano a ganar la mitad. No obstante hay museologos de sobra en España para cubrir estos puestos del Bellas Artes, lo que hay que ver es como se cubren porque Valencia estos 24 últimos años se ha distinguido por no haber realizado una seleccion de personal SERIA en todo el sector público cubriéndose las plazas con familiares y amigos.

Palacios escribió
22/05/2015 08:40

¿Qué no va a haber ni un taller de didáctica? ¡Pero si había dos! Yo he llevado a mis alumnos muchos años ¿Van a desaparecer los dos talleres? ¡Me parece increíble! Cualquier museo de España tiene varios talleres didácticos por lo menos ¿Y este museo que dicen que es "el segundo más importante" de nuestro país no? Una vergüenza de gestión y un desprecio a la educación y a la cultura.

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