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VALENCIA. El candidato socialista a la Alcaldía de Valencia, Joan Calabuig, tiene la difícil misión de mantener al PSPV-PSOE como, al menos, la segunda fuerza política en el consistorio. Una situación que aparece discutida en las últimas encuestas debido al crecimiento o irrupción de otras fuerzas de izquierda y la falta de capitalización del voto que pierde Rita Barberá, que parece recaer en Ciudadanos (C's) según los últimos sondeos.
Calabuig, no obstante, mantiene la calma. Con su talante sosegado, defiende que los datos que maneja su formación -algunos puntos por encima de otras estimaciones- le sitúan con serias opciones de ser alcalde con el apoyo de otras fuerzas.
El candidato socialista tiene una idea clara de la Valencia que quiere: es la segunda ocasión en la que se presenta a la alcaldía y en estos años ha madurado, asegura, un plan detallado para el Cap i Casal. Esta experiencia municipal se percibe en el manejo de todos los asuntos relacionados con la ciudad y sus barrios: para todo tiene una respuesta que se intuye meditada.
Calabuig, a lo largo de la entrevista, vuelve su vista en repetidas ocasiones a Europa. Su etapa en Bruselas de europarlamentario -habla inglés y francés- le marcó y, en muchas de las propuestas que pone sobre la mesa, se desliza una influencia alemana, inglesa o cómo no, francesa, con algún guiño a su amiga Anne Hidalgo, alcaldesa de París.
"Hay que votar al PSPV porque tenemos claro cómo hacer que el ayuntamiento contribuya a reactivar la economía y el empleo y porque somos un partido honrado y volcado en corregir las desigualdades de esta ciudad", reflexiona Calabuig, preguntado por las razones que traslada a los ciudadanos para que respalden su candidatura.
El candidato del PSPV expone sus prioridades básicas de forma concisa: "Una es activar el plan de rehabilitación de la ciudad con la que crearemos 7.500 empleos en los próximos cuatro años y otra, que ningún niño empiece el curso sin libros, sin material escolar y sin una plaza de comedor. Hay más, ahondar en la transparencia, participación y lucha contra la corrupción, pero esas son las primeras".
Calabuig muestra su preocupación por lo que considera la "pendiente de decadencia en la que ha metido Rita Barberá a Valencia". "La mitad de los desempleados de esta ciudad no encuentra un trabajo pasado un año que están en el paro, el Cap i Casal ha perdido 13.000 habitantes, y el ayuntamiento no se ha enterado de la emergencia económica y social que existe. Nadie creo que piense ya que Rita Barberá es el futuro de Valencia", enumera.
En este sentido, el candidato socialistas se centra en explicar su modelo de desarrollo de la ciudad "consolidada". "Hay que renunciar al crecimiento de Valencia basado en la destrucción de la huerta porque eso implica perder un valor esencial de la ciudad, un elemento que la hace singular y atractiva", explica, para añadir que existen "60.000 pisos vacíos y solares en Valencia para construir 40.000 viviendas: por tanto nos cabría una ciudad como Castellón dentro de Valencia sin ocupar un metro de huerta".
Así, ahondando en su plan de rehabilitación, Calabuig recalca que incrementar la densidad dentro de la ciudad es una manera de beneficiar al comercio de proximidad, para añadir que, a su juicio, ha habido "hipertrofia de grandes superficies". En este sentido, recalca que quiere alinear su estrategia de ciudad a la de las principales capitales europeas: "Todos señalan que nos centremos en la rehabilitación, que permite la creación de empleos relacionados con la construcción: carpinteros, electricistas, albañiles, cristaleros... y también indirectos. Así, nos hemos planteado un plan a cuatro años con el que pensamos movilizar unos 200 millones de euros en el seno de la ciudad", afirma.
¿Cómo se hace esto? Para Calabuig, se puede destinar una parte de los recursos de inversión del consistorio a la rehabilitación pero donde pone el acento es en ser "más proactivos respecto a fondos estatales y europeos: hemos perdido decenas de millones de euros por haber renunciado a este tipo proyectos. Estimamos que la pérdida por la falta de gestión del ayuntamiento en este aspecto ha sido de unos 150 millones de euros", asegura.
En este punto, divide las actuaciones en patrimoniales, de cáracter social y las que profundicen en la eficienca energética. "Debemos facilitar y estimular la inversión privada. Centrarnos donde existe un patrimonio relevante como El Cabanyal o Ciutat Vella por ejemplo; que también haya una parte que se concentre en rehabilitación de tipo social: inmuebles donde los propietarios tengan una capacidad limitada de inversión y donde existan comunidades con vecinos con problemas de movilidad. Y una tercera que contribuya a la eficiencia energética".
Sin duda, uno de los asuntos más relevantes de los últimos años en la capital es la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez: ¿Qué hará Joan Calabuig con El Cabanyal si gobierna?. "Lo primero es acabar con los obstáculos para la gente que quiere invertir. Será una de las zonas prioritarias de nuestro plan de rehabilitación, evidentemente retiraremos el Pepri y pondremos en marcha inversiones para reactivar el barrio de inmediato. Hay gente interesada en invertir en el Cabanyal y hay que facilitarlas. Antes de fin de año se podrá ver el cambio en el barrio", promete.
Otro tema en el que el candidato socialista pone especial énfasis es en el soterramiento de vías y el túnel pasante, una promesa incumplida desde hace varios años y a la que Barberá se ha comprometido para la próxima legislatura. "Nosotros le pedimos por escrito a Rita Barberá todo lo que se supone que ha acordado con el Ministerio de Fomento. Y por supuesto no lo ha hecho porque creo que lo único que consiguió fueron promesas vacías de contenido más allá de la propaganda electoral", asegura Calabuig.
En esta línea, el dirigente del PSPV puntualiza que el túnel pasante no es una cuestión "meramente estética" sino "principalmente estratégica". "Los expertos afirman que Valencia no puede tener únicamente la salida del túnel del Cabanyal porque en 2020 estará en el límite de su capacidad. No podemos tener un cuello de botella ahí con el Corredor Mediterráneo en ciernes, que es un proyecto europeo. Esto no es un problema de siete minutos como dijo Barberá, en un alarde de irresponsabilidad, es un conflicto estratégico sobre el que en otras grandes ciudades no ha existido duda". "Llevamos años trabajando en un proyecto de ciudad qué refuerce las capacidades de Valencia. Hoy en día competimos con las urbes europeas y debemos aspirar a que nuestra posición sea cada vez más potente", concluye.
Por otro lado, Calabuig recuerda que el grupo socialista ha solicitado reiteradamente impulsar el paralizado proyecto de la nueva escuela de idiomas. "En ese pensamiento estratégico, uno de los factores que hace a una ciudad competitiva es que sus habitantes tengan un elevado nivel de idiomas. Todo lo que vaya en esa dirección, también es estratégico, y por eso hay que resolver urgentemente el proyecto de la nueva escuela de idiomas".
En lo que se refiere a la peatonalización, el candidato socialista remarca en que durante estos años, con el gobierno del PP, el coche "ha sido el rey". "Proponemos un proceso progresivo de peatonalización para el centro de Valencia, especialmente el eje Plaza del Ayuntamiento, Plaza de la Reina, calle de la Paz, Mercado Central etc. Esto tiene complejidades técnicas que hay que abordar: debemos pensar que esto ha pasado en otras ciudades europeas y lo han podido resolver. Nosotros también. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que este tipo de cosas solo se pueden hacer desde el diálogo", explica.
Calabuig, respecto a la deuda, se muestra determinado a "renegociar con las entidades financieras" y a "que la Generalitat también pague, puesto que adeuda al consistorio en torno a 40 millones de euros y en proyectos pendientes y declarados en torno a 600 millones de euros". "El año pasado pagamos más de 100 millones de euros en este apartado: el PP ha multiplicado por cinco la deuda e invierten un tercio de lo que se invertía hace 24 años", relata.
"CUALQUIER DIRIGENTE QUE APRECIE VALENCIA CONTRIBUIRÁ AL CAMBIO"
Sobre las encuestas, Calabuig asegura no estar "preocupado por las encuestas" aunque matiza que todas coinciden en el clima de "incertidumbre" y en que el PP "no tendrá mayoría absoluta". En este sentido, señala que los sondeos "más sólidos como el CIS" dejan claro que el PSPV es la "primera fuerzas después del PP" y las tendencias "nos dan al alza".
"Nuestro trabajo es luchar por ser primera fuerza pero el escenario apunta que no habrá mayorías absolutas y eso obliga al acuerdo, que al fin y al cabo es lo normal en la mayor parte de Europa", subraya, para admitir que han existido durante el mandato "muchos aspectos de coincidencia con Compromís y EU", por lo podría haber acuerdo "con toda normalidad si llega el momento".
Por otro lado, Calabuig rechazó de plano cualquier posible acuerdo que incluya ceder la alcaldía. "Valencia es la tercera ciudad de España y no va a formar parte de ningún paquete negociador de nada ni va a ser moneda de cambio de nada", recalcó.
En cuanto a las condiciones para los pactos, el candidato socialista deja clara su prioridad: "El único límite que ponemos para los acuerdos es que el PP se vaya del gobierno de la ciudad. No es porque no queramos dialogar con ellos, es porque es muy malo ahora mismo que pueda continuar porque la reputación como ciudad se ha puesto en cuestión por sus actuaciones".
¿Y Fernando Giner (C's)? "Estamos dispuestos a dialogar con todos. Si Ciudadanos está diciendo la verdad a sus posibles votantes ha presentado un compromiso claro contra la corrupción: cualquier dirigente que tenga aprecio por esta ciudad tiene que contribuir al cambio en esta ciudad".
Por otro lado, Calabuig rechaza tener "un plan B" si se produce "un mal resultado": "No lo contemplo porque siempre he creído en lo que estaba haciendo", comenta, para añadir que ve a Barberá "muy alejada de la realidad de Valencia". "Creo que la alcaldesa no quiere debatir porque es una persona del pasado que no tiene un proyecto para la ciudad. De todas formas, lleva 19 años sin debatir en los plenos municipales, lo cual es muy impresentable en términos democráticos".
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