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VALENCIA. Irisbond aporta una tecnología muy avanzada que permite controlar el ordenador de manera precisa con la mirada. Su mercado natural y para el que se concibió inicialmente es el de la discapacidad, especialmente para personas con problemas de movilidad y comunicación. Sin embargo, con la intención de coger músculo empresarial, empiezan ya a trasladar su tecnología eye traking al mercado industrial. Irisbond nace en julio de 2013 con el propósito de llevar al mercado un desarrollo realizado por el Centro Tecnológico Vicomtech-IK4, en San Sebastián, especializado en visión artificial.

La idea original se remonta a 2001 instigada por dos socios vascos en busca de un sistema de comunicación alternativo que ayudara a uno de ellos a interactuar con su mujer, afectada de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). La inexistencia de esta tecnología en España les condujo a Estados Unidos donde hallaron una solución. Alcanzaron un acuerdo de distribución con el fabricante y empezaron a comercializar el producto en España. Ya en 2007 optan por perfeccionar el mecanismo con tecnología propia y delegan el desarrollo en Vicomtech que culminará su trabajo en 2012 con un sistema superior en algunos aspectos al de la competencia y a precio mucho más asequible.

La explotación del desarrollo no la asumirán los socios originales, a punto de jubilarse, sino un ingeniero industrial con MBA vinculado a empresas tecnológicas, Eduardo Jáuregui, cofundador y actual CEO de Irisbond.

FÁCIL USABILIDAD

Aunque estemos hablando de sistemas avanzados de comunicación la usabilidad es muy sencilla. Consta de un pequeño hardware que se conecta al ordenador vía USB. "El hardware emite unas señales infrarrojas que llegan a la córnea del usuario y una videocámara recoge los destellos que envía como información al ordenador, donde reside el algoritmo que transforma esos movimientos oculares en coordenadas cartesianas del ratón. En definitiva lo que conseguimos es poder controlar el ratón con el movimiento de los ojos", aclara Eduardo Jáuregui.

Para una persona con limitaciones de movilidad y comunicación por dolencias como el ELA, parálisis u otros daños cerebrales, la aplicación supone la apertura de una ventana al mundo dado que pueden hacer con los ojos lo que cualquiera de nosotros podemos hacer ante el ordenador, desde escribir un whatsapp o navegar por internet hasta escribir un artículo. Al desarrollo hardware y software sumaron una plataforma online que les permite hacer las instalaciones y el mantenimiento desde sus oficinas en San Sebastián.

SOCIOS ESTRATÉGICOS

En un año de andadura llevan ya más de 80 unidades instaladas, equivalente a otros tantos usuarios que han abandonado su aislamiento para interrelacionarse con el resto de manera natural, capaces de retomar las riendas de su vida dado que el sistema podría facilitar también su inserción en puestos específicos del mundo laboral. Asimismo, han suscrito acuerdos con instituciones como la Asociación ELA de Argentina, el Hospital de Parapléjicos de Toledo o Ilunion al objeto de ganarse su alianza como prescriptores del producto.

El desarrollo de la plataforma les permite acceder sin desplazarse a cualquier rincón del mundo condicionado sólo con la conexión a internet. Esto ha facilitado la internacionalización empresarial desde los primeros pasos de la compañía cuyos ingresos en 2014 procedieron en un 60% de la exportación. "En la actualidad somos plenamente operativos en España, Argentina, Venezuela, Chile, Perú, Portugal, Estados Unidos, Irlanda, Sudáfrica, Grecia, Francia, India y Finlandia", dice Eduardo Jáuregui.

EL MERCADO INDUSTRIAL

Ya hemos dicho que la aplicación natural del producto es la discapacidad y ese ha sido el objetivo primordial hasta el momento además de consolidarse a escala internacional como empresa para coger cierto músculo y volumen.

En cuanto a los datos correspondientes a la facturación, si el año pasado lo cerraron con 150.000 euros, las previsiones para 2015 apuntan a triplicar dicha cantidad apoyándose en el desarrollo de una segunda línea de negocio que piensan acometer con mayor fuerza: licenciar la tecnología para el sector industrial.

Este es el que reserva las verdaderas oportunidades de negocio dado que las tecnologías de comunicación asistida permiten múltiples aplicaciones al mundo industrial entre las que Eduardo Jáuregui refiere el "control de procesos que impliquen la acción de operarios con las manos ocupadas y esterilizadas ("salas limpias"), aplicaciones farmacéuticas, médicas, alimentarias...; o en sectores que necesitan realizar acciones auxiliares en el ordenador mediante el movimiento de los ojos sin desatender las funciones principales que requieren el uso de las manos".

Han empezado por la automoción diseñando aplicaciones informáticas auxiliares a la conducción que permitirían, por ejemplo, con un dispositivo instalado en el parabrisas, controlar con la mirada acciones como encender la radio o el aire acondicionado sin desatender el volante. Aportan así valor añadido a la comercialización.

El tercer eje principal de su plan de negocio es seguir investigando para obtener nuevos desarrollos que consoliden a la empresa como referente internacional en la tecnología de Eye Trackin, partida a la que destinan el 10% de la facturación.

Decir también que el cumplimiento del plan de negocio está siendo posible gracias a la aportación económica del Grupo everis y de Capital Riesgo País Vasco que insuflaron capital suficiente para reunir los más de 40.000€ invertidos hasta la fecha. La empresa, registrada como Irisbond Crowdbondig S.L., dispone ahora de cinco trabajadores, un capital social de 350.000€ y 5 accionistas que se reparten entre Eduardo Jáuregui (41,62% de las acciones), Grupo Everis (21,43%), S.C.R. del País Vasco Seed Gipuzkoa (21,43%), Fundación Vicomtech (14,95%) y Iosu Arizkuren (0,57%).

RECONOCIMIENTOS

Y si a la vía industrial le quedan muchos campos por explorar para su integración, la aplicación natural del ingenio les ha reportado ya numerosos reconocimientos. El último recogido de manos de la Reina Doña Sofía y Doña Leticia en la nueva categoría de Telefónica Ability Awards en innovación tecnológica para la inclusión de la discapacidad. Antes habían recibido el Premio Toribio Echevarría en las categorías de "Área Tecnológica" y "Apoyo a la Internacionalización" y el Premio Emprendedor XXI en el País Vasco en la fase autonómica y el "Accésit al impacto social" en la fase final.

Todos ellos los agradece Eduardo Jáuregui en su compromiso de mejorar la calidad de vida de personas con enfermedades serias, "una tarea ya de por sí doblemente gratificante".